3. Una mirada. Un recuerdo

136 20 201
                                    


Queridos lectores, 

Antes de que paséis a leer el capítulo que —a parte de que espero que os guste, pues aparecen muchos personajes conocidos —quisiera preguntaros algo.

Gracias a una de mis escritoras preferidas de está página, aamaliamalfoy (que por cierto os recomiendo que vayáis a su perfil y leáis sus historias pues son excepcionales), me hizo recordar que puede haber usuarios que no pueden leer según que tipo de historias por el tipo de topografía que esta contiene, yo no me acordaba y por eso en las primero 5 partes del fanfic las cambié, además de estar un poco cansada de la tipografía base que ofrece Wattpad. 

Entonces, ahora si viene la pregunta, ¿alguien tuvo problemas en leer las anteriores actualizaciones? 

A partir de ahora, no la cambiaré, más que nada porque luego - y no se porque me pasa - que si quiero volver a actualizar con la letra base no me deja, pues vuelve a salir con la tipografía con la que antes había escrito.

Hasta aquí el comunicado.

¡Disfrutad la lectura!

***

Hay sentimientos en ambos lados que tendrán que reconciliar, pero eso requiere mucho tiempo, paciencia y comprensión

***

Su pesadilla, la misma de cada noche desde hacía meses, dió fin cuando los primeros rayos del sol de la mañana, dorados y brillantes, se colaron por la ventana tocando el rostro angustiado de la joven.

Con pereza se dio la vuelta para quedar frente la pared y abrió los ojos con una inquietante tranquilidad. Se restregó los párpados quedando momentáneamente desconcertada. Asustada se incorporó sintiendo crujir su columna por el brusco movimiento y buscó frenéticamente algo que pudiera identificar para saber donde se hallaba.

Una leve sonrisa surcó los labios de Helewis cuando comprendió que nada de lo que había sucedido la noche anterior había sido fruto de ningún sueño, realmente estaba ahí, en Hogwarts, la escuela más prestigiosa de magia y hechicería, como una alumna más, perteneciente a la honorable casa de Gryffindor.

Miró su reloj de muñeca, faltaba una hora y media para empezar las clases, sin embargo decidió levantarse para arreglarse sin prisa alguna. Cuando estuvo lista tomó su mochila y el libro, que había estado leyendo durante el largo viaje en tren, y salió de la habitación sin hacer ruido. Bajo a la sala común donde aún no había nadie y atravesó por el retrato que daba acceso a la torre.

A medida que iba contemplando los pasillos por donde pasaba, las estatuas de mármol y los medios adormilados retratos, supuso que algo en todo ese ambiente no cuadraba, que definitivamente había algo que estaba terriblemente fuera de lugar. Estaba claro que ella no tendría que estar allí, merodeando por esos interminables corredores, no después de todo lo que había vivido, ganado y perdido en los últimos años.

Era consciente de que durante los minutos en que el sombrero había tardado en enviarla a Gryffindor había estado expuesta a él. Había sido como un libro abierto, todo cuanto la formaba y pertenecía se habían revelado ante aquel desconocido, ofreciéndole en bandeja de plata sus más oscuros secretos. Una vez más su vida, era conocida por un extraño sin ella haberlo autorizado.

Los recuerdos del día interior se habían mezclado creando un confuso torbellino de colores y voces, desde el momento en que había encontrado un compartimento libre en el tren hasta la voz de la profesora McGonagall, llamándola para ser seleccionada.

𝐔𝐧𝐚 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚 𝐬𝐢𝐧 𝐟𝐮𝐞𝐠𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora