07.

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Taehyung tocó la puerta y en cuanto oyó el permiso, la abrió y se encontró a Jihyun peinando, de forma algo bruta, a una muñeca. Ella lo miró y sonrió emocionada a saludarlo. Taehyung sonrió enormemente y cerró la puerta.

—¡Taehyungie! ¿Puedes peinarme? —la niña preguntó y ambos se sentaron en el piso, él detrás de ella.

Taehyung tomó el peine y con cuidado comenzó a peinar los suaves y largos mechones de la pequeña. Ella continuó su trabajo con la muñeca, era un trencito de peinados.

—Taehyungie.

—Dime, cielo.

—Estoy muy preocupada ¿Tú lloras? —preguntó, su voz temblando ligeramente.

—Cuando estoy muy triste, sí ¿Por qué?

—P-pero... —ella suspiró, buscando las palabras para describir lo que pasaba. Taehyung fue paciente y le dio su tiempo para hablar—¿Te puedo contar un secreto?

—Si tú quieres, sí.

—... ¿Cómo sé si alguien llora?

—Pues le ves lágrimas, hace un sonido que es parecido a una risa pero más feo. No sé describirlo.

—Taehyungie, yo creo que papi llora.

—... —dejó de peinarla en cuanto aquella dijo eso y se quedó atónito ante sus palabras. Su pecho se encogió ligeramente—¿Cómo dices?

—Sí, sí, sí... —su voz tembló y ella se dio la vuelta, mirándolo preocupada y con sus ojos cristalizados debido a las lágrimas que amenazaban por salir.

—Amor...

—C-cuando... yo hace días... —balbuceó—. Fui con papi y lo escuché llorar.

—¿Lo viste llorar?

—No, la puerta...

—Oh, cielo —él suspiró, abrazándola y acariciando su espalda. Sintió un pesado nudo en su garganta—. Sabes que papi es un humano y es normal que llore.

—P-pero muchas veces...

—Princesa, hay momentos en los que todos necesitamos llorar, pasan cosas que no podemos solucionar y eso nos pone tristes. Pero tu papi es un adulto y él podrá solucionarlo, simplemente toma tiempo.

—No me gusta.

—Lo sé, pero debes darle su espacio. Estoy seguro de que si eres feliz, él también se pondrá feliz ¿O no? —ella asintió y Taehyung acarició su mejilla—. Vamos a la mesa que papi quiere que cenemos lo que nos preparó con tanto esmero ¿Va?

Ambos salieron del cuarto de Jihyun tomados de la mano. Fueron al comedor y Jihyun se sentó, Taehyung hizo lo mismo y observó la expresión tan indeferente del morocho. No podía imaginarse que alguien tan desidioso  y formal, pasara noches llorando en su habitación, pero sin embargo sintió lástima.

Tal vez no debía ser tan duro con Jungkook.

—¿Por qué no como lo que comen ustedes? —preguntó Jihyun.

—Princesa, a ti no te gusta la sopa y esto no tiene carne —respondió Jungkook y ella solo se dignó a soltar un bufo.

La cena pasó de forma rápida, entre los tres conversaron y Jungkook sintió el clima más cálido. Pudo notar como Taehyung se des-tensaba y volvía a ser el chico charlatán de risa gigante que conoció. Pensó que aquello volvería a irritarle, pero lo único que su risa tan extravagante logró, fue dejar calidez en su corazón.

Taehyung nunca había visto sonreír tanto a Jungkook, a pesar de que lo había hecho poco. Le alegraba y su sonrisa era maravillosa, de eso cualquiera estaría seguro.

Jihyun cayó dormida mientras estaba sentada en el regazo de Jungkook y él fue a dejarla en la cama. En cuanto regresó Taehyung estaba en el sillón y se acomodó a su lado. Ambos se mantuvieron en silencio y se miraron luego de unos segundos.

—La cena estuvo genial ¿Sabes cocinar comida vegana? Te salió excelente —habló Taehyung, sonriendo pero Jungkook se mostró indiferente.

—No, aprendí hoy, no quería que la sopa sea poco.

—¿Aprendiste a cocinar comida vegana sólo para hoy? —preguntó el castaño y Jungkook asintió—. Jungkook...

–Dime.

—Mhm... —Taehyung vaciló un poco antes de hablar y, por primera vez, se sentía sumamente nervioso. Sumando el hecho de que los ojos de Jungkook eran los más penetrantes que había visto en su vida—. Podemos... salir otro día, ya sabes... nosotros solos.

—Oh.

—Adoro a Jihyun —se apresuró a decir—. Pero no tuvimos la posibilidad de estar solos y... quisiera que podamos estarlo por un momento.

—Estamos solos ahora.

—¡Jungkook! —Taehyung exclamó en susurros, chasqueó la lengua y prosiguió—. Te estoy diciendo que quiero que tengamos una cita, idiota.

—Ah... Ou.

Taehyung estalló en carcajadas y fue en cuestión de segundos que su risa contagió a Jungkook, quien comenzó a carcajearse junto a él. Estuvieron así un rato largo y nunca fueron conscientes de que sus rostros se encontraban muy cerca hasta que dejaron de reírse. Los ojos del castaño fueron a parar a los labios de Jungkook, notó que éstos se encontraban húmedos aún debido a que el pelinegro había pasado su lengua por ellos. Sintió el deseo de besarlo y no creía mantenerse firme por mucho tiempo.

Mientras tanto, Jungkook sabía lo que pasaba por la mente de Taehyung y mentiría si dijese que no quería lo mismo. Ansiaba poder probar su boca. Y fue totalmente impulsivo cuando colocó una mano en la mejilla del contrario y lo acercó, haciendo que sus labios se rocen. Taehyung cerró los ojos e hizo lo mismo. No se besaban, pero sus bocas se acariciaban y ambos anhelaban juntarlas en un suave pero deseoso beso.

Jungkook no se movió, quiso acercarse a besarlo, pero en cuanto su corazón latió con rapidez, supo que debía detenerse antes de cometer una estupidez.

Jungkook había besado a otras personas, pero los besos siempre terminaban en otra cosa y ninguna persona con la que había estado, fue por amor o las verdaderas ganas. Jungkook mantenía su libido y disfrutaba tener relaciones sexuales, pero nunca sentía nada más que atracción física a la persona con la que pasaba una noche.

Se aterró cuando sintió miles de sensaciones pero ninguna se acercaba a la excitación y ganas de tener sexo. Tenía ganas de besarlo y acariciarlo con cuidado, como si se tratase de una escultura frágil que se rompería con un descuidado toque. A su vez se sentía nervioso, sus manos y piernas temblaban y sintió un leve sudor en su espalda.

Taehyung le atraía mucho más que físicamente y quiso llorar.

Se alejó y Taehyung lo observó con confusión, intentando descifrar que pasaba por la cabeza del señor indescifrable. Jungkook se levantó y colocó ambas manos en los agujeros de sus bolsillos.

—Ya es tarde, mañana debo trabajar.

—Oh...

—Hablaremos luego y... podemos decidir cuando vernos.

—Bueno...

Taehyung se colocó sus zapatos y tomó su abrigo. Jungkook abrió la puerta y el castaño lo miró, suspirando.

—Gracias por la comida, Jungkook, la pasé de maravilla —sonrió enormemente y asintió con la cabeza.

Taehyung se alejó y Jungkook lo observó irse como lo hacía todo el tiempo, suspirando suavemente. Cerró sus ojos y cubrió su rostro, sintiéndose enojado consigo mismo.

Daddy's fear.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora