Química perdida.

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No me parecía que las cosas estuviesen en orden y ya no quería mas ayuda. Sentía que quien podría propinarmela me estaba siendo inconcluso y aquello me daba un fuerte dolor de cabeza, aunque para la fecha, no era la única con migrañas. Me era bastante doloroso el saber que Loren aun no estaba bien, descarté las opciones de que permanecía extraña cuando empecé a encontrar mas envases de pastillas, cuando ya no quería salir a pasear conmigo y con Trish, cuando ya no quería tener nada que ver con sus amigos. Parecía una persona total y completamente diferente y aquello dolía en cierta forma. La ultima vez que la vi la dejé en la escuela y ahora estamos de nuevo aquí. Han pasado días desde que Andrew dejo de venir, cosa que me dejaba aun mas dudas en un principio y luego solo olvide. 

-Señorita Greene. -dijo la voz detrás mío.  

-Señor Barckz. -respondí tras girarme y observar el rostro de aquel maestro.

El señor Barckz era un hombre con muy buenos encantos físicos. Tenía aquel no sé qué aparte de su físico que provocaba que la mayoría de alumnas, maestras y sustitutas quisieran ser infieles a sus parejas, solo que había una incógnita: ¿por qué a mí no me pasaba igual? El señor Barckz tenía un buen trabajo, era bien pagado y tenía una mente brillante, pero también tenía aquel no sé qué y justamente aquello me evitaba ser parte de su ganado.

-Debo decir que su trabajo de ciencias fue uno de los mejores,  quería felicitarla personalmente y no solo a través del papel. -dijo con una expresión calmada y una leve sonrisa.

-Asentí-. muchísimas gracias, señor Barckz, es bastante importante para mi que así lo crea. 

-Y es bastante importante para mí que continúes dando lo mejor de ti, por eso quisiera que vinieras al salón unos minutos después de clases, me gustaría discutir un futuro en el cual te veo a ti junto a una beca en Stanford.

Aquello fue lo último que dijo y mi corazón no supo por cual orificio de mi cuerpo salir corriendo. Lo único que me ha preocupado este ultimo año ha sido mi colegiatura universitaria, como pagarla, como ayudarme sin aquello que tanto rogaba al cielo y... Y ahora lo tenia o al menos eso creo si me hago las ilusiones. Mis ánimos subieron a un cien por ciento antes de dirigirme a clases y continuar con la rutina teniendo aquellas ideas en mi cabeza, aquellas ideas de lo que quería hacer con mi futuro, de como buscare un lugar para mi, una casa, quizás con un enorme jardín, algo para mis hermanas, un lugar donde puedan vivir mejor... Añoraba aquello y lo trabajaría sin parar, aún teniendo aquello a lo que denomine premoniciones, aun no las comprendo, aun no entiendo como puede pasar pero... es justo. El karma se las cobra.

-¿qué se cobra? -pronunció el alto de cabello oscuro frente a mi.

-¿qué? -cuestioné frunciendo mi ceño mientras dejaba mis libros sobre el pupitre.

-Dijiste algo sobre que se las cobra, ¿quién o qué se cobra algo?

-Alex... olvídalo. Hablaba un poco fuera de los cabales. -sonreí ligeramente antes de observarle-. por cierto, tengo que decirte algo sobre la discusión de hace poco. 

-Escucho. -dijo mientras enderezaba su cabeza tras tenerla ladeada.

-No planeo seguir siendo parte de algo en lo que se que no soy buena, así como tu no podrás ser parte de algo en lo que no eres bueno para toda la vida. -dije.

La confusión de Alex, la expresión de su rostro me era bastante difícil de comprender puesto que lucia algo perdido, confundido, aturdido y a su vez asustado, pero para ello hay que entender un poco mas y volviendo un poco a atrás...

Sábado 10:32 pm. Día de la fiesta.

"Lo siento no podré ir, tengo tutorias" Al leer el mensaje apreté la mandíbula, tomé el vaso y le di hasta el fondo a la bebida.

-Eso haré, me voy a divertir. -musité para mi misma.

Habia sido tan molesto aquel hecho que no lo pude resolver sino tomando, sintiendo como aquel mensaje me había hecho sentir tan mal como nunca antes y no entendía por qué, había pasado fiestas sin Alex anteriormente y aquello me hacia sentir que algo no estaba bien, llamenlo intuición femenina, esa de la que todas hablan como un superpoder. 

Tomé vaso tras vaso sintiendo como el alcohol comenzaba a hacerme un ligero efecto, bailaba alrededor de las personas y me dejaba llevar siempre teniendo el control, luego de aquello, me sencioraba de tener a mis hermanas cerca y de que nada estuviese en posición de mancharse, romperse o fuese motivo de arrancar mi cabeza y aun con tanto que hacer, no podía sacar de mi mente a Alex, así que le marqué, lo llamé sin pensar en que sus tutorias estarían continuando a esas horas o que fuese mas que eso ya que entre tanto sonar y sonar, al final recibí respuesta. 

-¿Si? -contestó una voz femenina.

-¿Alice? -cuestioné intentando hacerme la tonta por unos segundos pronunciando el nombre de su hermana. Y sin respuesta por unos segundos, le mencioné nueva vez-. Alice, ¿qué pasa? 

-¿Qué haces con mi teléfono? -se escuchó claramente la voz de Alex.

Y luego la llamada fue colgada. Quise, intenté, traté de convencerme de que aquella no era la voz de Allison, pero me fue estúpido intentar mentirme de esa forma  así que llamé nueva vez y nadie contesto, para la tercera vez si pude recibir respuesta y aquella fue por fin de quien me esperaba.

-América, lamento no contestarte.

-Descuida, se que estabas ocupado, quizá estabas dormido o algo. 

-Si, precisamente, Alice tomó el teléfono por mí, lo escuchó sonar cuando pasaba frente a mi habitación, la puerta estaba un poco entreabierta. -explico.

Y es que Alex era el peor de los mentirosos, daba explicaciones demás y se escuchaba su voz nerviosa, era un asco intentando engañar al diablo que invento las jugarretas.

-No importa, saluda a Alice de mi parte. 

Y allí fue cuando colgué

Para el transcurso de tiempo, lo que sucedió fue que mientras más subíamos la música más personas iban llegando, más personas invitaban y enviaban textos creando así una masiva "tertulia". Dejé de ver a mis hermanas después de cinco vasos y solo comenzaba a cantar como si fuese mi ultima día de vida. Mi celular vibró en mi bolsillo trasero y lo saqué mientras bailaba sobre la tarima "Cinco llamadas perdidas de Alex". Rodee los ojos y de repente pasó por mi mente la imagen de Allison y Alex tomando ciertas "tutorías", apreté el vaso que tenia y lo bebí hasta el fondo, mientras me tambaleaba, admitía que no estaba en mis mejores condiciones.

-¿de verdad me estás acusando de haberme acostado con Allison? -cuestionó como si aquello hubiese sido una estaca para él.  

-Te estoy acusando de mentir sobre Alice, ¿quién habló sobre acostarse con alguien? -alcé una ceja acercándome.

Y así fue como las cosas se dieron a  conocer. No hubo gritos, pero si bastantes trapos al sol. Le conté sobre Andrew y el me contó sobre Allison, aparentemente no se habían acostado, pero si tuvieron uno que otro encuentro que lo hizo unirse al pecado y aquello fue suficiente como para que tocasen la campana, los demás entraran y ambos nos quedáramos en silencio esperando que la clase de química nos uniera un poco.


La vida de una P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora