Capítulo III

385 42 0
                                    

-¿Es en serio?, ¿aún sigue con lo mismo?- Emma se levanta enfadada encarando a la morena sin importarle el dolor de su rodilla

-Por supuesto, puedo ser muy persistente cuando algo me interesa, me sorprende que no se haya dado cuenta en todos estos años- arquea una ceja y sonríe de forma seductora mientras se va acercando a ella y esta va retrocediendo hasta chocar contra la pared y quedar acorralada por la alcaldesa- ¿porqué tan nerviosa sheriff?-

-En absoluto, ahora por favor, si no tiene más que decir déjeme hacer mi trabajo tranquila y si sigue así voy a tener que tomar medidas drásticas- trata de sonar seria y decidida, pero muestra todo lo contrario y empiezan a saltar algunos fusibles de las luces a medida que se siente más acorralada

-¿ A sí?, ¿Cómo cuáles Miss Swan?- se muerde el labio mientras se dispone a tocar la piel de la rubia, pero es apartada de repente de ella y una gran distancia ya que una explosión emergida de la rubia hace que ella salga por los aires y se choque contra la pared, después se levanta y ve que todo está patas arriba y hecho un desastre, Emma está asustada, así que rápido se pone los pantalones y se calza y se dispone a salir cuando se ve frente a sus padres que la miran sorprendida y con algo de temor

-¿Qué ha pasado?- pregunta Mary Margareth antes de escuchar un quejido proveniente de la alcaldesa y se acerca a ayudarle y ve que se ha hecho una pequeña herida-¿qué has hecho Emma?-

-Yo no.... yo...- trata de salir pero su padre se encuentra en medio de la puerta y cuando se acerca su padre retrocede con temor y corriendo sale de la comisaría y sigue corriendo hasta que se encuentra con su hijo que trata de acercarse a ella preocupado

-Mamá, ¿qué ha pasado?, ¿estás bien?- trata de acercarse y esto hace que llame la atención de los demás que se encuentran tanto en sus establecimientos como en la calle

-Henry, no te acerques, no es seguro- trata de advertirle pero no hace caso hasta que cuando este le toca pasa lo mismo que pasó con su madre adoptiva y este se hace daño en la cara y las manos haciendo que los del pueblo que se encuentran cerca la miren con temor y empiecen a decir cosas sobre ella

-¡Emma!- es sorprendida por la voz de la detonante de su estado- tranquila, todo estará bien- trata de acercarse

-¡No!, no está bien, ¡nada está bien!- grita desesperada- ya no les molestaré más- dice antes de comenzar a correr hacia su coche, lo pone en marcha y se aleja de allí en dirección hacia el bosque, pero justo en el límite de este su coche se para y se da cuenta que se olvidó de echarle gasolina y se ve tirada allí

Enfadada y frustrada, al igual que asustada ya que siente la presencia mágica de otra persona acercándose, empieza a correr entre los árboles evitando tropezarse con las raíces que sobresalen del suelo y de troncos caídos y demás. Se ve obligada a parar ya que sus pulmones ya no pueden más al igual que su cansancio, busca algún lugar al que esconderse durante un tiempo, sin poder evitarlo se derrumba entre lágrimas de frustración y de dolor, hasta que de repente siente la necesidad de soltar un grito de frustración ya que llevaba tiempo aguantando muchas cosas y no quería preocupar a nadie ya que tenía que seguir manteniendo su perfil de Salvadora, la que es fuerte, la que puede con todo y no tiene ningún problema y soluciona todo con una sonrisa sin importar sus sentimientos. Pero ella no es así, y se siente cansada también de dar, dar y dar a los demás, pero los demás no piensan en que ella está cansada, pero ha tenido que fingir, y lo que remató todo fue la propuesta de Regina, de ser su puta privada a cambio de poder estar cerca de su hijo, era lo que le faltaba, había dado todo menos su cuerpo y ya se lo han pedido por su hijo.

-¿Cansada de todo querida?- es sorprendida por la voz del señor Gold que ha aparecido allí de repente en su característica nube rojiza haciendo que se asuste

-¿Qué haces aquí Gold?, no es bueno que te acerques a mí si no quieres que te haga daño- trata de advertirle

-Querida, por eso estoy aquí, he percibido el dolor de tu corazón y he venido a ayudar a esta pobre alma que se ha cansado de dar siempre sin nada a cambio y sin que nadie se preocupe por ella, ¿no es así?- arquea una ceja mientras se acerca a la rubia, esta asiente perpleja por lo que ha dicho- pues tengo una solución para ti que también me va a beneficiar en muchos aspectos- sonríe

-¿Qué tienes en mente?- se ve realmente interesada en la idea, ya se ha cansado de hacer todo lo que ha hecho desde que ha roto la maldición de la Evil Queen y ya va siendo hora de cambiar las cosas

-Muchas cosas, si vienes conmigo te lo explicaré todo con lujo de detalles- le ofrece su mano y la rubia se aproxima a tomarla

-¡Emma no lo hagas!, ¡no lo hagas !- le advierte Regina que acaba de aparecer en su característica nube morada- sabes perfectamente de lo que es capaz de hacer- le advierte acercándose a ellos

-No Regina, ya estoy harta de ser siempre la buena, la que da y nunca recibe y eso se acabó, no más Salvadora- justo le toma la mano al Dark One y ambos desaparecen en otra nube rojiza con algo de color gris y negro

-¡Emma no!- ya es demasiado tarde, los dos han desaparecido ante sus ojos color chocolate
-Mamá, ¿La has encontrado?- se acerca su hijo con la respiración entrecortada
-Si y se ha ido con el Dark One, eso no trae nada bueno.....-

La propuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora