14.

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Reunión.




Inupi estaba arreglando algunas motocicletas, a pesar de la ausencia de Draken en el hospital, no se ha detenido y continuó manteniendo el negocio por si mismo, lo hizo por él más que nada. De vez en cuando visita a Draken para ver como esta, solo cuando tiene tiempo, al ser él solo ha estado muy ocupado con todo esto. Su día transcurría normal, era lo mismo de siempre, reparar las motos, cambiar algunas piezas, vender algunas si es que alguien estaba interesado, comer y quedarse a ver televisión solo para pasar el rato, después de eso volvía a su trabajo.

Había anochecido, el rubio se estaba quitando los guantes después de una larga jornada, fue ahí cuando escucho la puerta abrirse.

—Estamos cerrando, si quiere algo vuelva mañana.—dijo sin mirar atrás.

—Pero si no vine a comprar nada.

Inupi se giro de repente al oír la voz de Takemichi, el pelinegro estaba parado en la puerta, acabandola de cerrar.

—Hola, Inupi.

—... ¿Takemichi?—pronunció un tanto asombrado.

—Vine a visitarte.

Inupi suspiro.

—Dame un momento.

Inupi terminó de cerrar el lugar y hacer otras pequeñas cosas, mientras tanto Takemichi esperaba sentado, para cuando Inupi volvió afuera comenzó a llover. El rubio se sentó, estaba frente a frente a Takemichi, su expresión más que demostrar amabilidad, o más bien aquella inexpresiva cara que suele tener, Takemichi podía notar la seriedad en está, tomó en cuenta ese detalle.

—Así que... Has venido de visita.

—Si.—asintió.—Quería ver como iban las cosas por aquí.

—Hm.—carraspeo.—No creo que haya sido solo por eso.

Takemichi frunció un poco el ceño. Vio que inupi estaba serio así que tomó la misma actitud, borrando su amistosa expresión.

—No.—dijo.—Vine para pedirte un favor.

—¿De qué se trata?

—Es algo que sólo tú puedes hacer.

—Entonces...—se cruzó de piernas.—... Apareces de la nada solo para eso.—rió por lo bajo, de manera irónica.—Sabes, he oído un par de cosas sobre tí.

—He estado ocupado.

—¿Tanto como para abandonarnos?—soltó de repente.—¿Has visitado a Draken?, ¿has pensado en él siquiera?

Takemichi guardo unos segundos de silencio, pero se mantuvo firme, frío, sólo quería decir alguna mentira, pero prefirió ser sincero.

—No.

Inupi resoplo, un tanto decepcionado y sorprendido.

—Al parecer esas cosas que oí son ciertas.—sacó una caja de cigarros, tomó uno y lo puso en sus labios para encenderlo.—El mundo de las pandillas es un lugar rudo. Lo sé de primera mano. Pero nunca pensé que cambiaría a alguien como tú.

Villano. [Takemichi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora