11. Ilusiones y desesperanza

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La rubia caminaba por los pasillos mirando la joya en su dedo anular con una sonrisa en el rostro que no podía ocultar.

–No entiendo porqué te hiciste eso en el cabello.

Se detuvo para ver a la pelinegra a su lado con el ceño fruncido, cosa que era muy característica de ella últimamente. No estaba feliz.

—¿De qué hablas? – la encaró moviendo su abanico con rapidez.

Lo peor que podías hacer con ella era mostrarte vulnerable, le gustaba aplastar a los que se veían como presas fáciles.

– Tu cabello estaba perfectamente bien de negro, es una característica familiar. — La otra chica sacó su propio abanico imitando a su hermana de forma burlesca.

Narcissa giró sobre su eje y empezó a caminar oyendo la voz de su hermana siguiéndola de cerca.

—Bueno, el rubio es una característica de mi prometido y me gusta.

—Te lo pusiste así antes de que te pidiera matrimonio. — El tono de voz de Bellatrix era calmado, pero con la intención de herir.

—Estaba segura de que lo iba a hacer. — sonrió con suficiencia.

Bellatrix rodó los ojos. —Ojalá hubiera visto tu cara si se lo pedía a otra.

Narcissa paró de golpe cerrando su abanico de golpe. Volteó a ver a su hermana levantando la barbilla. —Cualquiera diría que eres una viuda y no una recién casada. Acabas de volver de tu luna de miel, Bellatrix. Deberías estar radiante y no soltando rayos.

Bellatrix volvió a fruncir el ceño. —No es como si fuera algo que haya sido del todo satisfactorio. —Miró hacia otro lado.

Narcissa miró hacia los lados cerciorándose de que nadie estuviera escuchándolas. —¿Fue tan malo?

—La tía Walburga dice que no podemos hablar mal de nuestros esposos. No pienso decirte que fue completamente asqueroso.

Las hermanas se sonrieron juguetonamente.

—Al menos una de las dos se casará por amor. — Mencionó Narcissa.

—¿Amor? — soltó aire. — Toda alianza es por conveniencia. Tú lo haces. Lucius no es de una familia renombrada, pero tiene dinero. ¿Me dices que eso no es conciencia?

Narcissa conocía a Lucius desde que era pequeña y su familia iba a las reuniones de los Black. Los Malfoy parecían siempre empeñados en mantener a Lucius cerca de las hermanas Black. Andrómeda era fácil de acceder, pero tenía la mente en otro lado y todos lo sabían. Bellatrix era muy cerrada y miraba con arrogancia a cualquier caballero que se acerque, además era de conocimiento público de que estaba prometida a el mayor de los Lestrange. Narcissa de lejos parecía la mejor opción para los Malfoy o la más accesible. Risueña y llena de vida, a diferencia de sus hermanas, no era mucho ni poco, era lo suficiente, el equilibrio perfecto. Aunque a Narcissa le doliera pensar que fue la opción más fácil de acceder a la alta sociedad para su prometido.

La rubia suspiró sin ganas de refutar a su hermana pérdida en sus pensamientos.

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Remus despertó con el sonido de los pájaros cantando en su ventana. Se estiró permitiéndose bostezar.

En la mansión de los Black era difícil para él sentirse completamente cómodo cuando hasta las camas y sábanas parecían estar a una altura superior a la tuya.

Estaba constantemente comparando las casas de ambas familias, pero era casi inevitable cuando había pensado que todas las casas de la gente rica eran igual de aburridas y sin vida.

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