Daichi revisaba una lista de clientes con los que debía reunirse aquel día. Se frotaba los ojos con desgana. Tenía que preparar la reunión con algunas personas de alto cargo también.
Desde el coche podía ver a los transeúntes. La zona se parecía mucho a aquel lugar de hace unos meses.
En aquel momento se le pasó por la mente. ¿Qué habría pasado con aquel omega?
No se sentía orgulloso por aquello. Haber perdido la compostura y sacado su peor lado por culpa de unas feromonas. De verdad aquellas feromonas le habían vuelto loco y las recordaba cada noche nítidamente en sueños.Mientras que el rostro de aquel omega aparecía fugazmente por sus recuerdos, una silueta conocida cruzaba la calle. Realmente parecía él y no estaban lejos de la zona donde lo encontró.
- Frena.
- ¿Jefe?
- He dicho que frenes.
El conductor paro en un vado. En efecto, ese era el pequeño omega que lo había vuelto loco. Estaba sentado en la parada de bus.
- Jefe, llegaremos tarde a la reunión.
El omega se subió al autobús.
- Sigue al autobús.
- Pero...jefe - la mirada que Daichi le mostró hizo que el conductor sufriera un escalofrío.
Se pusieron en marcha.
Daichi llamo por teléfono y se disculpó con el cliente, alegando una avería en el coche.
Unos 20 minutos más tarde el coche se detuvo.
- Jefe, el joven a bajado.
Daichi observó desde el coche la zona.
- Creo que se dirige al hospital jefe.
¿El hospital? Era cierto que la parada dejaba justo frente al hospital. El joven estaba entrando en el y desaparecía tras las puertas. ¿Acaso estaba enfermo?
Esperaron durante un rato hasta que el joven omega salió. Daichi no lo pensó dos veces y salió del coche.
El pequeño omega buscaba en su bolsa mientras esperaba en la parada.
- ¿Qué haces aquí? - el pequeño omega salto del susto y miro a su alrededor.
- ¿Que? ¿Quién? - se le quedó mirando unos segundos antes de palidecer -. Usted...
Parecía recordarle. El joven se levantó y paso de largo por su lado. Daichi lo detuvo cogiéndolo de la muñeca.
- Suélteme.
- ¿Acaso estas enfermo? - Daichi ignoraba su petición.
- No es asunto suyo, ahora suélteme.
- Sube - el coche llegaba por la calle despacio parando a su altura.
- ¿De que habla? - el omega fue empujado dentro del coche -. ¿Esta usted loco? Esto es secuestro.
- Tan solo te estoy llevando a casa.
- Quiere forzarme de nuevo?
Daichi apretó la mandíbula, pero ignoro su comentario.
- Estas enfermo? - preguntó de nuevo
El pequeño omega lo fulminó con la mirada y saco de su bolsa una tabla de pastillas.
- Tan solo fui a por mis supresores – Enseño una bolsa de papel con medicina dentro.
El coche se quedó en silencio tras eso.
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Peach skin
Romanceun joven omega salvado o tal vez atrapado por uno de los más temidos mafiosos de Tokyo, quien ve en él algo más que un juguete. Quién conquistará primero a quien? Quién fue realmente salvado?