End game [loki y tú - 3eratemporada]

[28. Loki el peluquero]

Los ruidos de unos pasos los hicieron girarse, encontrando a Thor junto a su novia Jane.

—Miren quién acaba de llegar.

La rubia se levantó con el rostro contorsionado en emoción.

—¡Tú eres la famosa astrofísica Jane Foster!

La doctora hizo el mismo gesto de emoción.

—¡Y tú eres la famosa cantante ___ Rogers!

Las dos mujeres soltaron un grito de emoción, uniéndose en un abrazo al instante, mientras los dos hermanos miraban la escena extrañados.

—Tú eres la creadora de la Teoría Foster, he leído tu trabajo como cien millones de veces, ¡es increíble!

—Y tú eres la cantaautora de Two ghosts, ¡esa es mi canción favorita!

Dieron saltos de emoción, felices de conocerse la una a la otra.

—¿En serio? ¿Por qué esa? Es una de las más tristes. —irrumpió el dios del trueno, manteniendo el ceño fruncido.

La ojiazul apretó los labios.

—El álbum en sí es súper triste.

—Bueno, tienes raz...

—Mis dos hijos siempre desafiando mis órdenes. —dijo Odín, llegando al lugar— Doctora Jane Foster.

La mencionada arqueó una ceja, brindándole una sonrisa cínica.

—Majestad.

El ambiente se tornó incómodo con la llegada del rey, los cuatro individuos se mantuvieron en silencio, sin tener nada para decirle al hombre que estaba complicando sus vidas.

Unos minutos después, el mismo decidió romper el silencio.

—Bueno, quería comentarles que más tarde se hará una celebración. —palmeó las manos— Así que pueden buscar unos buenos atuendos para sus novias.

Las últimas dos palabras le salieron con ironía y al parecer un poco de asco, provocando que las dos mortales hicieran un gesto de gran incomodidad.

—Por supuesto, padre. Ya nos retiramos.

Sin permitirle mencionar alguna otra palabra, cada dios tomó a su novia de la mano, para alejarlas de la escena.

En cuánto estuvieron lejos del mayor, la Rogers se permitió hablar.

—Creí que era la única a la que Odín no aceptaba.

—Es un dolor de muela, demasiado superficial. —la astrónoma rodó los ojos, para después posar una mano en su hombro— No permitas que te afecte nada de lo que te diga, eso hace que su ego crezca.

Asintió, mostrándole una sonrisa.

—Bueno, contigo aquí no me sentiré tan extraña e incómoda.

—Seremos muy buenas amigas.

Al atardecer.

—Chicos, ¿están listos? —murmuró Frandal, detrás de la puerta.

—Salimos en un momento.

Loki ayudó a su novia con el corset, apretándolo lo más que podía mientras ella se aferraba al respaldar de la cama.

—Siento que todos mis órganos se juntaron y se volvieron uno solo.

El pelinegro rio, teniéndole un vestido rojo descubierto en los hombros, escote en v, con mangas largas y anchas, largo hasta los pies y con detalles de flores en ciertas partes. Ella se lo colocó con cuidado, recibiendo nuevamente la ayuda del ojiazul, que acomodó su cabello con gentileza por encima de la prenda, al mismo tiempo que plantó un beso en su hombro descubierto.

—¿Me permitirías hacerte un peinado?

Ella frunció el ceño con diversión.

—¿Ahora eres Loki el peluquero?

Él rodó los ojos.

—Por favor, mascota.

—Tendría lógica, porque siempre eres muy vanidoso con tu cabello. —murmuró con burla, luego su novio le sacó la lengua infantilmente— De acuerdo, ¿qué vas a hacerme en el pelo?

—Ya verás, los vídeos de Youtube tendrán que haberme servido de algo en Midgard.

Ella rio, sentándose en la cama, mientras el hombre se hacía detras de ella y tomaba su cabello con gentileza.

—¿No sería más fácil hacerlo con magia?

—Quiero hacerlo por mí mismo, para que sea más especial.

—Bien, de acuerdo.

Tomó un mechón del lado izquierdo de su cabello, comenzando a trenzarlo con total cuidado, de forma que quedara perfecto, quería que su novia se viera maravillosa. Unos momentos después, tomó un mechón del lado derecho, trenzándolo de la misma forma que el anterior, cuando llegó al final, agarró el otro lado ya hecho, cruzó ambas trenzas, sujetando las puntas con ambas manos.

—¿Podrías sujetar por un momento de esta forma, por favor?

—Por supuesto.

Ella tomó las puntas de la misma forma del pelinegro, mientras el mismo se levantaba velozmente de la cama para buscar entre sus cosas las pequeñas hebillas invisibles que había comprado especialmente para la ocasión en que pudiera peinar a su novia. Al pasar de los minutos, volvió hasta ella, tomando una de las puntas para sujetarla con una de las hebillas, luego hizo lo mismo con la otra, dejando así un peinado semirecogido, pero aún le faltaba algo, por lo cual optó por usar su magia, ondulando las puntas del cabello suelto, de forma que se viera mejor.

—Listo. —sonrió orgulloso.

La ojiazul se levantó para observarse al espejo, notando de inmediato el bello peinado que el dios del engaño le había hecho, sonrió con ternura, girándose a él.

—Me encanta. Muchas gracias, amor.

Se dieron un beso de pico.

—Te ves hermosa. —le acarició la mejilla— Ahora vayamos a esa fiesta y deslumbremos a todos con tu belleza.