Holaaaaa 💙 He vuelto, espero que disfruten este capítulo y les prometo un nuevo drama en los próximos.
-Lo mejor que pueden hacer por su bien y mi escasa estabilidad mental - nos advirtió Guillaume - es no llamar demasiado la atención.
Asentí y tragué grueso intentando no colapsar. Habían pasado tan solo cinco minutos desde que Pierre me había presentado a su representante y este no había tardado en dejar claro lo que opinaba de mí y la situación en la que estábamos. El acurrucarme contra Pierre todo el viaje casi había hecho que olvidara por qué esta era una mala idea, pero ahora empezaba a sentirme terrible. Probablemente Pierre era el único que quería verme allí, pero pasaría ocupado demasiadas horas durante todo el fin de semana, así que sería lo mismo que estar sola. Sola y sin poder besarlo o tomarlo de la mano por miedo a las cámaras.
Sentí un nudo en el estómago y desee estar en casa.
-Relájate, hombre - contestó Pierre como si nada pasara antes de tomarme de la mano.
La seguridad en su voz me tranquilizó un poco.
Guillaume volteó los ojos y desapareció de la habitación tras dar un portazo teatral.
Perfecto.
Me dejé caer en la cama mirando el techo sin ganas y Pierre se acostó a mi lado. Suspiré y giré mi cabeza a un lado para mirarlo. Sus hermosos ojos azules se concentraron en mí.
-No sé qué estamos haciendo - admití.
-Estamos en Brasil, juntos - dijo acariciando mi mejilla suavemente en un intento de tranquilizarme.
-Ya sé. Pero no hablo de eso. - contesté sin ganas.
El cansancio y la frustración estaban sacando lo peor de mí. Sabía bien que esta situación era difícil para ambos, y que Pierre se estaba esforzando por cuidarme y dejarme claro el espacio que ocupaba en su vida, pero no podía evitar sentirme como si estuviese atrapada.
-Sé que te preocupa, pero todo va estar bien ¿De acuerdo?
Respiré profundo y asentí con la cabeza. Pierre se acercó para besar mi frente y envolverme con sus brazos. Me relajé un poco y cerré los ojos. Cuando estábamos así todo dejaba de importar.
Ding.
Ughhhh.
Pierre me soltó para revisar su teléfono. Leyó el mensaje rápidamente y rió por lo bajo.
-¿Tienes hambre? Charles está intentando usar la cena como excusa para conocerte.
-Ciao!
Caminamos riéndonos por lo bajo de Charles, quien había iniciado a mover eufóricamente los brazos de un lado a otro para saludarnos desde que vio las puertas del elevador abrirse.
-Ciao Charles, piacere - le dediqué una sonrisa igual de grande que la suya y le estreché la mano.
-Y justo ahí es donde muere mi conversación básica en italiano - reconoció con pena.
Me reí.
-No te preocupes. Acabarás aprendiendo - lo consolé.
-Tal vez lo que necesito es motivación extra - dijo volteándose hacia Pierre para golpearlo en el hombro amistosamente - justo como mi amigo.
-Cállate, Charles - contestó Pierre conteniendo la risa antes de estrechar su mano y abrazarlo.
El estómago de Pierre rugió y los tres nos reímos.
-Creo que esa es la señal para entrar - bromeó Charles señalando con la cabeza el restaurante.
El amable mesero nos señaló una mesa amplia junto a la inmensa ventana. Me dediqué a observar maravillada la ciudad que se extendía a nuestros pies mientras Charles y Pierre conversaban animadamente en francés. Quise tomar la mano de Pierre encima de la mesa pero me contuve al recordar que cualquiera de los clientes en las otras mesas podría ser un periodista. Como adivinando lo que estaba pensando, Pierre puso su mano en mi pierna cubierta por el mantel. Me voltee para sonreírle cuando una mano estrechó su hombro.
Me congelé pensando que nos habían atrapado.
-¡Maaaaax! - saludó animado Charles.
-¿Se están divirtiendo sin mí?
Me giré ligeramente para mirar a Max, que seguía sujetando a Pierre. Juré que había escuchado su voz anteriormente, y su rostro me resultó extrañamente familiar, pero no supe identificar de dónde. Probablemente lo había visto en las entrevistas después de las carreras.
Al verme, abrió los ojos como platos por un segundo y luego volteó su cara hacia Charles.
Qué extraño.
-En fin, estaba por irme - dijo ahora un poco nervioso - así que pueden seguir la fiesta sin mí.
Y así sin más, salió apresuradamente del restaurante sin mirar atrás.
-Te digo, el tipo está un poco loco pero tienes mucho qué agradecerle. Si no fuera porque él también desapareció a último momento durante el Gran Premio pasado, no sé dónde estarías tú.
-Pues no sé por qué haya desaparecido, pero lo mío fue una emergencia - se excusó Pierre con cara de pocos amigos.
-Y Ferrari te sacó de ella - dijo Charles guiñando el ojo - pero tranquilo, sigue siendo secreto de Estado.
***
Tuve que morderme la lengua para no gritar al ver a Pierre salir del garaje en su monoplaza. Llevaba ya meses viéndolo por la televisión, pero estar aquí lo hacía todo completamente real. A pesar de la mirada poco amistosa que me estaba dedicando Guillaume, realmente me sentía feliz de estar ahí y apoyar a mi novio de un modo u otro.
Porque sí, Pierre era mi novio aunque no pudiera gritarlo frente a todos los ingenieros que corrían de un lado al otro, ni frente a la prensa que esperaba afuera. Me volteé hacia una de las tantas pantallas que tenía cerca y me concentré en seguir a Pierre con la mirada.
Tuve que contenerme nuevamente para no abrazarlo cuando saltó del monoplaza al fin de las prácticas libres. Probablemente mi expresión delataba lo que sentía, porque al verme Pierre me señaló con su cabeza una puerta al fondo. Esperé lo suficiente para seguirlo y cerrar la puerta tras de mí.
Me abrazó con fuerza sin decir nada, y lo abracé de vuelta ignorando que estaba empapado en sudor. Levanté mi mirada y le sonreí.
-Eres increíble, te amo.
Me sonrió de vuelta para luego besarme con ganas. Me dejé llevar en seguida por el deseo que tenía de no separarme de él que había acumulado durante todas estas horas. Pierre me tomó de la cintura y me levantó suavemente para sentarme sobre un cajón metálico que se encontraba a mi espalda. Sonrió antes de seguirme besando y mi cabeza empezó a dar vueltas.
-¿Pierre? - la voz de Guillaume resonó al otro lado de la puerta.
Rayos.
Nos quedamos quietos al escuchar los golpes en la puerta.
-Recuerda lo que dije, cabrón. Necesito que estés en la sala de juntas en cinco minutos.
Solté la espalda de Pierre de golpe y me llevé las manos a las mejillas. Él suspiró de mala gana y me soltó también.
-Maldición, lo siento.
-No...no te preocupes - respondí nerviosamente. Si su representante antes no se fiaba de mí, seguramente ahora me odiaba - Creo que necesito lavarme la cara.
Me lancé rápidamente del cajón donde estaba sentada y abrí la puerta cautelosamente. Una vez afuera empecé a correr hacia la salida y empecé a respirar profundamente para tranquilizarme. Esquivé con éxito a un par de trabajadores que cargaban cajas a lo largo de la calle ubicada atrás de los garajes. Suspiré con alivio al reconocer una placa que indicaba el camino hacia el baño de mujeres y estuve a punto de arrancar la puerta.
Ocupado. Genial.
Empecé a mover mi pie derecho con impaciencia contra el suelo a la espera de la salida de quien estuviera dentro. Dos minutos después la puerta se abrió de golpe y una chica increíblemente parecida mi mejor amiga salió con la misma prisa que yo traía hacía unos minutos.
Tuve que restregarme los ojos. No había manera de que fuera Jay ¿O sí?
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Corriendo hacia ti (Pierre Gasly)
RomanceGia había jurado no poder encariñarse con nadie más...hasta que le toca hacerse cargo de un perrito perdido y termina flechada de él y de su misterioso dueño que pasa de viaje: Pierre.