Fechas importantes.

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Después de salir de la gran casona, llegamos a la pensión y nos adentramos por un callejón. Nos colamos por la ventana de nuestra habitación e intentamos subir. Trish entró de primera lo cual le funcionó con éxito, ayudé a Loren a subir la cual también cupo perfectamente. Seguido coloqué ambas manos apoyándome del marco de la ventana, me impulsé hacia arriba y logré entrar, las chicas comenzaron a desvestirse y luego se colocaron sus pijamas, yo salí de la habitación por un vaso con agua caminando con sumo sigilo con tal de no hacer ruido. Cuando llegué a nuestro pequeño intento de sala escuché una voz detestable dirigida hacia mi.

-¿Ya se les acabo la fiesta? -preguntó papá con completa calma.

-Tragué sonoramente y me di la vuelta lentamente. -Nosotras no...

Él deslizó un cuchillo junto a su sillón, lo cual hizo que mi voz se cortara por completo.

-Tu mamá solía ser como tú, Elizabeth -dijo mientras jugaba con el cuchillo- Salia, llegaba a tremendas horas, no importaba su "ajustado" horario -hizo énfasis en aquella penúltima palabra- Era alegre, viva, llena de color pero, ¿sabes que mas era? -apartó la mirada del cuchillo hacia la mía-. Una puta.

Esas palabras taladraron mi cabeza como si estuviese a punto de estallar, como si lo que quedaba de su libre y colorido, aparte de extrovertido mundo, fuera transferido a mi.

Miré a mi padre con cierto enojo, pero con mas compasión. Él se levantó de su sofá y ladeó la cabeza al hacer dicha acción, se acercó a mi con el mango del cuchillo sujeto en su mano derecha, al llegar hasta mi punto de terreno me miró con cierta melancolía en los ojos mientras yo le seguía sus ojos rojos y llenos de cansancio. 

-Descansen, ya es tarde. -dijo por último.

Cruzó por mi lado y se adentró en su habitación no sin antes haber dejado el cuchillo sobre nuestro pequeño comedor. 

Un suspiro de puro alivio se escapó desde lo mas profundo de mi garganta haciendo que mis ojos se cristalizaran. Miré el sofá desde donde estaba sentado esperándonos y me acerqué a él, miré la pequeña mesa de madera que tenia al lado del sillón y visualice una fecha en ella.

*08 - 09 - 2002*.

La fecha estaba tallada con lo que parecía ser un objeto filoso y puntiagudo. En ese instante entendí que papá no estaba enojado por habernos escapado, tampoco estaba tomado, mucho menos angustiado, él estaba... triste. Hoy se cumplen catorce años desde que mamá nos abandono. 

VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV

Al día siguiente desperté con el horario de siempre y me esmeré en el desayuno. Le hice algo especial a papá ya que enserio me sentía mal por él, coloqué todo sobre el comedor y levanté a mis hermanas tocando el hombro de cada una dándoles un movimientos leves para que tuvieran tiempo de prepararse para la escuela. 

Al estar completamente lista, miré a Trish que estaba sentada con su celular en la sala, di un suspiro de desesperación y me dirigí hacia el baño que compartíamos en nuestra diminuta pensión los cuatro. Toqué la puerta tres veces y Loren no respondía.

-Loren, se nos hace tarde -toque nuevamente.

No respondía, abrí la puerta sigilosamente y noté que no estaba allí, fui a la habitación y la miré aun rendida en la cama como si nunca le hubiese llamado. Quité las sabanas de su rostro y ella gruño pesadamente.

-¿Qué crees que haces? Hay que irnos -le mire severamente-.

-Gruñó nuevamente. -No quiero ir, no me siento bien -intentó tomar la sabana pero se la arrebate rápidamente-.

-... ¿Qué tan mal estas? -pregunté rendida.

-Demasiado. -abrió los ojos y me miró.

-Suspiré y me dirigí hacia mi mesa de noche, abrí uno de los cajones y tomé unas pastillas para los malestares, busqué un vaso con agua y le entregué ambos-. Le diré a papá, así no le dan uno de sus arranques. 

Ella asintió y se tomó la pastilla para luego volver a dormirse. Realmente Loren nunca suele faltar a la escuela, nunca, y menos por "malestares" si es enserio pues de verdad se esta muriendo.

Bajé con Trish y subimos al auto, ella preguntó por Loren pero solo le desvié el tema, no quería preocuparle por la actitud extraña de su hermana. Tal vez esté así por lo de mamá, es decir, a ella fue la que mas le afectó después de que se enteró. Fue un desastre controlarla, tanto así que cuando cumplió los trece años se escapó por la ventana y salió en busca de mamá, duramos mas de dos días buscándola, hasta que ella regresó y se quedó en casa de nuestra vecina, la cual nos llamó al tiro. Era difícil, pero siempre le enseñe que debía de continuar, a ambas, fue complicado, si, pero fue necesario.

Dejé a Trish en su sección y conduje un poco mas hasta llegar a mi aparcado. Deje el auto, activé su alarma y me adentré en la escuela, tan pronto entre Cony y Jodie vinieron a mi y comenzaron a hablar sobre lo normal, ropa, chicos, bolsos, etc. Yo por mi lado estaba perdida, estaba pensando en tantas cosas, una de ellas me rondaba la cabeza sin poder dejarla, y fue cuando estaba en casa de Andrew, cuando vi esa sombra tan opaca de algo que parecía ser un cuerpo acercándose a mi. Ese pensamiento llegó a mi cabeza de repente, como un golpe con un martillo. Lo cual me llevó a que Andrew no se apareció en la fiesta y lo había invitado. 

-¿Tú que dices Ame? -cuestionó Cony.

-¿qué? -salí de mi mente por un minuto antes de suspirar.

-¿En qué mundo andas? -Jodie hizo un gesto de mal gusto.

-Obviamente fuera del suyo. -murmuré mientras llegaba a la clase de literatura.

Al dar la vuelta en por una de las columnas mi cuerpo chocó con el pecho de Alex, él cual estaba algo nervioso.

-Lo-lo siento -tartamudeó.

-No importa -lo rodee sin darle importancia y él me siguió.

-América, lamento no haber ido anoche a... -le interrumpí.

-Alex, tus tutorías son obviamente mas importantes que una aburrida fiesta de secundaria. 

-Intenté llamarte, no contestaste ninguna de mis llamadas -pronunció serio.

-Tenia personas a las cuales atender, no tuve tiempo de tomar tus llamadas. -me encogí de hombros.

-América... ya basta -me miró fijamente.

-No, ya basta contigo. Pasa algo que no me cuentas, apareces nervioso, pasas tiempo demás con esa chica y si, eso es lo que me molesta. -apunté con aquella expresión seria y ojos asesinos.

-Son tutorias, debo hacerlas, es una ayuda y no pasa nada conmigo y Allison, entiende eso de una buena vez, soy bueno en ello, ¿o qué? ¿piensas que soy lo suficientemente estúpido como para creer que no fue ese bolso que vi salir del baño de hombres hace unos días? -apuntó y disparó.

Suspiré intentando no lucir culpable y que el silencio no se alargara entre ambos.

-¿quieres que las cosas sean de esa forma Alexei? Porque si fueses lo suficientemente listo como presumes notarias lo mejor -me acerqué sintiendo su respiración chocar contra mis labios-. era el mismo modelo de bolso, pero en otro color.

Me alejé después de dedicarle una ultima mirada y caminé a zancadas ruidosas por todo el corredor, el mundo sabia que estaba enojada y eso no hace feliz a nadie.

La vida de una P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora