CAPÍTULO 7

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La tienda de acampar estaba exactamente en el mismo lugar donde la habían dejado sus mejores amigos y él la última vez que habían estado ahí, aquel día en que "festejaban" el quinto aniversario de la derrota de Voldemort.

La acostó sobre el sillón y se dejo caer en el piso viéndola sin poder creerlo. Le había salvado la vida, se había interpuesto para que el hechizo le diera directo a ella y Malfoy también lo había salvado ¿Por qué le dijo todo eso? ¿Qué estaba pasando? No sabia que hacer. Pensó en Ron y en Hermione pero sabia que ellos inmediatamente llamarían a la familia Weasley, pensó en Sirius y en Remus pero ellos eran aurores y tenían que cumplir con su obligación de mandar a Azkaban a cualquier mortifago, tenia que hacer lo que Malfoy le dijo: "nadie debe saber que esta contigo".

Parecía que estaba dormida. Su cabello, su piel, sus pecas eran como las recordaba en su sueño. Pasaron unas horas en las que él la veía fijamente y Ginny seguía inconsciente, eso le estaba preocupando terriblemente. Pensó en buscar a un sanador pero…

- ¡Melanie! – exclamo asustado.

Melanie lo estaba esperando en el altar y no se había presentado. Ella no se merecía tal cosa, se sentía culpable pero Ginny era más importante en esos momentos.

Sin saber que hacer le fue desabrochando la tunica de mortifago y vio que estaba herida en una pierna porque su falda estaba completamente bañada en sangre. Rápidamente busco en los armarios de la cocina algo que hubiera dejado Hermione que pudiera ayudarle. Revolvió todo desesperado encontrando un frasco de esencia de dictamo, le levanto poco a poco la falda para buscar la herida. Sentía que no debería de hacer eso porque cada vez le subía más la falda hasta que encontró que la herida la tenía en el muslo a centímetros de su ropa interior. La herida era muy profunda y se asusto porque estaba entre morado y negro alrededor suponiendo que ya tenía muchas horas que se la habían hecho. Le vacío todo el frasco de esencia de dictamo esperando que se le cerrara inmediatamente pero no sucedió así, aun estaba algo abierta pero al menos se veía mucho mejor. Tomo unas vendas que había encontrado y le vendo la pierna con mucho cuidado. Le quito completamente la tunica y limpio su ropa manchada de sangre con un hechizo y la acostó en la cama esperando que se recuperara pronto.

Se había quedado dormido toda la noche en una silla a un lado de la cama. Al despertar tenia el cuello adolorido y vio que Ginny seguía en la misma posición aun inconsciente. Tomo la decisión de informarse que hacer y comprar las pociones necesarias al igual que traer comida y si le daba tiempo hablar con Melanie, no podía dejarla así sin ninguna explicación. Arropo bien a Ginny y se apareció en su casa para darse rápidamente un baño.

Segundos después de llegar escucho mucho ruido en la casa y sin oportunidad de reaccionar tenia a Sirius jalándolo de la camisa.

- ¿Dónde demonios estabas?

- Tarde en poder salir de la mansión Malfoy – fue lo primero que se le ocurrió decir.

- ¿En que estabas pensando cuando te apareciste ahí? – Sirius estaba furioso.

- ¡En que soy un auror y ese es mi trabajo!

- ¡Te quieren matar!

- ¡Siempre lo han querido, esa no es ninguna novedad!

- ¡Todos iban detrás de ti! ¡Ni siquiera les importaba los demás aurores!

- ¿PORQUE ME OCULTASTE LOS ATAQUES? ¿ACASO CREES QUE SOY UN CHIQUILLO QUE NO SE PUEDE DEFENDER?

- TRATO DE PROTEGERTE.

- ¿CON MENTIRAS?

- Deben calmarse – les decía Hermione.

𝑳𝑨 𝑬𝑺𝑷𝑰́𝑨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora