27. En la piel de Regulus

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Lxs reto a tomarse un shot cada vez que lean "Regulus" en este cap AJJAJAJA



Regulus Black se dio cuenta que era alguien realmente importe y con mucho poder a los primeros años de vida. Cuando las cuidadoras se ponían muy ansiosas al verlo llorar cuando no le daban lo que quería. Miraban a todos lados y hacia las puertas, y Regulus no paraba de llorar hasta que se lo dieran. 

Era bastante fácil manipular a las personas a su antojo. 

A corta edad también notó lo ignorante que su hermano era del poder que tenían. Sirius siempre era amable y bromeaba con los sirvientes. Incluso a veces se quedaba en la cocina con las cocineras. Regulus tenía las ganas de entrar también, pero notó como su madre miraba a Sirius y se negó a hacerlo. 

No quería esa mirada. 

Es extraño como terminaba haciendo cosas totalmente diferente a la forma en la que pensaba solo para que sus padres le dijeran a Sirius "Deberías ser como tu hermano", "Es el menor y aún así es más maduro que tú", "Ojalá él fuera nuestro primogénito". No lo admitiría, pero sentía una creciente satisfacción cada que eso pasaba. Se sentía superior y grande. 

Cuando oía a su hermano llorar por no ser como él sentía pena y dolor dentro de sí, pero era incapaz de expresarlo. Quería llorar con él, abrazarlo y decirle que solo tenía que esforzarse un poco más, pero su lugar se quedaba sentado a su lado sin hacer ni decir nada, hasta que eventualmente su hermano calificaba esto como falta de interés y lo echaba. 

A Regulus no le dolía que lo echara, se sentía bien ver a alguien siendo emocional a su lado y a ese grado de emocional era aún mejor. 

Regulus estaba acostumbrado a los golpes desde muy pequeño. Estaba acostumbrado a verlos y a sentirlos. Eran el único accionar que lo hacia llorar y eso era bueno de una manera muy retorcida. Cuando fue creciendo, los golpes hacia él fueron disminuyendo hasta ser nulos. Lo cual hizo que su familia olvidara la última vez que lo había visto llorar. 

Cuando el tío Alphard murió, las pocas risas y comentarios sarcásticos se esfumaron. La casa se sentía vacía y en silencio todo el tiempo. Agregando el hecho de que Sirius se había negado a salir, ya que su madre les dijo que era peligrosamente mortal estar demasiado cerca a un hombre. A Regulus no le importaba, no necesitaba amigos, ni a nadie, porque los amigos eran en su mayor, según sabía, mala compañía y te podían inclinar a ideas impropias. 

Regulus pasó meses mirando el reloj que le dejó su tío. 

Él conocía a su hermano a la perfección y tal como lo había profetizado, el mayor se recuperó unos meses después. Estaba más abierto a la idea de ir a reuniones y conocer gente. Regulus conoció a Barty, que aunque muchas veces asustaba y le hacía acordar a una hiena, no era de los amigos que necesitaba contarle sus secretos ni compartir mucho tiempo de calidad y eso era bueno. Y también conoció a Pandora, a quien por más que Regulus la alejase y alejase, ella permanecía a su lado como una pulga. Al principio era molesto, peor luego se encontró riendo de sus chistes y pensó "Es una chica. No hay problema ¿Verdad?".

Sirius conoció a Marlene y a James. 

James. 

Regulus supo que James iba a ser un problema desde el primer día en que lo vio. Con esa sonrisa enorme, esos rulos y las gafas que se resbalaban por su nariz morena. 

Mantuvo su distancia y sobre todo por los comentarios que hacía soltado su madre sobre el nuevo amigo de su hijos. Regulus no quería decepcionarla. 

El menor invitó un par de veces a su nueva amiga a su casa. Necesitaba que alguien lo hiciera reír y era bueno. Hasta que Sirius también empezó a invitar a James a la casa. Regulus supo que se había auto aniquilado y se quería morir. 

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