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Colocó el teléfono lejos del agua una vez que puso el reproductor de música en aleatorio, llenando el cuarto de baño con la voz de Jay Park, y entonces cerró la puerta. Abrió el grifo y dejó el agua tibia correr, aprovechando el tiempo que demoraría la bañera en llenarse para desvestirse frente al espejo.

Más allá de su rostro ojeroso y pálido, demacrado luego de un día entero con fiebre, el reflejo le devolvía la imagen de su cuerpo delgado y trabajado, bastante normal en su opinión. Observó la piel oscura de su torso y sin siquiera entender por qué nuevamente su mente comenzaba a divagar, llevándolo a pensar en lo bien que se vería el contraste de su cuerpo desnudo junto a la piel del cuerpo alto y delgado de Hyunjin. No, no, basta. Ya no puedo pensar en él así, se reprendió a sí mismo, aunque ya era demasiado tarde para deshacer la imagen que se había formado en su imaginación. Podría detener su mente con algo de esfuerzo, pero no podía controlar la reacción de su cuerpo ante aquél pensamiento tan estimulante que representaba la idea de Hyunjin desnudo, ya sentía cómo su miembro se endurecía con la simple fantasía. ¿Qué podría hacer Felix si su cuerpo estaba alborotado por la edad y se encontraba con una persona tan atractiva como Hwang Hyunjin? ¿Podrían culparlo realmente por imaginarse lo magnífico que se vería el cuello del mayor marcado por sus dientes?

El sonido del agua desbordando en la bañera lo hizo reaccionar. Se apresuró a cerrar el grifo debatiéndose entre la vergüenza y la culpa por los pensamientos que había tenido. Las orejas le ardían y la entrepierna le latía, necesitaba hacerle caso a su cabeza pero no sabía a cual de las dos. Trató de ignorar la necesidad de tocarse para meterse al agua recostándose y cerrando los ojos una vez que acomodó la cabeza contra la cerámica, prefirió hacerle caso a su cerebro y no a su pene por una vez. Sin embargo, había estado luchando con los impulsos de su lado más pervertido por una semana entera y las hormonas de su cuerpo no comprendían por qué de repente ya no era buena idea pensar en Hyunjin para masturbarse. Jay Park cantó he estado fantaseando sobre ti toda la noche, y Felix dejó salir un sonido parecido a un gruñido. ¿Cómo le explicaba a su polla que Hyunjin estaba prohibido y que no podía ser más el destinatario de sus orgasmos? Si incluso el pensamiento del "no debo pensar así en él" sólo lograba excitarlo más... para cuando quiso darse cuenta ya estaba completamente duro y su mano escocía por aliviar a su pobre miembro desatendido durante una semana entera. Nadie se va a enterar de esto, comprendió de repente, cegado por la necesidad, y decidió que se dejaría llevar al menos por una última vez antes de tratar de superar al pelinegro.

Sin abrir los ojos, recorrió su abdomen con la diestra, bajando lentamente por sus abdominales. Sintió un cosquilleo en toda la espalda cuando trazó una línea invisible con el índice desde el ombligo hasta la base del miembro, y sin más demora, rodeó con toda la mano su erección, soltando un suave gemido en cuanto sintió su propio tacto. Inició una ronda lenta de caricias, subiendo y bajando sin presionar mucho, jadeando en el proceso. Poco a poco fue aumentando la velocidad y la fuerza con la que se sostenía el pene, aumentando también así el volumen de los gemidos que salían de su boca. Trató de acallarlos al morderse el labio inferior con fuerza, pero todo se salió de control en cuanto el reproductor pasó a la siguiente canción y Mix Final comenzó a sonar. La voz grave y rasposa de Hyunjin inundó la habitación y se coló hondo en los oídos de Felix, causándole un escalofrío en todo el cuerpo, y decidió que habría mejor manera de correrse que con Hyunjin hablando de que su estilo es como el kamasutra y que jugaría con él en su ritmo (al rubio se le antojaba ofrecerse de voluntario gustoso para esto). Se esforzó por llegar al clímax agregando movimientos de cadera, embistiendo su propia mano, al mismo tiempo que llevaba la zurda hacia sus testículos para envolverlos y presionarlos, buscando así el orgasmo. No le fue difícil llegar a la cima cuando tenía a Hyunjin rapeando a todo volumen, era casi como si el pelinegro estuviera allí cantándole mientas se tocaba, y esa idea le resultaba de lo más excitante a Felix. Reemplazó esa imagen por una del mayor haciéndose cargo de la situación, imaginó que era el chico pálido el dueño de la mano que bombeaba su miembro, y no tardó en correrse con un gemido agudo y prolongado, liberando aquel líquido blanco y pegajoso dentro de la bañera.

Permaneció tumbado unos segundos en lo que se recuperaba del orgasmo, esperando hasta que su respiración volviera a la normalidad antes de siquiera atreverse a moverse. La intensidad con la que se había corrido lo había dejado un poco atontado, pero no era para menos si llevaba ya una semana conteniéndose debido a la confusión que había en su mente. Por un momento se había permitido olvidarlo todo y limitarse a darse placer, sin embargo eso no hacía que los problemas desaparecieran, sino que al contrario, empeoraba todo. Acababa de masturbarse pensando en Hyunjin, Hwang Hyunjin, el novio de Tzuyu, su cuñado ese Hwang Hyunjin... era imperdonable. Se sentía terrible, se sentía sucio, se sentía un traidor pero... diablos, se sentía de maravilla. La adrenalina provocada por la culpa le causaba cosquillas por todo el cuerpo, más sensible luego de un orgasmo tan intenso, o tal vez se debía a la fiebre, no estaba seguro de nada en ese preciso momento.

De forma automática salió de la bañera, reemplazó el agua fría y manchada con su semen por agua limpia y tibia para darse, ahora sí, el baño que debía tomar momentos antes, y al cabo de unos pocos minutos ya se encontraba vestido con su pijama y sin ninguna prueba de lo que sucedió más allá de la culpa en su mente y el alivio en su cuerpo. No terminaba de decidir si había valido la pena o no, cuando llamaron a la puerta, haciéndolo dar un salto. Frunció el ceño porque lógicamente no esperaba a nadie y sabía que sus padres no eran porque tenían llave, por lo que estaba decidido a ignorar a quien quiera que fuese... entonces le llegó un mensaje al móvil, y casi se desmaya al ver quién era.

[Chat con Hyunjin hyung]

¿Estás despierto, niño? Estoy en la puerta de tu casa, ábreme.
Tu hermana me dijo que estás enfermo y que te quedaste solo, me pidió que viniera a cuidarte.

𝕯𝖔𝖓'𝖙 𝖙𝖊𝖑𝖑 𝖓𝖔𝖔𝖓𝖆 • [ԋყυɳʅιx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora