"había un vez"

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Bigby observo a la pequeña Rinfer, dormitando en sus brazos mientras usaba el pecho de su padre como almohada. Él solo pudo sonreír ante la imagen, levantándose para dejarla en su cama junto a sus demás hermanos. Abrió la puerta con cuidado, esquivando alguno que otro juguete que estaba tirado hasta llegar a la cama de la pelinegra y arroparla, dándole un beso de buenas noches.

--- Papá --- susurró la pequeña de ojos amarillos --- ¿Mañana me contarás la historia de por que la nana Baba Yaga no le puso nombre a ninguno de mis hermanos?

Bigby soltó una gruesa y baja risa, ocasionando una risita en Rinfer, dándole otro beso en la frente.

--- Por supuesto, cuando regresen de ver a su bisabuela --- Bigby acaricio la cabeza de su hija, mirando sorpresa en su pequeño rostro.

--- Mamá dijo que ibas a ir con nosotros --- ahora era él el sorprendido, presintiendo la respuesta de su esposa ante la conversación que se veía a tener.

--- Bueno... uhm, verás --- Rinfer miraba expectante a su papá, pero, como tardo mucho en contestar, la niña le dio un beso en la mejilla junto con una palmadita.

--- Suerte, papá, recuerda que mamá quiere que olamos bien cuando vamos con nonna --- con eso dicho, Rinfer se acostó --- por cierto, tu barba pica.

--- Pero si es muy poca la barba que tengo --- susurro con una pequeña sonrisa en su rostro --- buenas noches, cachorro.

Bigby salió de la habitación, "Genial" pensó el lobo "Y yo que pensaba que me iba evitar problemas mañana". El hombre caminó a su cuarto, viendo como Rouge empacaba algunas de sus camisas e incluso alguna que otra corbata mientras tarareaba alguna canción moderna.

--- Así que Rinfer no mentía --- susurró en el oído de su esposa, abrazándola por detrás, posando su barbilla en el hombro izquierdo --- Tú sabes que tu abuela y yo nos odiamos.

--- No va a estar mi madre, así que deja esa fachada de "nos odiamos mutuamente" --- comentó sin dejar de escoger y empacar la ropa que llevarían --- y ni se les ocurra jugar a las cartas.

--- ¿Por qué no? ¿Miedo a que tu abuela pierda? --- bromeó Bigby dándole un beso en la mejilla a su amada.

--- Porque son los niños quienes acaban ganando --- musitó la pelirroja mientras acomodaba la última camisa --- Yo sé que Walter, Anat y Morice confabulan para que mi abuela les de dinero a todos. Mientras en tu caso... Juste, Velkan y Rinfer saben cómo hacer que lo gastes en pasteles de carne o chocolate.

--- ¿Y cuándo Petra, Remi y Kira te muestran ojos de cachorro para obtener un trozo de carne cruda? --- señaló Bigby, sonriendo ante el sonrojo de su amada --- ¿Ves? No puedes regañarnos si tú haces lo mismo.

--- Por lo menos el pequeño Anubis no es como sus hermanos --- confesó la joven mientras acariciaba la cabeza de su esposo.

--- Si Anubis solo va con su Opa y ya le da lo que quiere --- bufó el lobo, aún su padre seguía siendo un tema áspero para Bigby --- Así como tú puedes conseguir lo mejor de mí solo estando al lado mío.

--- Lo mismo digo, mi gran y valeroso lobo --- sonrió Rouge besando apasionadamente a su esposo --- mi Bigby Heftig

--- Tuyo, como tú eres mía --- musitó el hombre --- mi hermosa caperuza roja.


La caperucita roja y el lobo feroz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora