•Cap. 42•

1K 72 8
                                    

Pov. Adrien
La hora en la que había quedado pasar por Marinette, llegó, Hugo y yo subimos al auto y nos pusimos en marcha hasta llegar su casa. Toco el timbre y es ella quien abre la puerta

— Hola amor —dijo y me besó— Hugo, Hola —se agachó hasta quedar a la altura de mi hijo y lo abrazó—

— Hola Mari, te ves bonita ¿Verdad papi?

— Si, muy hermosa

— Gracias —dijo sonrió y sus mejillas se tornaron de un leve color rojizo—

— Pasen, iré por mi bolsa

Dijo cerro la puerta y subió la escaleras mientras la esperaba sus padres y yo sosteníamos una conversión, pocos minutos después bajo.

— Listo

— Fue un gusto verlos señores —dije y estreche mi mano con la del padre Marinette—

— Está es tu casa hijo

— Gracias, señora Sabine — me despedí de ella con un beso en la mejilla—

— Vayan con cuidado

— Adiós papás de Marinette. ¿O puedo decirles abuelitos?

— Por supuesto que sí cariño —dijo la madre de Marinette—

— ¡Yei! —exclamó Hugo con felicidad y los abrazó—

Salimos de casa de Marinette y subimos al auto para dirigirnos al restaurante, durante el camino mi celular sonó, así que respondí en seguida tocando el botón de mi auricular

— Bueno... Hola, si dime... En serio, tan pronto... Perfecto entonces mañana nos vemos... Gracias... Adiós

Corte la llamada y seguí con mi camino, Marinette me veía con desconcierto, quizá quería preguntar quién había llamado pero no se atrevía, y eso es bueno porque no puedo decirle quien llamó.

— ¿Algo importante? —preguntó de pronto Marinette—

— Digamos que si —le respondí sin quitar la vista del camino—

— ¿Algún nuevo negocio?

— Podría decirse

— ¿No quieres contarme, cierto?

— Mejor dejaremos ese tema para después —le dije, ella asintió—  llegamos

— Es un lugar muy bonito —dijo Marinette mientras bajaba del auto—

— Aquí dan los mejores postres, en especial el pastel de chocolate, deberías probarlo es mmm delicioso —dijo Hugo mientras sobaba su estómago y se saboreaba—

Entramos al lugar, y disfrutamos de una deliciosa cena

— Voy al tocador, ya regreso —avisó Marinette—

— Está bien amor

Habían pasado varios minutos y Marinette no había regresado, ¿le había pasado algo? pago la cuenta y tomo la mano de mi hijo y nos dirigimos hacia el tocador y allí estaba ella, con un hombre que parecía estarla molestando

— Ya le dije que no, por favor hágase a un lado y déjeme pasar

— ¿Por que no? Solo será una noche ¿acaso no te gustó?

— No, además yo tengo que irme así que déjeme pasar

— Hermosa no quiero ponerme violento contigo

— Ni se le ocurra acercarse más

— ¡Hey, déjela en paz! —interviné—

— Mira muchachito este es un problema entre la dama y yo, tu no te metas

♡ℙ𝔸𝔻ℝ𝔼 𝕊𝕆𝕃𝕋𝔼ℝ𝕆♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora