Ya eran cerca de las 17 hs, al llegar a la casa, Marisa se despidió, llevando consigo las prendas de su negocio, pero dejando aquel kigurumi que le llamó la atención a Mateo, 4 paquetes de pañales, dos de los que ya había usado, y dos más que no conocía, incluso uno ni cintas tenía y parecía un calzoncillo para nene, y por último un body, lleno de patrones con ositos y rayas celestes, que seguramente era para él, pero como buen niño no dijo nada.
-dejo este trajecito, se lo prometí a Jade por su ayuda de modelo, y me parece que este conjuntito le quedará hermoso a Mateo, creo que es injusto si solo le dejo algo a Jade, aunque probablemente él no sepa nada- decía con cara de risueño la señora
-muchas gracias Mari, la verdad que yo tendría que devolverte algo de tanto amor que le brindaste a mi peque-
-no es nada- decía mientras subía a su auto -nos veremos, sabes que son bienvenidos en nuestra casa, Ariel los estará esperando
Julia entro a la casa saludando y se volvió hacia Mateo, quien la miraba con atención.
-bien, lo prometido es deuda, ahora empieza tu entrenamiento de niño grande- Mateo se sonrojaba un poco, aunque esperaba entusiasmado mientras su mami se dirigía al cuarto de guardado, de allí sacaba 4 recipientes con una extraña forma.
-bueno Mati, estos son tus baños a partir de este momento, y esta forma es para que apoyes tu colita aquí. Voy a dejarlas repartidas, 2 en este piso, y dos en el de arriba, para que si te hace cosquilla la pancita, vayas corriendo a la que esté más cerca, entendido?-
-si mami- decía un poco confundido -y como le adé si tengo pagnal?-
-ah eso es porque no usarás pañal a partir de este momento- decía mientras le quitaba las botitas, el jean corto y el pañal, dejándolo solo en playera y calcetines -asi andarás en la casa, hasta que ya no te mojes sin darte cuenta, y por si acaso, usarás esta manta absorvente para subirte a cualquier silla o cama de la casa, lo que será tedioso si, pero así aprenderás más rápido y serás mi niño fuerte y grande- el psicólogo le había dicho que si Mateo crecía sería la forma quizás de que Jade no se sintiera tan mal por su hermanito y dejara de imitarlo, o esa personalidad poco a poco se iría esfumando. Julia no estaba conforme con la situación, pero cuando tuvo que socorrerlo en la plaza, cual bebé, supo que debía hacerlo, debía dejar ir a Mateo, haciendo que poco a poco creciera, y dejando a Jade seguir con su vida también, el cual hasta parecía haber encontrado una personita especial.
Y allí estaba Julia, en sus pensamientos mientras Mateo la veía, sentado en el sillón, jugando con sus piernitas desnudas y asintiendo levemente.
-estas bien mami?-
-si Mati, estoy bien, vamos a merendar algo-
El niño se sentó en una silla del desayunador, y sintió un gran frío en sus posaderas -ay mami, están frías-
-pues sí bebé, para eso también es la mantita, ve a buscarla-
Mateo fue a buscar aquella manta, que era muy parecido a uno de sus pañales, pero si cintas ni forma de pañal, solo un cuadrado de tela absorvente, con el olor de uno a pañal de bebé incluso, luego de analizarla la colocó en la silla, se sentó y sorpresa, realmente era muy cómoda, se sentía bien en su traserito y sus partecitas, así que quedó a gusto, aunque no era tan cómodo como usar pañal, claro está.
Mateo tomó su merienda en una taza entrenadora, extrañando un poco su biberón, al terminar, se había manchado un poco el babero que Julia le había puesto de prevención, le pidió a su mamá si podía ir a jugar al patio un momento, y Julia accedió mientras le sacaba el manchado babero.
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Reemplazando a mi hermano
General FictionJade es un chico muy sensible, y queda traumado con la muerte de su pequeño hermano, tanto que tratará de suplantarlo para que el y su mamá se sientan un poco mejor