XII.

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—¡No lo hagas!

El grito desgarrador que brotó de mi garganta desesperada rompió el silencio de la noche.

Frente a mí solo había oscuridad y mi mano derecha que se había movido a pesar del dolor en un vano intento por detener a Aioros. Sin embargo, él no estaba ahí, y yo ya no me encontraba en la habitación donde estaba la cuna de mi Diosa.

Estaba inmóvil, lo único que podía hacer era temblar presa de la confusión y del pánico mientras trataba de comprender la situación, lo que había pasado. ¿Qué demonios se supone que había pasado?

—¿Aioros?

¿Dónde estaba él?

¿Dónde estaba yo?

En cuanto salí de mi estupor me incorporé rápidamente, los latidos de mi corazón comenzaron a calmarse en el momento en que mis ojos verdes se adaptaron a la oscuridad y lograron ver todo lo que me rodeaba... Era mi cuarto, y yo estaba sobre mi cama, con las sábanas blancas hechas girones, empapadas de mi sudor.

Mis manos palparon mi cuerpo, colándose por debajo de mi playera que se pegaba a mi cuerpo por la humedad, inspeccionado rápidamente mi piel, no había herida en el hombro, ni cicatrices en todo mi abdomen, mucho menos la cicatriz enorme por donde había visto que mi corazón abandonaba mi cuerpo. Los únicos dolores que tenía era el de mi cabeza que punzaba en mis sienes y el de mi corazón que estaba cansado por haber latido desbocado tanto tiempo.

—Una pesadilla... —Susurré para mi mismo, intentando calmar mi mente, mi corazón, y mi estómago, tenía nauseas, estaba mareado, todo pareció una pesadilla dentro de otra.

Mi garganta irritada me exigió agua así que salí de la cama y descalzó comencé a caminar sobre el blanco y frio piso, cuando pasé junto al enorme ropero de madera oscura un escalofrío me recorrió de la cabeza a los pies, provocando que me detuviera en seco.

Giré mi rostro con cautela, después el resto de mi cuerpo para hacerle frente a ese mueble, el mueble donde me había atrevido a guardarlo a él, me hermoso y maldito muñeco, pero eso no era real, no, yo no había hecho ninguna de esas barbaridades que se había experimentado vívidamente en mi inconsciente, yo no era él... Ese Shura demente no existía, solo era producto de mi maldito remordimiento que jamás me permitiría vivir tranquilo, no sin él. Suspiré resignado a mi cruel destino y cerré los ojos, pegando la frente sobra la madera de una de las puertas del ropero.

—Shura...

Abrí los ojos de golpe y miré al mueble con incredulidad, pero después me di cuenta que esa voz llamando mi nombre llegó por la espalda así que me giré rápidamente, alarmado, mis nervios todavía no se habían estabilizado los suficientes.

—¡Soy yo! —Informó Afrodita con sus manos extendidas frente a su pecho para demostrar que no era una amenaza. —Sentí tu cosmos alterado así que vine tan pronto como pude.

Yo solo tragué duro, mis labios se sellaron cuando la imagen de su cuerpo muerto por mis propias manos me abrumó, pero después una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro, me sentí aliviado, ¿Qué otra prueba necesitaba para saber que todo aquello fue una pesadilla si mi amigo estaba vivo frente a mí? Tuve unas enormes ganas de abrazarlo, pero me contuve mientras apretaba mis puños, temblaban por querer un poco de afecto, además, conociéndolo él lo hubiera odiado porque todo mi cuerpo estaba cubierto en sudor.

—¿Es que acaso el ratón te comió la lengua?

—No... —Respondí con un hilo de voz.

Afrodita me miró preocupado. —¿Volviste a soñar con él?

Agaché la cabeza, aunque el cuarto estaba oscuro y no podía verme su pregunta hizo que mi rostro se contrajera por el dolor.

Él...

Aioros.

Siempre que soñaba con él desde el día de su muerte terminaba en ese deplorable estado. Asentí en silencio.

Mi amigo suspiró, dio unos pasos hacia mi y colocó una mano en mi hombro, ese pequeño gesto me hizo sonreír, no necesitaba nada más de él. —Pasado mañana se cumple el segundo aniversario de su muerte... ¿Quieres que Death y yo nos quedemos en tu casa por la noche? Te mantendremos distraído con películas tontas y un montón de chucherías.

Volví a sonreír ante el esfuerzo de mi amigo por apoyarme en mi recurrente dolor, como siempre lo había hecho, sin embargo, lo rechacé educadamente. —No se molesten... Estaré bien.

El quitó la mano de mi hombro, podía sentir sus ojos celestes fijos en mí, analizándome para decidir si creerme o no, terminó por suspirar resignado. —De acuerdo, pero si necesitas algo llámame, ¿si? —Y con un golpecito en mi hombro se despidió.

—Estaré bien... —Volví a repetir cuando me encontré solo en mi habitación, si, en unas horas se cumpliría el segundo aniversario de su fatídica muerte, y yo seguía sin superarlo. —Lo estaré... —Tenía que convencerme que algún día así sería.

De nuevo mis ojos verdes volvieron a fijarse en el ropero, tan idéntico como el de la pesadilla, y aunque quería abrirlo para cerciorarme que hay solo había la poca ropa que tenía, decidí ignorar a mi trauma, no le daría gusto, ya me había afectado lo suficiente por una noche y lo seguiría haciendo, como lo había estado haciendo por casi dos años, pues no importa como fueran las cosas, la realidad era que yo siempre estaría atrapado en esa pesadilla. Ese sería el precio de la decisión que yo había tomado al obedecer esa orden.

Hice lo correcto.

Con ese último consuelo en mente retomé mi camino por el vaso de agua que tanto necesitaba, ignorando que al salir de mi habitación una de las puertas del ropero se entreabrió con un espeluznante chirrido.

FIN

*+*+*

Ahhh, siempre me hace muy feliz terminar un ff multichapter, aunque este es el más corto que he hecho, pero me gustó bastante. 

La canción que usé es A little piece of heaven de Avenged Sevenfold y el género es Heavy Metal.

Desde hace más de un año que me brotó la idea y me estuvo tentando bastante para ser redactada, pero el género (que supongo es medio miedo/suspenso psicológico o algo así, no lo sé) es algo bastante nuevo para mí y me sacaba mucho de mi zona de confort, además que la canción si contiene los temas tabús que aquí se presentaron.

También creo que este es el songfic más complicado que he hecho. No soy fan de tomar a mi antojo las letras de las canciones, siento que parte del reto es usarlas como guía al momento de escribir, pero la canción es larguísima, en un punto hay una boda zombie XD, pero las bodas siempre me parecen muy clichés así que eso lo ignoré, también hay estrofas que no incluí pq sinceramente me parecían de mal gusto jaja y si quería que esto fuera retorcido pero lo más por encima del agua posible.

Muchas gracias a mi amiga Kary (que no tiene wp) por haber sido mi conejillo de indias en este proyecto, tus comentarios me ayudaron bastante, sobre todo pq así me aseguré que las cosas si se daban a entender de la forma intencionada.

Ah, y por si aún está la duda de ¿por qué no salió Saga? bueno, de acuerdo a Ep G, Shura se entera 8 años después de su usurpación y en esta historia solo han pasado 2 años de la muerte de Aioros, así que de eso no estaba enterado. En fín...

¡Saludos! Y a los que se aventuraron a leer esta cosa espero que lo hayan disfrutado <3

Un pequeño pedazo de cielo / AiorosXShura /FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora