América, Trish... ¿Y Loren?

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Junto con Trish y Loren decidimos mudarnos por un día hacia la casa de los engaños, obviamente le teníamos que informar, fue difícil restaurarla nuevamente y él o estaba bastante inseguro y en desacuerdo en un principio, fue complicado que pudiese darnos la casa aquella noche, pero luego de tantas suplicas, de tanto rogar y tanta humillación, nos cedió la casona. Al llegar vimos tuvimos que ponernos al corriente y recoger lo que aun estaba tirado, arreglar algunas cosas y limpiar otras, el dinero aun no me era suficiente para sustentar todos los daños, pero trabajar en tutorias me sirvió al igual que a Alex. El lugar estaba perfecto. Se suponía iba a ser una pequeña reunión solo entre amigos así que le informe a las chicas.

-Escuchen, no podemos excedernos, la ultima fiesta que hice me llevó a muchos problemas y casi una paliza, así que debemos de tener mucho cuidado. -apunté.

-No habrá problema. -respondió Trish acatando cada palabra.

-Cierto, seguiremos todo lo que digas y saldrá al paso -añadió Loren.

-Bien -sonreí-. Hagamos esto.

Continuando con nuestra tertulia, cada quien tuvo una tarea especifica que cumplir, Loren pidió la comida y las bebida, Trish fue dándole su toque a toda la casona para que tuviese el ambiente fiestero y yo comencé a mandar invitaciones de ultimo momento, se suponía cada una invitaría diez amigos, yo ya tenia los míos en mente al igual que las chicas, comencé a enviar invitaciones y todos los contactos respondían rápidamente con una afirmación. Iba a ser épico. Mas el cuidado era primordial, los vecinos estarían al pendiente cual moscas y debíamos hacer lo mas sano posible; por tal motivo, cuando los invitaron iban llegando y adentrándose al lugar, procurábamos que todo estuviese bajo control y en orden.

Tomé mi celular y busqué el contacto de Alex para así dejarle un mensaje:

"-¿Donde estas? La fiesta empezó".

Guardé mi celular en el bolsillo trasero y bajé las escaleras, le sonreí a todos y comencé a bailar con ciertos amigos, le hice un ademán a mis hermanas para que se acercaran y comenzaron a bailar conmigo, hasta que Loren me tomó del brazo y tiró de el creando en mi una reacción sorpresiva, alejándome del grupo.

-No sabía que conocías a Todd Ackerman -miró al pelinegro de un reojo, alto, caucásico y con fisco apreciable .

-Si, es el mejor amigo de Alex y parte del equipo. -me encogí de hombros sin darle mucha importancia.

-¿Tiene novia? -susurró mientras aún le miraba-.

- ¡¿Te gusta Todd?! -cuestioné al instante.

-¡Cállate! -gritó Loren en un susurro-. Sabía que salía con alguien, solo míralo.

-Vamos Loren -coloqué mi mano sobre su hombro- Anímate, qué importa, hay un montón de chicos geniales aquí -sonreí.

-Tienes razón, aparte él nunca...

Cubrí su boca rápidamente.

-Nunca digas que un chico jamás se fijará en ti, eso es confirmación, y la confirmación es aceptar, así que no lo digas -la miré fijamente.

-Bueno -murmuró con mi mano aun en su boca-.

-Quité la mano-. Ve a divertirte hasta que no puedas mas pequeña -besé su frente-.

Loren se alejó y la miré con cierta ternura, era un tanto difícil ver a ambas pequeñas crecer después de tanto, eso me llevó a pensar en el momento en cual cada cual haga de su vida algo grande y exitoso, eso me llevo a romper en llanto interiormente y para no herirme aun mas, me  dirigí a la cocina y me serví un vaso con un poco de alcohol, tenia que mantener la cordura e inspeccionar todo esta noche. 

La vida de una P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora