Azúcar en el Infierno •|SPARLLINO|•

Capitulo 5.-

Sparta confundido, y un poco asustado se levantó de su asiento y se acercó a Trolli quien lo tomó de la cadera y lo obligó a sentarse sobre sus piernas. Sparta al estar en esa posición notó que un hombre de cabello castaño, traje rojo y ojos verdes profundos había entrado al piso.

—Raptor, no creo haberte invitado a mi reunión — anunció Trolli sosteniendo con firmeza por la cintura a Sparta quien nervioso había optado por observar fijamente el mantel blanco que cubría la mesa

—Moly dijo tu nombre, después de no tenerte aquí por meses me pareció apropiado saludar a un viejo amigo... Pero veo que te encuentras muy bien acompañado— Raptor se acercó con la sonrisa imperturbable y saludó a Sparta quien le dio la mano y despues a Trolli

—Sí, estoy muy ocupado, de hecho creí que reservar todo el piso era una clara señal de que no deseaba ser molestado— aclaró Trolli con un tono de voz hosco, daba miedo escucharlo. Seguía sosteniendo a Sparta con dureza.

—Bien— aceptó Raptor con sonrisa imperturbable— pero si no mal recuerdo, tenemos asuntos pendientes, y si no los resolvemos aquí...

—Los resolveremos en mi oficina, mañana a las doce horas— añadió Trollino tajando la conversación

—Entonces me voy a habitación...

—¿Te estás hospedado en el Atlantis? — preguntó Trolli

—Así es Trolli... Fue un gusto... ¿Cómo dijiste que te llamas?— preguntó hacia el menor extendiendo la mamo

—Andrés— respondió nervioso el castaño respondiendo al saludo

—Diviértete, espero verte pronto— anunció antes de retirarse.

Cuando Raptor subió al elevador, Moly entró con los platillos de Trolli, sin embargo no pareció que le extrañara que Sparta se encontrara sentado sobre el regazo de Trolli. Cuando terminó de colocar los platillos en mesa observó a Trolli coqueta ignorando nuevamente a Sparta.

—El señor Joe se enteró de la visita de Raptor, en compensación por la molestia dice que el postre va por su cuenta, y también le envía esta botella de champagne

—Dale las gracias de mi parte— murmuró Trolli

Cuando Moly salió de la sala y los dejo solos nuevamente sintió el pecho de Trolli respirar mejor, aligeró el agarre y ayudó a Sparta a levantarse.

—Perdón por esto—sopesó Trolli—. No creí que él estuviera aquí.

Peter se debatió entre preguntar quién era el hombre, salir corriendo, o gritarle furioso por haberlo obligado a sentarse sobre él, sin embargo al ver la aflicción en el rostro del mayor no pudo hacer más que sonreír antes de sentarse en su propio asiento.

—Bueno... Ahora sé lo que es sentarse sobre un millón de dólares — murmuró metiendo una gran ración de puré en su boca llena de vergüenza.

Trolli  río ante la gracia del chico, su corazón se sentía libre de presión una vez más, Raptor no había arruinado la comida y el tema había sido desechado.

—Señor Trollino

—¿Qué sucede?

—Me quería hablar sobre la pasantía... Así que lo escucho

—En realidad comienzas el lunes, apenas es miércoles, pero me gustaría que te presentaras mañana para poder darte personalmente un recorrido por la empresa y presentarte a todos.

—¿Mañana? — preguntó Sparta intentando recordar si tenía algo planeado.

—Sí, cuando salgas de tu instituto me gustaría verte, le avisaré a la secretaria para que hagan tu credencial de trabajador y así puedas ingresar al edificio cuando lo desees.

—Gra-gracias señor Trollino, ahí estaré.

—Háblame de ti, tus intereses, a lo que quieres dedicar tu vida.

—Creí que ya había leído todo sobre mi— Sparta se sonrojó con una sonrisa divertida entre sus labios — creí que sabía todas mis alergias y hasta la ubicación de todos mis lunares.

—No sabía que tenías lunares.

—Menos mal, comenzaba a creer que el acoso era real.

Ambos rieron al unísono y Trolli tomó la botella de champagne que Moly les había llevado y la sirvió en dos copas.

—Espero que tu tío no se enoje conmigo por ofrecerle alcohol a su niño.

—Bueno... Si no se entera no le hará daño.

—Que sea nuestro secreto entonces.

El resto de la cena pasó más rápida de lo planeado, Trolli tenía razón, no importaba qué tan simple fuera la comida, bailaba en tu paladar en un torbellino de sabores, Sparta se encontraba tan satisfecho que decidió posponer el postre.

Trolli guió al chico al auto y lo llevó hasta la casa del tío Rius.

Sparta se había flotado por la suave rotación sentido del viaje. Veneno era un auto rapido y que parecia flotar sobre la carretera. Cuando llegué a la casa de Rius  Sparta despertó del trance del viaje.

—Muchas gracias por la cena señor Trollino— agradeció el menor retirándose el cinturón de seguridad— fue muy atento de su parte haber reservado todo el piso.

—No agradezcas — pidió Trolli observándolo fijamente — te veré mañana en mi oficina.

—Así será.

Sparta salió del automóvil, y solo entonces Trolli  pudo apreciar que el joven tenía un trasero que podía convertir a cualquier santo en pecador.

En realidad todo en Sparta era inquietante, su rostro angelical siempre lleno de vergüenza impidiendo la vista de Trolli, le provocó inmensas ganas de tomarlo por la mandíbula y obligarlo a verlo fijamente. El mayor apenas podía ver los ojos del joven ocultos bajo sus densas pestañas, siempre parecía preocupado . Y Trolli no sabía la razón, en su opinión el chico era merecedor de una vida cuyas únicas preocupaciones fueran elegir el sabor del helado del postre.

...

Sparta se encontraba sentado  sobre su cama, se removía con inquietud, recordando una vez más la cena. No podía creerlo, ahora era la clase de persona que iba a cenar a lugares caros, era la clase de persona que bebía champagne, la clase de persona que viajaba sobre un lamborghini. Una sonrisa parecí a estar tatuado en su boca desde que bajó el automóvil. Había probado un poco la lujosa vida del señor Trollino y ahora se sintia protagonista de una película.

Quizá era el efecto Trollino corriendo por sus venas lo que causaba que su piel cosquilleara.

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🤍Si alguna vez quieres dibujar alguna escena de este libro siéntete libre de hacerlo, si quieres puedes avisarme, me encantaría verlo :³💛