Capitulo22: "luna roja"

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Viernes.

La música en mis audífonos sonaba ligeramente en mis oídos, One thing de one direction.

Mi abuela no le gustaba que durmiera con la música puesta, temía que muriera ahorcada con el cable de los audífonos, pero solo así puedo relajarme.

Llevaba más de media hora tirada en la cama escuchando música y es que en verdad me sentía muy cansada, hoy en la universidad fue un día demasiado pesado, agradezco que es viernes, pase mi mano por mi frente recordando que había quedado con Mason para salir a cenar, en estos momentos me arrepiento de haber aceptado yo que más quisiera quedarme aquí, acostada y tomando una taza de chocolate, pero también tengo que ir al trabajo.

Me levanté de la cama y salí de mi habitación, la madera de el piso rechinaba con cada paso que daba. La casa estaba en completo silencio, se me hizo algo raro así que baje por que ví humo en la cocina.

—  ¡No puede ser! – dije abriendo por completo la puerta de la cocina, había una ligera capa de humo negro, tocí y me dirigí a apagar lo que se había quemado, abrí todas las puertas y ventanas que habían en la casa.

—  ¡Mirta! – grite pero nadie contesto.— ¡Mirta!

Fui a buscar a Mirta y a mis abuelos por toda la casa, pero no los encontré.

Toque mi frente frustrada ¿donde podrán estar? Esto no me estaba gustando, abrí la puerta de la casa y salí a buscarlos.

— Buenas tardes señorita.– dijo una conocida de mis abuelos que pasaba enfrente de mi.

— Buenas tardes.– respondí.

Pude ver que a unos cuantos metros estaba Mirta y mis abuelos también habían unas cuantas personas observando algo en el cielo. Me acerque a ellos.

— ¿Que hacen? ¡Casi me incendio! – dije un tanto molestar, los observé y no quitaban su vista de el cielo.

— Shhh – dijo mi abuela.

— ¿Que pasa? No entiendo.– fruncí el ceño.— ¿Que ven? – observé el cielo.

— La luna cariño, está roja.– comento mi abuelo.

— ¿Y? – comete.— A veces pasa eso.

— Pero solo eso llega a pasar en las noches.– dijo mi abuela.— y aún no anochece.

— ¿Y eso qué significa? – pregunté con interés.

— Significa que hay algo en el pueblo y no es bueno.– respondió mi abuelo.

— Será mejor que entremos señores, puede ser arriesgado estar afuera.– comento Mirta.

Mis abuelos asintieron y comenzaron a caminar hacia la casa, yo me quedé observando la luna.

— ¡Tn_! – mi abuela me habló.

— ¡Ya voy, ya voy! – dije.

¿Algo malo?, ¿Será Christopher?, No lo creo él ya tiene tiempo aquí y no había ocurrido nada así. Hasta hoy.

Me dirigí a la casa y subí a mi habitación para poder arreglarme y irme al trabajo.

[...]

— Sabes, voy a tomar terapia.– dijo Andrea  acercándose a mi.

— ¿Terapia? – pregunté.

— ¡Si!, Estoy conciente de que me dijeron que ya no iba a volver a caminar pero algo en mi me dice que si lo puedo lograr.– le sonreí.

—Tienes razón Andrea, pero ten mucho cuidado.–ella asintió sonriente.— Cambiando de tema, ¿como sigue tu abuela?

— Mucho mejor, gracias a Dios.– sonrió.

Hijo de la luna [Christopher Vélez y tu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora