CAPÍTULO 8

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Harry La vio y se atrevió a hablar....

- ¿Por qué lo hiciste Ginny? – continuo Harry dándose la vuelta para verla de frente.

- Tú una vez me salvaste la vida, así que estamos a mano. Me siento mucho mejor, ya me puedo ir.

- No.

- ¿Por qué no? ¿Acaso me vas a enviar a Azkaban?

- No. Un mortifago vio que me salvaste y después huyo. Malfoy dice que si regresas te mataran, me pidió que te quedaras conmigo.

- ¿Y desde cuando le haces caso a Malfoy? – se levanto cojeando y buscando sus zapatos para irse.

- Vuelve a acostarte.

- No.

- ¿Tanto te urge regresar con él? – Ginny se detuvo sin saber que contestarle.

- No puedo regresar, tendré que buscar un lugar donde quedarme.

- Lo puedes hacer aquí.

- Dices que son unas montañas ¿Dónde crees que pueda conseguir trabajo aquí? De alguna manera tengo que mantenerme.

- ¿Y que tienes en mente?

- No lo se, tal vez vivir como muggle – siguió buscando sus zapatos aun cojeando – a ellos no les gusta ir donde están los muggles.

- Tu eres una de ellos ¿Cómo le vas a hacer si vas a estar rodeada de muggles?

- Me acostumbrare – le dijo con un dolor en su corazón al decirle que ella era una de ellos.

- No creo que te den trabajo cojeando y con esa ropa sucia.

- Ya me las arreglare mientras consigo algo.

- No voy a permitir que te vayas de aquí hasta que te encuentres totalmente recuperada.

- Ya te dije que estoy bien.

- Estas herida y eso aunado a que estar muy flaca ¿desde hace cuanto tiempo que no comes?

- Que te importa solo déjame ir.

- Ya te dije que no, aquí estas segura y yo te estaré trayendo lo que necesites.

- Tú tienes otras cosas que hacer, además no creo que a tu prometida le guste la idea de que…

- ¿Cómo sabes eso?

- Recuerda que siempre te hemos estado vigilando, juramos vengarnos.

- Bien pues aquí me tienes – fue a la cocina y le trajo un cuchillo – anda mátame y cumple con tu venganza.

- Dame tu varita.

- No, con ella te puedes desaparecer. Si me quieres matar hazlo que mas da con magia o sin ella, nadie te va a encontrar para culparte.

- Eres un idiota. Tan sencillo como dejarme ir y puedes seguir tu vida normal – se volvió acostar en la cama, conocía muy bien a Harry y sabia que no la iba a dejar ir.

- Traje comida, necesitas comer.

- No tengo hambre.

Harry la dejo sola y se fue a la cocina a prepararle de comer. Estaba sumamente confundido, ahora la tenia ahí con él pero sentía que no la conocía. No estaba seguro si era la misma Ginny de la que se enamoro o ahora era una loca como Bellatrix que sabia actuar muy bien.

Cuando regreso a la habitación encontró a Ginny viéndose su espalda en el espejo, pero inmediatamente se volvió a poner la blusa en cuanto vio a Harry.

𝑳𝑨 𝑬𝑺𝑷𝑰́𝑨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora