Capitulo 3.-

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Las manos de Sparta comenzaron a sudar ¿Irían a un lugar muy elegante? No diría nada pero... Vamos, él no sabía utilizar cubiertos, los únicos lugares de comida que había visitado con Rius eran Burger King y Macdonald's y solo en ocasiones especiales.

—No te vas a desmayar aquí ¿Verdad niño?

—¿Qué? No— comenzaba a hiperventilar

—Zeus, niño, parece que te va a dar un ataque— tomó la salida de la carretera para poder estacionarse en la acera y giró el torso, se quitó los lentes y lo descubrió fijamente—. ¿Quieres que te lleves de regreso con tu tío?

—No— se apresuró a decir— yo sólo... No estoy seguro

Trollino sacó lo que parecía un teléfono del tamaño de su pulgar y una luz azul recorrió la anatomía de Sparta en segundos.

—Esto—Trolli le dio el aparato al chico— es algo en lo que estoy trabajando— pesaba más de lo que aparentaba, era de metal obscuro y en una de sus caras tenía una pequeña pantalla y en el costado tenía tres botones pequeños, lo sostuvo entre sus dedos y un chillido de escapó de sus labios cuando sintió un pequeño piquete.

—Esto... ¿Me picó?— preguntó observando que un ligero líquido había sido esparcido sobre su dedo índice después del piquete. Repentinamente una voz femenina se escuchó por las bocinas del automóvil

"Iniciando protocolo de prueba. Buen día señor Javier, el paciente en cuestión tiene un ritmo cardíaco de 100 latidos por minuto, y aunque se encuentran entre los parámetros normales considerando su edad y condiciones es un factor alterado, su presión arterial es de 130/85mm/dl lo cual está en un parámetro normal, pero también está elevado del óptimo, su glucosa capilar es de 80, estado óptimo, su temperatura corporal está elevada considerando que el aire acondicionado está prendido, también se percibe secreción de las glándulas sudoríparas sin haber practicado ejercicio o actividades extras.

Diagnósticos posibles: Ansiedad, miedo a lo desconocido, nerviosismo o excitación.

Sparta tragó con fuerza ¿Había dicho excitación?

— ¿Qué... Qué es eso? —Carraspeó Sparta aún más nervioso

—Andrés, te presento a Aguachirri, la asistente de enfermería en la que estoy trabajando— tomó el aparato de entre los dedos del chico y lo observó con detenimiento—. Aguachirri, por favor, repite los posibles diagnósticos posibles de Andrés 

"Claro señor Javier. Los diagnósticos posibles para Andrés son: Ansiedad, miedo a lo desconocido, nerviosismo o excitación"

—¿Y bien Andrés?— preguntó guardando el aparato en su bolsillo— ¿Cuál opción es? Y lo más importante ¿Cuál es su causa?

—No... No... No lo sé señor

—Andres— pronunció como si de una advertencia se tratase, pero en la cabeza del menor resonó implícito "Sé que mientes, y soy la clase de hombre que lo averigua"

—¿Cuáles son los diagnósticos?

—Ansiedad, miedo a lo desconocido, nerviosismo o excitación— su voz profunda y ligeramente ronca erizaron la piel de Sparta— ¿Y bien?

—Ansiedad, miedo a lo desconocido... Quizás... — sus manos sudaban cada vez más, quería gritar "aunque quizás ahora también excitación"—. Quizás porque nunca he ido a comer a la clase de lugares que usted acostumbraba... además véame —murmuró señalando sus desgastados jeans, zapatillas deportivas y un una camiseta con un estampado barato. Bajó la vista hacia la punta de su propio calzado — y ver, con porte, elegante, con un traje que seguro vale más que la casa de mi tío

—Andres— Trolli tomó su mandíbula con delicadeza y la elevó para fijar su mirada con la de Sparta, notó sus ojos, mirándolo con fuerza, como si estuviera eligiendo las palabras adecuado, nunca lo había visto detenerse a pensar en qué decir

— Si quieres podemos pedir algo simple en un lugar simple, quizás hamburguesas o pizza, pero quiero que te quede claro Andres; asistirás a lugares que solamente ves en televisión y quiero que comiences a ser parte de esta vida.

—Se... Señor Trollino— se alejó de Sparta como si sus palabras rompieran la forma en que le sostenía

—¿A dónde quieres ir?— preguntó Trolli con una media sonrisa desde su asiento

—A donde usted valla— habló casi desesperado por su repentina distancia—. Quiero que me lleve a su mundo señor Trollino

—Bien— alzó una ceja evaluando al chico y colocó su mano sobre su hombro comenzando a manejar. Y a pesar de que la piel de Sparta ardía ante su contacto no se separó ésta vez, se limitó a dejarla ahí y apoyó solo un poco, casi de manera imperceptible su cabeza sobre su mano. Unas manos que ahora creía capaces de sostener el mundo entero. 

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🤍Si alguna vez quieres dibujar alguna escena de este libro siéntete libre de hacerlo, si quieres puedes avisarme, me encantaría verlo :³💛

Azúcar en el Infierno •|SPARLLINO|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora