#10¡El Lobo tiene una muy grande boca!

1.9K 86 27
                                    



Santiago Vaqueir



La expresión de la cara del mayor, aquel gesto inocente de morder sus labios mientras finalizaba aquella frase pícara le hizo estremecerse, cortar un poco su respiración y acelerar a un millón de latidos por segundo su corazón ¡era Abrumadoramente sexi!

Prosiguieron ambos a caminar al automóvil del mayor, un tranquilo y para nada incómodo silencio les acompaño a ambos como un grato acompañante el resto del camino, tal parecía que irían a una cafetería a comer algo, llegaron este se estacionó y prosiguieron a bajarse para entrar al lugar.

La cafetería era algo vintage había un mural con varios artistas pop que predominaban en la radio, tenias que ser un alíen para no haber escuchando aunque sea una vez en tu vida alguna de sus canciones, todo detalle existente en ese lugar meticulosamente cuidado, estaba casi seguro que el socio o dueño debía de sufrir de algún prejuicio sobre el orden y el minimalismo y perfección.

Por un momento había olvidado lo que aquellos chicos le habían hecho sentir, aún se sentía algo extraño e incómodo con lo que había escuchado, todavía sentía algo de inquietud ante aquel sentimiento que su ser había albergado, se consideraba una persona para nada celosa con sus anteriores relaciones, el mayor ni siquiera era nada de él sin embargo parecía que desde que le conoció por accidente con aquel volante había llegado como terremoto a mover de su lugar todo en su vida.

—¿En que piensas pequeño Santiago? — le dijo su profesor de baile, sacando de sus pensamientos ni siquiera recordaba cuando se había sentado, dirigió su mirada ante este, sonría tan sensualmente como solo el sabía hacerlo, sintió como sus mejillas volvieron a ponerse rojas de lo avergonzado que se sentía, era como si su mirada pudiera leer como libro sus pensamientos lo que le parecía increíblemente Aterrador.

—Perdone profesor, en nada solo estoy un poquito entretenido— le dijo bajando su mirada.

Escucho una pequeña risa, cuando alzo su mirada para verle confundido este, se acercó tanto a él que estaba seguro que le robaría un beso... Instintivamente y por inercia cerró los ojos esperando que ocurriera, aquellos labios tan cálidos... Deseaba estar ahí para siempre, iniciaron un profundo y largo beso, uno que le transportó hasta las estrellas, lo hacía tan jodidamente bien  que se sentía como un inocente niño frente a un experto lobo, uno que le movía el tapete como nunca pensó alguien lo haría.

El mayor se separó de él volvió a lamer sus labios y habló —Eres hermoso—. Seguido de esto volvió a versarle como si no existiese un mañana, hasta que un pequeño ruido los hizo separarse por un segundo era la mesera de la cafetería que llevaba en sus manos el menú del lugar para que ambos pudieran ordenar.

—Disculpe, yo voy a querer huevos con jamón y un café marrón fuerte tibio, tu?— hablo y le miro sonriendo.

—Yo quiero lo mismo— dijo algo apenado.

—Perfecto en un momento le traeré la comida Permiso—.

Al retirarse la mesera, noto la canción que estaba sonando de fondo... Turning Tables de la inigualable adele... una si no que su canción favorita de la cantante.

—¿Porque estabas celoso de Arnils? Entre ese muchachillo y yo jamás pasaría algo—.

Trago saliva ante la pregunta— Disculpe, creo que se confunde Profesor... Yo no estaba celoso de él —.

Le miro y sonrió de nuevo — Creo que ya te he besado lo suficiente para que me llames por mi nombre o sin el "Usted" o "Profesor" y no me mientas... no sé si te lo han dicho antes Santiago pero eres malísimo para hacerlo—.

—Lo siento, Peofesor, digo Pablo... No estoy mintiendo no estaba celoso de él ni de nadie, lo que realmente me tiene incomodo es que él y otro  chico de la escuela de baile estaban hablado de ti y mencionándome de porque usted gustaba de mi —.

—Seguimos con el usted... Por lo menos ya dices mi nombre, ya es un avance... Pues no están equivocados—.

Seguido de esto, Volvió a robarle un beso, estuvieron un buen rato, hasta que de nuevo la Mesera les interrumpió para Entregarles sus órdenes de comida.

Prosiguieron a comer, platicar de cosas triviales y disfrutar de la excelente música que ponían en aquella cafetería, era todo tan agradable que había olvidado, que no podía llegar muy tarde a su casa o su madre le mataría.

—Tengo que irme mi madre me matará si no llego a tiempo hoy tenemos que ir a nuestra congregación de la iglesia.

—¿A que religión perteneces? — le preguntó el mayor sumamente interesado en conocerle un poco más o eso creyó.

—Mi familia y yo somos Mormones—.

Este puso una cara de asombro muy notorio — Mi familia es devota  a la misma religión que a la tuya—.

Sonrió un poco ante aquella coincidencia, el mundo solía ser un lugar muy pequeño— Que gran casualidad, iré un momento al baño—. De la nada unas increíbles ganas de Orinar le invadieron.

Ante la positiva del mayor se dispuso en entrar al baño, hizo sus necesidades y cuando salió a lavarse las manos un hombre muy alto y fuerte pareciera que acaba de usar los urinarios, portaba una extraña vestimenta, parecía un Islam o una persona de esos países, solo que no le quitaba la vista de encima a tal punto que se sintió realmente incomodado... Cuando se disponía a salir, este le dijo en otro idioma algo... por supuesto no entendió nada. Una vez afuera el mayor le estaba esperando al verlo este se levantó .

Ambos salieron de ese lugar y se montaron en el auto móvil de su profesor para, iniciar ruta ala casa de este, Gracias al gps no demoro mucho en llegar, cuando se estacionó y estaba por despedirse para bajarse, este le robó un beso, pero no fue lo único que hizo... aquellas estilizadas y largas manos empezaron a hurgar sobre su entrepierna.

Aquella sensación de adrenalina y miedo, invadieron su ser de nuevo... solo que esta vez no quería que parase... Solo quería que hiciera lo que fuera que iba hacerle, aunque eso significara ser descubierto por alguien o que su madre saliera de la casa y le viera.





Continuará...

Vendido (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora