°Cap. 8°

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Después de un largo día de trabajo el joven de mirada esmeralda llegó a casa de sus padres, ya que su madre era la que cuidaba del menor, mientras él trabajaba

— Buenas noches —saludo el joven rubio mientras entraba a la casa—

— Papi! —dijo el pequeño corriendo con los brazos abiertos a su encuentro—

— Hola Campeón —expresó el de mirada esmeralda mientras cargaba al pequeño rubio— Como te portaste hoy

— Bien papi

— Y tus abuelos?

— abuelito esta tlabajando y abuelita esta aliba en su cualto

— Ok

— Papi, ¿tlajiste lo que me plometiste?

—El rubio finjo sorpresa ante la pregunta de su hijo— Creo que las olvidé

— Papi! Tú lo plometiste —dijo haciendo pucheros el niño—

— Bueno tuve mucho trabajo y se me olvido —dijo bajandolo de sus brazos—

— No me hables, estoy enojado contigo —dijo con sus pequeños brazos cruzados y sacándole la lengua—

— Contigo no se puede bromear Hugo, claro que te traje lo que te prometí, toma —dijo mientras le entregaba la bolsa—

— YUPII, mis donas de chocolate! Gracias papi, ya no estoy enojado contigo —expreso con felicidad—

— Hijo! Como estas?

— Hola mamá, estoy bien, gracias

— Hijo nos acompañas a cenar

— Si mamá

— Perfecto, pediré que sirvan la cena

— Papi hoy es el día de quedarme a dormir con los abuelos —dijo con emoción—

— Claro hijo, como todos los viernes

— Tu también te quedas papi?

— No Campeón, yo me tengo que ir a nuestro departamento, pero mañana estaré aquí para que desayunemos juntos, ok

— Si papi

Luego de la cena Adrien paso a la habitación del pequeño para arropalro antes de dormir y contarle un cuento como lo hacía todas las noches.

— Ya se durmió

— Seguro que no quieres quedarte hijo?

— Si mamá, no te preocupes nos vemos mañana

— Si hijo, ve con cuidado —se despidió la mayor dándole un beso en la mejilla—

— Adiós papá

— Adiós hijo, cuídate mucho en el camino, ya es algo tarde

— Sí, me voy, que tengan feliz noche

Adrien subió a su auto y se puso en marcha, aunque llevara casi dos años con el hábito de que Hugo se quedara a dormir en casa de sus padres los viernes, aún no se acostumbraba y le hacía mucha falta su pequeño, sabia que en su departamento lo esperaba la soledad, así que decidió ir a otro lugar. Al llegar a su destino, bajo de su auto y camino hacia la puerta de aquel departamento y luego tocó repetidas veces el timbre, unos minutos después la puerta fue abierta por una joven de cabellos negros y mirada color miel

— Adrien! Que gusto verte de nuevo

— Hola Diana

— No me avisastes que vendrías

♡ℙ𝔸𝔻ℝ𝔼 𝕊𝕆𝕃𝕋𝔼ℝ𝕆♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora