Vehemencia

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Solo quedaron Martín y Andrés que terminaban la fruta de su plato, en silencio. Martin recordó que en el banco mientras Andrés dormía había mencionado algo de estar enfermo, se le veía a veces cansado pero era normal por el largo trabajo y el estrés del atraco; todos se sentían así, no había notado nada extraño en él, su ánimo continuaba como tal cual era y claramente estaba con sus sentidos activos, lo acababa de comprobar hace unas horas en ese encuentro apasionante, era increíble que se lo hubiese pasado detalles donde Andrés se sintiera débil. La llegada de la señora Mary para recoger los platos restantes de la mesa lo abstrajo de sus pensamientos, agradeciéndole por el desayuno y rompiendo ese silencio Martín lo tomó del hombro y le dijo:

-Cariño, ¿Vos por qué no me habías dicho de eso?

- No lo había tomado tan enserio, me ha pasado cuando estoy estresado- mirando su mano para después dirigirle su mirada- Recuerdas cuándo te dio ese ataque respiratorio- recibiendo un si con la cabeza- Ese día cuando te vi acostado en esa mesa mientras te atendían, mi mano tembló de sobremanera, Sergio se dio cuenta y me dijo que era mejor ver un doctor, pero tú sabes a mi no me gusta eso de la medicina-

-Ese pelotudo no me dijo nada de eso- respondió algo molesto.

-No lo culpes, yo le dije que no le diera importancia a eso, además pasó hasta hoy otra vez, pero veo que ya no es normal.

-Andrés, tenemos que hacerte unos exámenes, llamemos al loco de Meléndez, el de Alemania, que venga y te haga una revisión- tomándolo de su rostro.

-Tienes razón, hagámoslo... pero después de la boda, sea lo que sea no quiero pensar en eso, tenemos más cosas importantes por hacer- dijo sonriendo para darle un beso en la frente.

-De acuerdo...vos ganás, pero prométeme que los vas hacer, me preocupa que tengas eso más seguido.

-Te lo prometo, más bien ven, vamos a la playa y miramos el espacio donde será la ceremonia- ofreciéndole su mano.

Salieron a caminar con sus vestiduras blancas, tomados de la mano mientras bromeaban tirándose agua con los pies descalzos, solo pensaban en el futuro, se irían a un campo lejos del ruido de la ciudad, dándose sus lujos los dos solos.

Llegando a un costado de la casa de playa, Andrés se fijo que sería un buen lugar para llevar acabo la boda de su hermano y de él claramente.

-¿Qué te parece si aquí ponemos las sillas junto a un arco, acá unas decoraciones con telas inglesas y allí mesas para el buffet?- dijo Andrés explicando con sus manos, teniendo la plena atención de Martín.

-Todo lo que tu quieras poner, sabes que lo importante para mi es verte feliz- dijo sin agregar algún gesto de alegría o emoción.

-Vamos... veo que quieres salir de esto rápido. ¿Qué pasa? Es nuestra boda.

-Andrés... quiero irme contigo... solos tu y yo al fin... sin nada interrupciones, lejos de ellos así sea unos meses.. es que para mi es como si estuviésemos ya casados porque te amo inmensamente, quiero nuestra luna de miel.

-Ya casi, no seas impaciente, mira pasemos bien estos días, hagámosle un regalo a Sergio y después nos olvidamos de todos, además este matrimonio debe ser perfecto porque es nuestro y al señor Berrote y Fonollosa no les gusta nada sin planear o si?- contagiando la risa a Martin

-Vos siempre buscando soluciones señor Fonollosa- deteniendo su mirada en una gaviota que pasaba.

-Bueno entonces como te venía diciendo, digámosle a Sergio que este sea el lugar, pedimos lo necesario lo más caro y entre todos decoramos.... Martín ¿Qué haces?- lanzando una carcajada por la cara que estaba haciendo, intentando imitar el gesto de una gaviota moviendo sus ojos hacia el centro y estirando sus labios para hacer de pico.- Tú y tus gilipolleces- acercándosele para darle un beso en esos labios estirados.

Soulmates (Martín and Andrés)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora