Oscuridad

227 10 1
                                    

Entró al vestíbulo y vio como todos los rehenes estaban satisfechos y hablando un poco.

- Los veo contentos, si ven que estamos para protegerlos ¿Dónde está el nuevo héroe en este lugar?-Tokio le señaló donde estaba sentado.

- Arturito, no me conoce pero sé que usted es un pendejo, rico por sus maravillosos testimonios del mayor atraco en España, me presento mi nombre es Palermo, también líder del atraco.- dándole unas cachetaditas -Espero llevarnos bien.- le susurró.

-¿Dónde está Estocolmo?- le preguntó a Tokio

- Fue a descansar con Denver, cambió turno con Helsinki y Río ellos van estar aquí más tiempo, mientras mejora-

-Bien, yo quedo a cargo en estas horas, Berlín fue a descansar también así que me avisan cualquier cosa, ¿Entendido?

-Si, entendido- riéndose, picándole el ojo.

- Juiciosos, boludos- dijo subiendo la escalera.

Fue a la biblioteca y ahí estaba acostado en un sofá con una mano en la cara, completamente dormido, sonrió desde la puerta y lo contempló un buen rato, pero en esos minutos notó que empezó hablar dormido, decía su nombre varias veces como si lo estuviera dejando, "No lo voy abandonar otra vez" le decía a alguien, en su rostro expresaba preocupación "El sabe que estoy enfermo", Martín quería despertarlo para que se acomodara y dejara de soñar, dudoso sobre lo que decía de estar enfermo, pero salió la voz de Lisboa de la radio.

-Palermo, Berlín- avanzó rápidamente para evitar que Berlín escuchara, pero él era sensible al sonido de su nombre o alias así que despertó.

-Shhh...Sigue acostado- le susurró.

-Dime, Lisboa- respondiéndole.

-Llamada de control, ¿Cómo va todo por allá?

-Bien, acabo de subir y vamos 30 toneladas perfectas, por otro lado tenemos un rehén más- dijo incómodo.

- Si vimos en las noticias, ese bobo no sé que le pasa por la cabeza, revisaron que no tuviera micrófonos ni nada- quería recibir respuesta de que si lo hicieron. Palermo volteó a mirar a Berlín y desde el sofá asintió con la cabeza.

- Por supuesto, lo revisó Denver y Helsinki y no tenía nada. ¿Allá como va todo? Anda como calladito el Profesor.

-Bien, todo en orden- dijo- Aquí estoy, no me he parado de aquí, ¿y Berlín?- dijo Sergio al fondo.

-Descansando-

-Okey, Palermo hablamos a las 8 pm, corto- finalizó Lisboa.

Berlín le estiró la mano para que se acercase.

- Me duele demasiado la cabeza- le dijo con sus ojos medio cerrados.

- A ver- se sentó en el piso para que el girara, llevando sus manos a su cabeza para hacerle un masaje.- Shhh..... vuelve a descansar- acariciándole el cabello.

-Cuando salgamos de aquí quiero estar contigo en una playa, tomándonos miles de cocteles- dijo Andrés con los ojos cerrados sintiendo esas caricias.

-Si amor, estando desnudos en nuestra playa- dándole un suave beso- ¿Estabas teniendo pesadillas cierto?- Andrés abrió un poco sus ojos.

-¿Estabas espiando amor?- acariciando su rostro que ya empezaba a raspar con su barba.

-Un poquito, sabes que me encanta verte dormir y te escuché preocupado, ¿Estás bien?- siguiendo su masaje.

- Una pesadilla sobre ti, odio verte saliendo de mi vida, me sentía como incapaz de seguirte, fue horrible, pero te tengo aquí y es lo que cuenta- acercando su mentón para besarlo.

- Te quiero Andrés, cierra los ojos- delineando sus cejas y su nariz, hasta que cayó otra vez en el sueño.

Palermo se levantó y se retiró para ir a revisar todo, se quedó pensando en esa palabra "enfermedad" pero bueno al fin y al cabo era una sueño no era algo relevante, en ese momento.

Era a eso de las 7 de la noche y Berlín despertó con los gritos de los rehenes, asustado, mirando dónde estaba, cuánto había dormido y porqué Martín no le despertó antes. Sucedía que Arturo le dio por empezar a pelear con Estocolmo sobre su hijo, Denver al darse cuenta de que estaba agarrando con fuerza a su esposa, lo empujó tirándolo al piso, haciéndole enfurecer y empezar a darse golpes, como todos sabían esa era la especialidad de Denver, así que lo dejó moreteado lleno de sangre y un con un ojo inflamado.

-Denver, pará pará ya- lo separó Palermo.

-Te voy a matar, no te metas con mi hijo, no tienes derecho a nada- gritaba mientras era llevado por Palermo a una esquina para calmarlo, viendo como Tokio calmaba a Estocolmo que estaba llorando desconsolada.

-Tranquilo hermano, respira, Helsinki llévate a ese hijo de puta y dale unas gasas, mírame Denver respira despacio.

-Todos callados ya, joder- dijo Río apuntándoles a todos.

Berlín llegó, se asomó al balcón viendo la sangre en el suelo y la cara de todos los rehenes asustados y de sus compañeros con rabia.

-El siguiente que de una palabra acabará igual- dijo Berlín bajando las escaleras, acercándose a Denver.

-Palermo, qué hice- mirándose las manos llenas de sangre.

-Tranquilo, fue una reacción en caliente, estabas defendiendo tu familia, yo haría lo mismo si fuese tú- dándole un abrazo.

-Vamos, ve y lávate- le dijo Berlín dándole palmadas en la espalda- Río acompáñalo.

-Ese pendejo arrogante, si que hace desquiciar a cualquiera- dijo Palermo.

- Se llevó su buena muenda, se lo merecía, Tokio cuando Helsinki vuelva con ese tipo amárralo con cadena, es capaz de llegar a estropear todo con sus impulsos.

-Vale, es lo mejor que podemos hacer- dijo Tokio llevando a Estocolmo hacia donde estaba Denver tenían que hablar para entender lo que sucedió.

Así Berlín y Palermo se quedaron junto a los rehenes para hablarles sobre lo que pasó y guardaran la cordura.

-¿Descansaste?- preguntó Palermo después de dar su discurso.

- Si cariño, esas manos son perfectas para quitar el dolor de cabeza- recibiendo una sonrisa- ¿Qué ha pasado mientras dormía?

- Hemos llegado a las 35 toneladas estamos solo a 10 para culminar, ya lo vamos a lograr.

- Es lo mejor que he escuchado.

- Yo solo te tengo buenas noticias.

- Tu si... Ahora ve y descansa ya trabajaste bastante.

- Te tendré que decir que no, no pienso dormir hasta acabar allá abajo, tengo que alistar todo para la salida, Nairobi se me ha sumado con Bogotá así que estamos con toda la energía para terminar ya.

- Entiendo, pero no te pude dar tu premio-susurró en su oreja y besando su cuello.

- Me lo darás cuando ya no estemos aquí, no me pondré bravo por esperar un poco- bajando un poco su mano.- Te veo más tarde- separándosele para irse.

Transcurrió la noche tranquilamente, todos haciendo su trabajo correspondiente, nadie durmió, tenían tanta ansiedad de salir que no tuvieron ni la molestia de cerrar los ojos ni un segundo, así culminó el segundo día tan agitado.


Espacio de autor:

Hola.... sé que desde hace tiempo no actualizaba, la verdad tome un largo tiempo para escribir para mi con miedo de publicarlo, pero no sé... creo que llegó el momento, luego de terminar la casa de papel me dejó con motivación a publicarlo... así que serán varias partes, sé que antes estaba en imágenes, pero ahora decidí renovarlo...Estos capítulos claramente estaban escritos antes de terminar la serie, así que habrán cosas de la 5ta que no están aquí, pues era mi suposición de cómo continuaría en ese entonces y creo que pueden haber similitudes...  Espero les guste, y gracias personita que lees esto :)

Soulmates (Martín and Andrés)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora