Hijo de la luna [Christopher Vélez y tu]

Capitulo11: "Christopher"

FINAL DE LA MARATON 3/3

Abrí la boca ligeramente, y decidí no hacer comentario alguno... Él sabe, sabe que estuve involucrada.

— ¿No vas a decir nada? – pregunto dando unos cuantos pasos para acercarse más a mi.

— No... – lo observé... Era un chico demasiado apuesto para ser malo.

Me dió una mirada penetrante que sentí que me perforaba el alma.

— ¿Como te llamas? – pregunté en un hilo de voz... El ambiente se tornó frío.

— ¿Te importa tanto... Cariño? – dijo con una sonrisa burlona.

— Responde... Se que tú eres el Hijo de la luna... Y atemorizas a todos.– dije armandome de valor.

— Valla, valla... Han dañado mi reputación
contigo.– dijo negando con la cabeza.— Los humanos son tan tontos.

— Responde... Dime tu nombre.

El chico me rodeo y se puso a mi espalda, aparto el cabello que tenía en mi oído y se acercó.

— Christopher... – susurro, me estremecí y me aparte.— ¿Contenta? Me llamo Christopher Vélez... Un nombre común ¿verdad? – sus ojos café brillaron en la obscuridad.

— Me largo... – avance.

— Serás muy interesante Tn_ – dijo mientras soltaba una carcajada.

Corrí lejos de ahí... Es él... Es el hijo de la luna... ¿Debo decirle a Andrea? Si Tn_, le diste tu palabra... Corren peligro.

Al llegar a casa, entre rápidamente, mis abuelos estaba en la cocina, ya que había entrado a beber un vaso de agua.

— Hija... Que bueno que has llegado ¿como te fue? –giré a ver a mi abuela.

— Bi... Bien.– tartamudee. — Muy bien... El trabajo es... Sencillo.– soltero un suspiro.

— ¿Estas bien Tn_? – pregunto mi abuelo mientras llevaba su taza de café a sus labios.

— Si, mejor que nunca.– deje el vaso de agua en el fregadero.

— De acuerdo cariño... ¿Quieres cenar?... Le puedo decir Mirta que te prepare algo.– comento mi abuela.

— No, no... Ya he comido algo.– lo sé era mentira, pero tenía que hablar con Andrea.

— Oh... Bueno.

— Estaré en mi habitación, salí rápido de la cocina, y me dirigí a mi habitación... En verdad odio está casa, me da miedo.

Cuando llegue cerré con seguro, me puse mi pijama y me acosté, tomé mi celular y le marqué a Andrea.

—Andrea.– dije cuando me contestó.

— Tn_que bueno que llamas... Estaba a punto de llamarte.– Dijo con voz asustada.

— ¿Por que?, ¿Que sucede? – pregunté alarmada.

— Incendiaron la granja de mi padre... Y es algo extraño por que nadie puede entrar ahí... Es un caos.– dijo con voz temblorosa.— Es él Tn_, empieza a provocar cosas.

Cubrí mi boca con la mano.

— Andy, debo decirte que... – hice una pausa.— Tienes razón... Es él, el chico que dices.

— ¿Que?... ¿Como te diste cuenta?

— Cuando regresaba a casa, me lo encontré...

—  ¿Estas bien? —dijo alarmada.

— Si Andrea... Estoy bien... Pero en realidad, me preocupa también... Me dijo su nombre... Christopher... Ese era su nombre.

— Oh por Dios... Maldita sea... Y lo peor es que no encontramos el libro...

— Tranquila...

— Debemos ahora prevenir q todos, como habíamos quedado.

— No... Yo hablaré con Christopher...

— ¿Estás mal del cerebro?, Te va a matar.

— No Andrea... Creo que podré hacerlo.

— Por favor Tn_, no hablas enserio... Estamos hablando de el hijo de la luna... Ese chico es un demonio....

[...]

Iba en el transporte camino hacia la universidad, no había podido pegar un ojo en toda la noche... Aquellos ojos casi avellana, invadieron mi mente impidiendome dormir.

Me extrañaba que Erick no subiera al transporte, pero tal vez se le hizo tarde.

Cerré mis ojos.

[...]

Alguien me zarandeaba.

— Señorita, hemos llegado a Tlaxcala.– me dijo el hombre de los autobuses.

— Oh, gracias.– tome mis cosas y baje.

El maldito sueño se apoderó de mi cuerpo... Nunca había sentido tanto sueño como hoy. Subí a la transporte que me llevaría a la universidad.

Cuando llegue a mi aula retaque mi cabeza en la butaca.

— Diablos ¿Te sientes bien Tn_? –pregunto Zabdiel quien acababa de llegar.

— Si, solo tengo sueño... – comenté toque mis cienes y las sobe. Mi vista se puso roja.— Zabdiel... Zabdiel... ¿Que me sucede? – dije alarmada.— No veo bien... Veo rojo.

—¡Tn_! ¡Tn_! Tranquila, te llevaré a la enfermería.

— Zabdiel por favor... Estoy asustada.

[...]

Zabdiel estaba sentado frente a mi... Y yo estaba sentada en una camilla mientras la enfermera ponía una lámpara enfrente de mis ojos.

— ¿Ya puedes ver mejor? – pregunto. Yo solo asentí.

— ¿Que tengo? – pregunté.

— No encuentro el motivo por el cual te paso eso... Todo está normal.– dijo frunciendo el ceño.

— Pero, ¿Estará bien? – pregunto Zabdiel.

— Si, pero por lo mientras recomiendo que te vayas a casa, te daré un permiso.– dijo.— Trata de no forzar la vista y duerme un poco.

Sonreí y tome el permiso que me tendió.

— Gracias.

Zabdiel y yo salimos de la enfermería.

Cada vez me suceden cosas más extrañas.

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Que valiente resultó ser nuestra chica ✨🔥

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