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10. La casa de los Potter

Remus había estado preparado para la casa de los Black, al menos se hacía una idea en su mente de lo que se iba a esperar. Mucha extravagancia, todo del tamaño del ego de Sirius Black. Sirius Black... Pero la casa de James era lo que menos se imaginaba de la casa de un rico del nivel de los Potter.

La casa era grande, pero no de la forma extravagante de que de los Black, de una forma hogareña, incluso las paredes eran de tonos cálidos y con flores muy bien cuidadas en la entrada. Los pájaros cantaban aumentando la sensación de que era un lugar en donde querías estar.

Cuando Remus entró se dió cuenta de que porque James tenía tantas ganas de regresar a su casa apenas llegaban a la de los Black. Habían ventanas por todos lados y las cortinas eran blancas dejando entrar la luz perfectamente bien. Remus sintió que al entrar su barra de energía y vitalidad se llenaba al instante, entendió porque James siempre estaba feliz y con buena energía.

James tomó galantemente a Lily en sus brazos y caminó por los pasillos con ella. Remus muy pocas veces había visto la galantería con sus propios ojos y lo demás había sido en los libros.

-La llevaré a la habitación de invitados. Puedes ponerte cómodo. - le dijo a Remus mientras caminaba. -Mi casa es tu casa.

Remus negó lentamente con la cabeza. Moría por comer algo, pero primero estaba Lily. -¿Tu madre llegará pronto?

El pasillo hacia la habitación donde había ido James era extrañamente igual de luminoso, Remus se preguntaba cómo sería de noche.

-Sí, aunque también estoy entrenado, sé lo que hago, no te preocupes. -James buscaba y sacaba apresuradamente muchos frascos pequeños y oscuros.

La cama donde se encontraba Lily descansando era de sábanas blancas y muy limpias, se encontraba las lado de la ventana con las cortinas del mismo color y la ventana medianamente abierta a su lado. La luz entraba tenuemente dando un aspecto de comodidad y paz. A Remus le gustó mil veces más que la mansión de los Black aunque era mil veces más modesta.

Se arrodilló a su lado y tomó la delicada mano de Lily con mucho cuidado. Estaba respirando irregularmente y no parecía tener algún tipo de conciencia de lo que sucedía.

James se acercó a ellos con la medicina y Remus inconcientemente se tensó. -Tranquilo. - le dijo con una ligera sonrisa adornando su rostro. -Haré todo lo posible.

Remus le dió espacio y James siguió con su trabajo. Se arrodilló al lado de Lily, tomó un poco de lo que Remus reconoció como alcohol cristalino y lo roceó en sus manos esterilizándolas. La mirada de James no eran tanto de admiración hacia Lily en ese instante, era de preocupación y concentración perfectamente combinadas.

James hacia todo lo posible y murmuraba cosas mientras tomaba la temperatura de Lily e incluso le ponía paños fríos en la frente. Remus no sabía qué hacer así que lo único que hacía era mantenerse callado y arrodillado a un lado pidiendo internamente que Lily esté bien.

-Voy a darle de beber el medicamento. ¿Me ayudas?

Remus asintió y tomó delicadamente a Lily en sus brazos y la medio sentó para poder vertir el líquido en su boca. James abrió delicadamente los labios de la pelirroja adornando sus mejillas de un poco de rubor intrusivo.

Al vertir el líquido lento James se cercioró de que lo tragase y así hizo, pero inmediatamente después abrió los ojos delicada y pesadamente.

-¿Lily? - dijo Remus tratando de llamar la atención de la joven mientras aún la tenía en brazos frente a James.

La luz, el ambiente pacífico y la enfermedad debieron jugarle en contra a Lily. -¿Dónde estoy? - entrecerró los ojos a un James con una ligera sonrisa en los labios. -¿Eres un ángel?¿Estoy muerta?