[Tercero]
—Cálmate mujer, no seas necia todo estará bien nuestro hijo no corre ningún peligro—. Dijo aquel hombre con una mueca en su rostro de fastidio.
Prepararian la comida favorita de santiago, se podía sentir aquel aroma que emitía la carne sazonada al igual que el pollo aquello era lo más "Complicado del platillo en si" una vez termine de freír el plátano En delgadas tiras largas estaba listo para la elaboración del mismo la receta que estaban preparando era <Pastel de pollo> una receta muy parecida a la
" lasaña" solo que en vez de llevar pasta especial esta llevaba plátano frito un muy delicioso aperitivo navideño nativo de Venezuela.Media hora después todo estaba listo incluida la mesa, los platos solo faltaba llegara el chico y su acompañante el padre se este esta realmente emocionado de conocerla, no fue tonto el otro día escucho a su hijo haciendo cosas malas con su novia pego lo dejo pasar mejor en casa que en la calle con todos los peligros que esta pudiese tener.
Miro el reloj eran las nueve de la noche calculaba que ya no demoraría mucho...
Tristemente no fue así y en aquel momento tanto el señor como la señora Vaqueir no sabían que aquella la última vez que verían a su hijo... al menos en mucho tiempo.Los minutos fueron transcurriendo, la madre del susodicho empezaba a entrar en pánico cada que el reloj marcaba una hora y su hijo no parecía y no contestaba el teléfono sabia que algo no estaba bien su instinto de madre se lo decía, su corazón se aceleraba cada vez más cuando escuchaba un carro cerca de su casa saliendo más de una vez pensando que era su hijo.
Cuando el reloj marcaba la media noche... su corazonada no era errónea santiago estaba en peligro y debían ir a la policía a poner una denuncia.
Obviamente la policía no hizo nada, pues no habían pasado las setenta y dos horas requeridas por la ley para ser con siderando oficialmente como desparecido.
<El ministro de guerra tenía trescientos millones de euros por los cuales olvidar los desaparecido misteriosamente durante los últimos diez años>
Eduardo Valente [Mejor amigo de santiago]
Esa mañana había despertado en in clase de deja vú, al revisar su móvil y no ver ningún mensaje de su amigo contándole algo de aquella locura que pensaba cometer...
Le marcó pero este no contesto lo cual le hizo ponerse más nervioso aun más porque el susodicho jamás se quedaría sin pila... Algo no estaba bien, quería marcar a su casa pero si la cagaba o algo no salio bien en aquella cena su amigo le mataría así que decidió esperar, como si de una eternidad se tratase hasta que escucho su móvil sonar corrió como loco y al notar que era el número de la casa de este sintió como la respiración le fallaba.
—Halo buenos días... ¿Santiago?—. Trató de calmarse de seguro todo estaba bien y solo eran imaginación suya.
—Buenos días Eduardo, perdón que te haya llamado a estas horas, se que por vacaciones ustedes los jóvenes no suelen levantarse a estas horas.
—Tranquila señora estoy despierto desde hace rato, aprovechando que me esta marca podría decirle a Santiago que ponga a cargar su móvil —.
— ¡¡¡Santo padre!!!— logro escuchar sollozos parecía que la madre su amigo empezó a llorar — Pensé que estaba en tu casa ayer salio a buscar a su novia y no ha llegado mi esperanza es que estuviese contigo—.
ESTÁS LEYENDO
Vendido (Yaoi/Gay)
Teen FictionSantiago varqueir es un joven de veinte años muy común tan corriente se dice a si mismo que no comprende la cantidad de habilidades que posee. Para su desgracia confía y entrega todo de si a personas que cuando llegue el momento solo se aprovechará...