22.

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Taehyung tocó la puerta y esperó pacientemente a ser recibido. Jungkook lo hizo a los segundos y lo vio, serio y frío. Usualmente el azabache sonreía y abría sus brazos, pero esta vez solo se mantuvo quieto frente a la puerta, luciendo totalmente furioso. Aún peor, lucía decepcionado. Jungkook dejó la puerta abierta y se sentó en el sillón, el castaño entró y se deshizo de su calzado, se sentó a su lado y lo miró. 

—Jungkookie...

—No. Jungkook. 

—Jungkook... —Taehyung suspiró y sintió ganas inmensas de llorar y abrazarlo, para suplicarle que por favor no lo deje—. Lo siento muchísimo... Quiero que sepas que me dejé llevar. Tuve muchas malas experiencias con infidelidades y e-eso me persiguió por demasiado tiempo, dejé que el miedo me influencie y fue un tonto contigo. Estoy intentando cambiar eso. Me gustas mucho, de verdad. 

—Iba a pedirte que seas mi novio porque estoy enamorado de ti —dijo Jungkook y lo miró, con los ojos cristalizados y apretando los labios—. Pero ya no quiero. 

—J-Jungkook... —murmuró Taehyung. sintiendo ganas de llorar y como la culpa en él crecía—. D-dime que fue lo que de verdad pasó. 

—No quiero —sollozó y Taehyung de verdad se preocupó, cubriendo su boca—. Ya sé lo que piensas, sí voy a llorar, porque no soy la piedra que tanto crees que soy ¿Sabes?

—Y-yo no creo que seas una piedra, te he conocido y supe que no lo eras. 

—Sooyoung puso mi mano en sus senos, ella me obligó y no quería lastimarla. Estaba drogada y no iba a empujarla, tengo más fuerza y ella es muy pequeña. No iba a perdonarme hacerle daño, pero por eso ella se metió a casa y quiso besarme. Le dije varias veces que no pero lo hizo ¿Sabes que en todo eso lo único que podía pensar era en como decírtelo? Fuiste la primera persona en la que pensé, porque creí que tu me entenderías. 

—No puedo creerlo, por dios, lo siento tanto. Fui un idiota, Jungkook —susurró el mayor y tomó sus manos, acariciándolas y acercándose—. Quiero que sepas que en ese momento estaba cegado porque de verdad esperaba que me seas infiel como lo esperé de toda la gente que estuve. No confié en ti porque tenía miedo. 

—Y-yo quiero que confíes en mí, porque yo confío en ti. 

—Confío en ti, ahora lo hago y lo entendí. Eres un sol, Jungkook. Tienes el corazón más dulce y noble que conozco, no quisiste hacerle daño a Sooyoung a pesar de que ella te estaba acosando, nunca vi a un padre amar tanto a su hija y nunca nadie me hizo sentir tan seguro como tú. Lo arruiné y no aprecié tu gran corazón, estuve cegado pero ya entiendo. Eres a quien quiero, tú me haces sentir bien y sé que si decido estar contigo, será la mejor decisión. Eres un ángel. 

Jungkook rompió en llanto y Taehyung lo abrazó, sintiendo como el otro se aferraba a su cuerpo y  lloraba contra su hombro, humedeciéndolo. Jungkook se sintió cálido en cuanto los brazos del otro lo envolvieron y fue mutuo. Taehyung cerró sus ojos y disfrutó del calor corporal del azabache, embriagándose con el aroma tan delicioso del perfume que utilizaba. Jungkook se separó y lo miró, sonriendo mientras el castaño limpiaba sus lágrimas con su pulgar. 

—Eres tan lindo —susurró el mayor, provocando que el contrario se sonroje y baje la mirada. 

—No eres normal —dijo y lo miró a los ojos, sintiéndose bien de tan solo mirarlos—. No me haces sentir como cualquiera. 

—¿Cómo te hago sentir?

—Como si fueses mi primer amor, como si fuese un adolescente. 

—¿De verdad? —preguntó y sonrió cuando el otro asintió. 

Jungkook se inclinó y unió sus labios en un beso suave, logrando que Taehyung suspire y relaje todo su cuerpo. Sus bocas se movieron de manera lenta y delicada, acariciándose entre sí y sin necesidad de acelerar el ritmo o aumentar la intensidad. Jungkook abrazó su cintura y el otro hizo lo mismo con su cuello, se sintieron seguros en los brazos del otro y estuvieron un rato largo así. Compartiendo besos y caricias amorosas, disfrutando de la compañía del otro. 

Taehyung lo miró y ambos sonrieron enormemente, sintiendo sus corazones sacudirse de manera rápida. Jungkook besó su boca de forma rápida y observó sus orbes marrones y brillantes, acariciando su mejilla. Taehyung disfrutó sentir la palma de la mano del azabache contra su piel y cerró sus ojos, ladeando la cabeza para deleitarse con el tacto del contrario. 

—Quiero que confíes en mí, Tae.

—Lo hago, ahora de verdad lo hago.

—Quiero que sepas que nunca, en un millón de años, pensaré en hacerte daños. 

Taehyung lo miró y sonrió, asintiendo. 

—Lo sé. 

—¿Me lo prometes? —preguntó el menor a lo que el otro asintió—. Quiero ser tu novio. 

—Yo de verdad quiero que lo seas. 

—Entonces lo seré. 

Daddy's fear.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora