Mi vida.

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Jodie Oxford, Cony Crafford y America Greene: A list. Estos son  los primeros nombres que aparecen cuando de renombre se trata. Yo soy America. Tengo dos hermanas, Loren y Trish Greene, tengo un intento de padre llamado Bruce, y madre, bueno, esa es otra historia.

Para mi suerte, la vida era algo convincente a mi parecer, como de costumbre era lunes, amaba los lunes, vestuario nuevo, maquillaje para usar, un nuevo día para demostrar que era toda una reina, o eso creía. 

Desperté a las seis am en mi habitación, la cual era más pequeña que el cuarto de baño, compartía espacio con mis dos hermanas, las cuales dormían muy calmadas. Me levanté de manera rápida y fui directo a la cocina a preparar café, jugo y pan tostado para papá, al escuchar gruñir la puerta del cuarto principal supe que me esperaba un mal día, como todos.

—Buen día papá. —dije dejándole el jugo y las tostadas en la mesa.

—Nunca son buenos. —dijo pesado.

—¿Como amaneciste? —me acerqué a darle un beso en la mejilla y este corrió la cara bruscamente y me miró malhumorado.

—¿Donde está mi café? —preguntó incrédulo.

—Ya lo traigo. —dije sin ánimos mientras iba a la cocina.

—Me limité a guardar silencio y esperar a que se le ofreciera algo más.
—Creo que ya me iré a clases—. dije dándome la vuelta para ir a cambiarme.

—América —pronunció mi nombre lentamente y mi cuerpo se tenso rápidamente.

—¿Si? —pregunté mientras miraba por mi hombro.

—Le falta azúcar... Y a ti te falta aprender a no hacer ruido cuando llegas tarde.— dijo silenciosamente.

Era mi fin.

—Lo lamento, iré por mas.— 

Me acerqué a la despensa rápidamente al igual que temerosa y saqué la azúcar, juraba que la salida de anoche había quedado como algo que solo mi ventana y yo sabríamos. Busqué una cuchara y me acerqué a él.

—¿Me acercas la taza?— cuestioné.

—Claro— acercó la taza hacia mi haciendo que no pudiera tomarla antes de que esta cayera al piso y todo se embarrase.

Gritó un par de cosas con bastante fuerza y luego se fue a su alcoba.

Mi padre fue diagnosticado con TEI (trastorno explosivo intermitente) luego de que mi madre partiera, la vida dio un giro exuberante para cada uno de nosotros, mi padre no tomaba sus pastillas y era propenso a exaltarse ante la más mínima mientras de desagrado.

Luego de unos ratos de preparación, decidí tomar mis cosas al igual que avisar a mi hermanas para así poder dirigirnos hacia la secundaria. Era mi ultimo año y era de esperarse que dejara mas en la cancha de lo que los espectadores esperaban, así que subimos al auto listas para partir. 

—¿Papá te ha golpeado otra vez?— pregunta Loren mientras me paraba en el semáforo a cubrir con maquillaje el golpe.

—Si, pero fue solo una bofetada, eh tenido peores.— dije mientras guardaba la mascara en mi bolso y ponía mis manos de vuelta en el volante.

—Supongo que tu eres como mama.— dijo mirando al frente.

—¿A que te refieres?— dije mirándole esta vez.

—Yo me parezco de rostro a papa tu has de ser igual a mama, ¿no crees?— dijo esperanzada.

—Algún día lo sabremos -dije tocando el mi mejilla derecha donde fue propinado el golpe.

La vida de una P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora