Tiempo

208 19 3
                                    

Rouge miro su nueva casa con cierta sensación agridulce; esta casa la pensó para los dos. ¿Cómo no se dio cuenta de tan obvia situación? La pelirroja se sentía una total estúpida e ignorante, pudo haber muerto ese día si el lobo no hubiera (sea cual sea su razón de no hacerlo) sido benevolente y amistoso. El no haberse dado cuenta de todas las señales era un golpe no solo en su confianza, sino también en su orgullo; muchas veces Bigby le decía que fuera precavida que no se fiara de las cosas y ella solo le respondía con un "Siempre estoy alerta, es difícil engañarme".

La casa se sentía vacía de tan grande que la había construido, de un sueño de (posiblemente) una joven adulta sin experiencia alguna del amor. Una estúpida joven, soñadora y, más importante, enamorada señorita; pensando que había conocido por fin a su caballero de armadura blanca, su príncipe galante y de noble corazón.

Que ilusa fue, verdaderamente tonta y esa estupidez le hizo pagar caro. Pero es cierto que Bigby tampoco le hizo nada, la trataba muy bien y jamás levanto la voz o la mano. Sin embargo, no era la primera vez que el lobo se comportaba tan dócil con ella para después causarle daño; si cuando era joven iba a ser devorada ¿Ahora que es más grande que planearía hacerle?

--- ¡Niña! ¡Se que estas aquí! Déjame entrar por favor que ya estoy muy anciana para estas heladas brisas --- la pelirroja dio un brinco del susto que la vieja bruja le había dado con sus quejidos, ya una vez compuesta decidió abrir la puerta para evitar la ira y castigo de aquella que "derroto" al Lobo Feroz. Baba Yaga entro con prisa, agarrándose de su suéter a fin de conservar calor, y agradeció que Rouge la haya dejado entrar --- Hmm, no debí ponerme algo tan liviano, ese tiempo en el Sur me ha hecho olvidar que el invierno en el Norte es crudo --- farfullo la anciana sentándose en el sofá. La dueña de la casa solo podía mirar y esperar en silencio a que la bruja de melena canosa detuviera su fútil monologo sobre la ropa y el frio.

--- ¿Quiere algo de tomar antes de que me diga el porqué de su visita? --- Hablo por fin la joven, poniendo orden al "cuadro" tan surrealista que había creado Baba Yaga. La anciana se quedó pensando unos segundos hasta que con un par de chasquidos hizo muestra de su magia. La silla que estaba detrás de Rouge se movió hacia adelante ocasionado que la joven se sentara sobre ella mientras que en la mesita de la sala aparecían varios postres y un extraño recipiente metálico bastante hermoso debido a sus bellas decoraciones.

--- Muchas gracias, dulzura, mas no tienes un samovar para preparar el té (que ni siquiera es igual al que tu conoces) que tanto es de mi gusto --- contesto la vieja sirviéndose té del samovar y agregándole limón y miel a su taza. Por su parte, Rouge a su taza le puso un poco de azúcar y agarro un bocadillo --- En cuanto que hago aquí, creo que esa respuesta la sabemos ambas, sin embargo, no le quieres dar voz para que no se confirme lo que sigues negando.

--- Me oculto la verdad y de joven me quiso devorar, ¿acaso estoy mal por molestarme? --- se defendió la de ojos verdes mirando fijamente a la anciana de nariz azulada, quien soltó una risita ante las palabras dichas por su compañía.

--- En absoluto, es más, deberías rociar a Bigby con agua cada vez que te oculte algo --- comento mientras agarraba un panecito y le ponía mermelada --- Sin embargo, cierto es que, en cuanto al pasado, estas siendo injusta con él --- Rouge se quedó boquiabierta con las palabras de la señora ¿Cómo podía decir semejante cosa? --- Dulce niña, el Lobo Feroz ya ha pagado su sentencia por el crimen que se cometió contra ti y tu abuela ¿O crees que ser abierto por el vientre y arrojado al rio le fue algo disfrutable? --- la anciana vio como la joven se cruzó de brazos, mirándola expectante, pero con un enojo bastante notable.

--- ¿Y si lo volvía a hacer? ¿Si solo me perdono para después atacarme? --- contesto la joven

--- Talvez lo haya sido así al principio, mas, parece ser que dejo atrás el pasado (donde, en este caso, debería quedarse) e intentar algo nuevo... tener un amigo --- respondió la anciana antes de darle un bocado al postrecillo en su mano --- El pasado y el perdón es una de las cosas más complejas para aquellos que son conscientes de sí mismos. Algunos lo ignoran, cuando no deberían; otros lo tienen tan presentes cuando deberían dejarlo ir; unos lo persiguen y otros huyen de él; pocos lo afrontan y se perdonan, mientras la mayoría lo deja congelado y solo sacan aprendizajes (que tampoco es malo, hasta cierto punto). El pasado lo debes tomar en cuenta cuando es necesario, pero quitando eso, debes dejarlo ir.

--- ¿y el perdón?

--- Uf, todavía más complejo puesto que cada acción que tome alguien respecto a este tema es de cuestionar y criticar. Que si sí, que si no, que si talvez; el deber y el no, el sí pedirlo o no, si otorgarlo o no; A veces tendrán razón y otras no, hay otras que están en líneas (un abismo para ser más exacta) en donde se debate si fue lo correcto o no... en esa línea tu debes elegir qué quieres hacer y el después de lo que elegiste. Recuerda, ningún acto se queda sin sus consecuencias.

Rouge se quedó pensando un poco ante la opinión de Baba Yaga, bebiendo en silencio su té negro y reflexionando sobre el tiempo que paso con Bigby. A simple vista la respuesta más obvia era que no, no debía perdonarle y que él se alejara de ella todo lo posible.

Pero la cosa, como la indomable vida, no era ni sencilla ni simple.

Gracias a la revelación, algunas cosas ya parecían tener sentido para Rouge: Bigby estaba compensándola por todo lo que él le había hecho y tratando de no volver hacia atrás. No huyendo, sino aceptando y tratando de perdonarse. Aparte, ella no creía que Bigby se hubiera interesado por ella de "esa manera" y más bien fue el hambre (propia de un animal de su tamaño) el principal motor de sus acciones. Y si dejamos atrás al Lobo Feroz y hablamos de Bigby... ambos tenían una relación bastante sana (con sus altos y bajos) y que disfrutaba mucho de su compañía, es decir, ¿No llego ella incluso a verlo queriendo ser algo más? Incluso se rio ante un extraño escenario que su mente construyo: Si Bigby hubiera sido el hombre que su familia le obligaba a casarse, Rouge misma se compraba el vestido y se casaban ni una hora después de lo dicho.

Si bien es cierto que después de lo de Baba Yaga la relación no volvería a hacer lo mismo, ella no quería perder una amistas que realmente le era valiosa. Porque ella sabía que, aunque solo se quedaran como amigos, Bigby siempre trataría de hacer lo mejor para ella... y viceversa.

--- Creo que debo darle una oportunidad --- confeso por fin Rouge a Baba Yaga --- debo ir a hablar con él.

--- Si bueno, acerca de eso --- dijo Baba Yaga dejando su taza en la mesa --- tendrás que esperar porque lo mande a hacerme un favor... de los 4 que le pedí para solucionar su vida amorosa, digo, su amistad contigo.

--- Abuela Baba Yaga, ¿le pediste a Bigby favores cuando tu ocasionaste esto?

--- Uno de ellos era bastante importante

--- ¿El ponerse ropa?

---... 2 de ellos eran bastante importantes --- se corrigió la de una pata de hueso --- pero eso otro cuento para el mañana. Si quieres, puedo yo ayudarte a tener una mejor educación y tener manos más hábiles. Así de paso le enseñas una que otra cosa a esa bestia peluda cuando regrese.

La joven rio ante las palabras de Baba Yaga y acepto gustosa la ayuda que la anciana le brindaba.

Talvez era lo mejor, estar un tiempo lejos para queambos sanen un poco y poder solucionarlo de buena manera cuando se vuelvan areencontrar

La caperucita roja y el lobo feroz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora