Naruto Shippuden: Start Again

Capítulo #10: Revelación

La Luna se elevaba sobre el cielo de la Aldea Oculta de la Hoja. Era un día perfecto para salir a pasear por sus amplias y bien iluminadas calles. Un joven se dirigía hacia la casa de su cita de la noche. Al asegurarse de que estaba bien vestido, tocó la puerta de la casa y salió a recibirlo una hermosa chica de pelo rubio: Ino Yamanaka. Traía un vestido morado lleno de brillantina por todas partes, guantes blancos y tacones de color rojo, además de llevar dos pendientes plateados

Ino: Sabía que al final aceptarías salir conmigo. Por cierto, te ves extremadamente guapo con esa vestimenta -dijo mirando de arriba a abajo a Naruto

Naruto: G-gracias -se sonrojó un poco -Tú tampoco te quedas atrás, estás muy bonita esta noche -elogió la belleza de Ino

Ino: Lo sé, Naruto-kun, soy la chica más hermosa de la aldea -dijo con un notable aire vanidoso

Naruto: ((Por favor, si tú supieras que hay una chica que te quita ese puesto))

No habían pasado ni 10 minutos frente a la puerta de la casa de Ino y ya Naruto estaba pensado en su amiga íntima. Por más que intentaba no podía sacarla de su mente. Ese sedoso cabello azul, esos hermosos ojos perlados, esos labios tan finos y suaves... Todas y cada una de las facciones de Hinata estaba volviendo loco al chico de marcas de bigotes. Deseos incontrolables de besarla, de acariciciar su piel, de abrazarla invadían su, ya de por sí confundido cerebro como un tornado de pensamientos. Aún en contra de su voluntad decidió continuar con la cita, ya estaba allí... Ya era muy tarde para regresar

Ino: Naruto... -lo llamó, pero él estaba pensando en las musarañas, o mejor dicho, en Hinata -¡Naruto! -le gritó

Naruto: ¡Ah, sí, la cita! -dijo volviendo en sí -Vamos a ir al restaurante ese

Ino: Sí, y mejor nos apuramos, que si no perderé la reservación

Rápidamente Ino se acercó a Naruto y lo tomó de las manos. Él, nervioso también tomó la mano de la rubia y se dirigieron al restaurante que reservó ella. Por alguna razón, la mano de Ino se sentía áspera y fría. Tal vez era porque el joven jinchuriki estaba tan acostumbrado a tomarse de las manos con Hinata durante sus paseos por las calles de Konoha que tomarse de las manos con otra chica le parecía diferente e incómodo, causando esa sensación áspera y fría que Naruto podía asegurar que era la sensación que sintió al tomarse de las manos con su cita

Ino: ((Será mejor que esto logre funcionar, porque si no, le daré una paliza a Kiba con mis propios medios)) ((A él es el único que se le ocurre contar con los 12 de Konoha para algo tan simple como esto)) ((No había necesidad de hacerlo, pero ya me he dado cuenta de que cuando se trata de Kiba cualquier cosa puede suceder))

Durante su recorrido por las calles de la Aldea con destino a uno de los restaurantes más lujosos, no solo de Konoha sino también de todo el Mundo Ninja, la joven kunoichi comenzó a recordar los sucesos que llevaron a que todo acabase en una planificada cita entre ella y Naruto...

3 días antes de la cita...

Eran las 3 de la mañana y un muchacho de 17 años vestido con un chaleco táctico dormía plácidamente en su cama, y a su lado se encontraba su novia: una kunoichi de la Aldea de la Arena de 19 años, que se encontraba vestida con un traje de color morado y rojo. Mientras dormitaban, un chico de pelo castaño, acompañado de su fiel compañero perro pasó por el lugar. Él empezó a llamar al otro joven por su nombre tratando de despertarlo

Kiba: ¡Shikamaru! -lo llamó, pero no respondía -¡Shikamaru! -alzó la voz, pero ni se inmutaba -Creo que es hora del plan B -miró hacia Akamaru y le dijo -A la cuenta de tres. 1, 2 y 3

Kiba y Akamaru vocalizaron un aullido de lobo perfecto para tratar de hacer que su amigo se despertase. Al instante, se despertó y se pusó en posición de guardia. Se dió cuenta de que el sonido venía de fuera de su casa y se encontró a su compañero de los 12 de Konoha acompañado de su fiel perro. Se echó una mano a la cabeza. No podía creer que ellos dos fueron los que hicieron que se despertase. Pero ya estaba despierto, así que era hora de ver para qué razón lo quería Kiba a altas horas de la mañana