Estaciones

264 23 0
                                    

Bigby y Rouge caminaron hasta la cueva en donde el lobo residía, había muchas cosas regadas y así como cosas normales para un lobo; pero para Rouge era todo un desastre incivilizado.

--- ¿Aquí vives? --- el miro a la joven con cierta duda, bueno, no sabía que cosas debía tener un humano en sus hogares. Sabía que debían tener ropas, según lo que había visto mientras veía a sus presas cuando elegía a quien acechar. También había visto algunas cosas por encima, pero desconocía de los nombres de esos objetos

---- ¿Sí? Este ha sido mi hogar por mucho tiempo --- Bigby miro como la joven observaba con cierto disgusto la pila de huesos, así como la pila de pieles que le servía como cama --- Uhm, puedes tener mi cama, así dormirás cómoda y puedas irte mañana a tu casa.

--- No pienso volver y tampoco pienso dejarte aquí --- dijo Rouge más para sí, la joven recogió algunas de las ropas y comenzó a acomodarlas, poniendo un orden en el lugar --- Créeme Bigby, volver ahí... es peor que toparse con el lobo feroz o Baba Yaga --- la joven había logrado captar toda la atención del hombre de ojos amarillos, viéndola con una resaltante curiosidad que no pasó desapercibida por la pelirroja.

--- ¿Qué puede ser más horrible que el lobo feroz o la malvada Baba Yaga? --- cuestiono Bigby, de verdad, ¿Qué podría ser peor que ellos dos, los mayores depredadores del bosque? Y más cuando Rouge había sobrevivido a un ataque de él. Es cierto que esos cazadores eran peligrosos, pero, ninguno podía igualar las muertes horribles que había causado, mucho menos podrían igualar las de Baba Yaga.

--- Muchas cosas, algunas que no quisiera haber visto --- la joven sintió un nudo en la garganta, memorias fluían en su mente como una corriente turbulenta y golpeaban fuerte en su corazón. Casi podía jurar que volvía escuchar los quejidos y llantos del hombre... más la mano de Bigby en su hombro, la regreso a su realidad --- perdón, yo hablando de aquí de cosas personales y ni un día llevarnos de conocernos.

--- No me molesta, se ve que necesitas hablar de ello --- el lobo le dio unas cuantas palmas en el hombro, sintiéndose un poco incomodo en no saber cómo consolar a Rouge, aunque ella parecía haber recibido el gesto de buen modo.

Rouge trato de seguir acomodando más cosas, más para distraerse de esos recuerdos que pagarle de alguna manera al hombre que le salvo la vida. Entretanto el lobo parecía tener cierto conflicto interno, un sentimiento entre remordimiento y culpa aparecía en su mente al mismo tiempo que su lado animal le decía que lo había hecho por necesidad, por hambre. Esto de ser humano era complicado cada día más, era estresante el no entender algunas cosas que se alejaban de todo lo que conocía.

Con todo esos problemas, ambos se fueron a dormir esperando que el día mejorara. Una eterna esperanza, jamás una promesa.

Rouge decidió quedarse con él. El lobo no podía entender del todo el por qué, pero la compañía de la joven era bastante agradable. Tenían un acuerdo silencioso, él iba a conseguir comida y ella se quedaba arreglando la cueva; a veces él se quedaba y ella salía a intercambiar algunas cosas que ella decía que tenían un alto valor. Bigby dejaba que conservara las ganancias restantes, talvez si juntaba lo suficiente de ese dinero ella podría vivir en un mejor lugar, un lugar donde podría hacerla sonreír y vivir feliz... lejos de él.

Esa era su rutina, y sinceramente, el lobo disfrutaba mucho de su compañía. Cada vez que ella decía su... nombre, el sentía una calidez en su ser y corazón. La chica era una buena amiga y siempre lograba sacarle una pequeña sonrisa de su serio rostro, haciendo que Rouge le señalara su sonrojos... fuera lo que sea eso. El escuchaba siempre como ella hablaba de sus sueños de tener una casa como la de su abuela, las cosas que le disgustaban, o los sermones y regaños que le daba por no avisar que estaba desnudo. Estas cosas lo hacían sentir bien... al mismo tiempo que sentía una inmensa culpa y terror que ella descubriera que él era el lobo que trato de devorarla años atrás, su naturaleza era un secreto bien guardado, así como su pasado que lo mencionaba de una manera muy ambigua.

La caperucita roja y el lobo feroz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora