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Felix puso los ojos en blanco mientras escuchaba las quejas sin sentido de su hermana mayor, quien iba y venía caminando de una puerta a la otra por la sala enumerando una interminable lista de posibles calamidades futuras, al mismo tiempo que él procuraba juntar la poca paciencia que le quedaba para no gritarle a Tzuyu que se callara y dejara de decir tonterías. Entendía los nervios de la chica ante lo que estaba por suceder, pero no compartía su preocupación ni un poco, todo lo que salía de la boca de su hermana simplemente le parecía tonto. En realidad pensaba que ella estaba exagerando demasiado, ¡Una simple cena familiar no podía ser tan mala como Tzuyu pensaba!

-... Y seguro que mamá querrá enseñarle fotos viejas y me avergonzará frente a él- Suspiraba Tzuyu. -, y luego papá le contará la anécdota de nuestro viaje a Jeju y yo estaré tan avergonzada que no podré ni siquiera mirarlo a los ojos nunca más y... 

-¡Noona! -Exclamó finalmente, harto de los balbuceos de la chica, tratando de llamarle la atención. -¡Escúchate, suenas como la abuela cuando el abuelo pierde las medicinas!

-¡Felix!

-Tienes que calmarte, noona -Prosiguió, ignorando el regaño y la mirada asesina de ella. -¿Desde cuándo un chico te pone así de nerviosa? ¡Eres Lee Tzuyu!

-¡Es que él en serio me gusta, Lixie! -Lloriqueó la mayor. -¡Y es tan raro que se haya fijado en mí que todavía no lo entiendo! No quiero que se espante y deje de hablarme ahora que logré interesarle...

-¿Interesarle? ¡Es tu novio hace casi un mes! -Le recordó, pero ella no parecía estar escuchando. -Ah, noona, ven aquí.

Negando con la cabeza, tomó a su hermana suavemente por los hombros para pararse frente a ella y dedicarle una de sus mejores y más tiernas sonrisas, esa que le marcaba dos pequeños hoyuelos sobre los labios (y Tzuyu siempre decía que era adorable). Luego miró seriamente a Tzuyu, presionando sobre sus hombros hasta que tuvo la atención de la chica fija en él.

-He dicho que eres Lee Tzuyu -Insistió. -Ningún chico rechazaría nunca a Lee Tzuyu, ¿Escuchas? Si se aleja de ti es porque es un bastardo y no te merece, noona.

-Solo lo dices para que deje de quejarme -Bufó ella. -Tú no lo conoces Lixie... Él es magnífico...

-Y tú también lo eres -Respondió obstinado. -¡Mírate! Tienes ojos y nariz bonitos, tu pelo también es bonito, y tu piel ni se diga. Noona es tan bonita -Canturreó, bromeando con la canción de Shinee que siempre solía cantarle a su hermana, logrando sacarle una sonrisa. -A no ser que sea estúpido, ese hyung debe saber que eres la mejor de todas, ¡Por algo es tu novio! Así que ve a ponerte un vestido y algún collar de esos que usas siempre para que ese hyung vea lo bonita que eres.

-¿Lo dices en serio?

-¡Claro! ¿Cuando he mentido yo?

Tzuyu sonrió con autenticidad esta vez y se relajó considerablemente, como si las palabras de Felix fuesen un calmante, y se separó de él para revolverle el cabello con cariño.

-Gracias, Lixie -Pronunció ella, pellizcándole una mejilla. -Eres en verdad un cielo.

-Ya lo sé noona -Bromeó haciendo un corazón con sus manos. -Apúrate, según tú ya estaba por llegar.

-Sí, sí, tienes razón -Dijo Tzuyu encaminándose a su cuarto. -Tendrás que abrirle tú porque mamá está cocinando y papá fue a comprar un pastel, sé bueno como siempre con él ¿Si? Seguro que le caerás bien, tú le caes bien a todo el mundo... Bueno, iré a cambiarme.

Con esto, la chica se perdió escaleras arriba mientras que Felix se dejaba caer de nuevo en el sillón, pensativo. Tzuyu llevaba ya varias semanas saliendo con ese chico, y al parecer la cosa iba en serio, pues esa noche lo presentaría formalmente con sus padres como su novio. Era obvio que estaba más que enamorada del hyung ese por la forma en la que suspiraba cada vez que lo mencionaba o la sonrisa enorme que adornaba su rostro cuando hablaba con él por teléfono, pero increíblemente Felix no se sentía celoso del nuevo novio de su hermana como normalmente sucedía porque le encantaba ver a Tzuyu tan contenta, no recordaba haberla visto actuar de esa manera nunca antes por un chico, y por eso se sentía más curioso que celoso ante su cuñado, más aún considerando que esa sería la primera vez que vería al chico luego de un mes entero de saber de su existencia. Felix pensaba que aquel bastardo debía tener algo muy maravilloso para poner a Tzuyu así de tonta, no tenía ni una duda de eso, pero no llegaba a descifrar todavía qué era lo que lo volvía tan magnífico, pues ni siquiera había visto una sola foto de él (aunque dudaba que su apariencia tuviera algo que ver con la enorme atracción que tenía sobre la chica porque Tzuyu no era superficial en absoluto) y tampoco sabía mucho sobre su persona más allá de lo poco que Tzuyu le había dicho. La verdad era que no sabía nada sobre el desconocido, ni siquiera su nombre; sólo sabía que tenía un año menos que Tzuyu, es decir, 23 años.

   Esos pensamientos lo mantuvieron ocupado hasta el momento en el que el timbre sonó, regresándolo a la realidad. Se dirigió hacia la puerta con un ligero cosquilleo en el estómago, mezcla de nervios y anticipación, acomodándose el cabello con una mano. Aunque él era el hermano de la novia y dueño de casa por lo cual debería ser quien dominase la situación, el sujeto que había tocado el timbre era tres años mayor que él y, según Tzuyu, era casi perfecto (magnífico, increíble, atractivo, imponente, interesante, eran algunas de las palabras que la chica solía usar para describirlo), por lo cual Felix se sentía, como menos, un poco intimidado con la idea de conocer a su cuñado. ¿Y cómo no, si todo él en sí era un acertijo para Felix? En cuanto colocó la llave dentro de la cerradura, se mordió el labio mientras miles de posibilidades le pasaban por la mente, poniéndolo aún más expectante. ¿Sería alto y musculoso o no? ¿Tendría el cabello negro o pintado? ¿Estaría vistiendo formal o casual? ¡Abre de una vez, tonto!, se regañó a sí mismo, y finalmente abrió.








𝕯𝖔𝖓'𝖙 𝖙𝖊𝖑𝖑 𝖓𝖔𝖔𝖓𝖆 • [ԋყυɳʅιx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora