El bastardo es mio [Bakutodo]

¿Paz? parte 1/2

Estando cara a cara con el ¿Ex?, no sabe cómo referirse a él; Se supone que Shoto y el idiota nunca fueron algo formal. Así que no puede decir con certeza como categorizar ademas de un idiota. Inasa está a un metro suyo mirándolo a los ojos con una seriedad en su fea cara.  

Había salido para comprar alimento del pequeño gato que su novio adopto—robo de algún lado—y para su jodida suerte encuentra en el mismo sitio al mastodonte. Obvio que lo reconoce, lo que Shoto y su familia le ha dado a conocer, la fotografía que Fuyumi una vez le mostro también lo confirma.

Directamente el tipo no le ha hecho nada, pero a su pareja sí. Fue un completo cretino ambicioso, egoísta.    

Gruñe con fastidio y hace ademan para irse, más el calvo no le permite salir dando pasos por donde Bakugo se mueve. 

La paciencia no es de las virtudes de Katsuki.

—Calvo, quítate de una maldita vez. 

Sin importar el tono amenazante y la furia en los ojos rojos, Yoarashi no se mueve. No quiere perder más minutos esperando algo que no va a llegar, si el rapado desea hacer el tonto que juegue su jueguito solo. 

—No tengo tiempo para esto. Me largo.  —dice Bakugo.

El más alto siente una corriente en la nuca, tiene un propósito algo complicado.

—¡Espera por favor! Quisiese hablar con...

—No, púdrete.  —aprieta lo dientes conteniendo la rabia. ¿Que se cree? 

No quiere, de verdad que no. Sin contar lo ocurrido con su pareja sigue siendo un completo desconocido. No va a hablarle a un extraño.

—¡Por favor! Solo unos minutos, cinco minutos es todo lo que te pido. 

—No.

—¡Por favor, por favor! —dice Inasa con insistencia. 

Habla tan alto que atrae la atención de las personas. La señora que los mira de manera despectiva de arriba a abajo es la que más le molesta así que procediendo a sacar y mostrarle su dedo medio. Si bien, están ocasionando casi un espectáculo para cualquier entrometido amante del chisme 

—Cállate ya. No hay nada para hablar. Siquiera nos conocemos. 

La escasa paciencia cada vez es menor. Si bien lo topa, no sabe si el contrario lo conoce.

—Se sobre ti por algo, eso también lo hablaremos. Acepta hablar conmigo, por favor.

Bakugo Katsuki no se caracteriza por quedarse con las dudas. 

—Bien, pero quítate que tengo que comprar algo para mi bola de pelo. 

Bakugo no imagino que el calvo soltara lo que escucho. 

Bueno, de primera nunca imagino escucharlo, ni hablarle.

¿Entendía las razones de su actuar?, Si.

¿Las justifica?, No.

Procesar que Inasa si pretendía a Shoto con las mejores intenciones. Que lo amo por todo lo era y es. Haber compartido ideas, sueños, objetivos y odio por el Todoroki padre.  

El trato familiar con un empresario de California. Yoarashi como hijo único tenía la responsabilidad de seguir el legado de la compañía, su padre metiendo sus ideales en su cabeza, asegurándose de que la idea del poder, dinero y soberanía está destinada a él. Llego tanto a si mismo que se convenció, acepto todas y cada una de las palabras. 

Supuso que darse el lujo de irse del país para aprender del negocio era cosa de nada. 

En su mente tenía sentido dejar a Shoto y que al regresar podrían retomar en donde se quedaron. Muy mala idea. 

Lo que no pudo prevenir es que en el momento que aterrizo en Tokio se sintió diferente. El incomodo sentimiento de no saber lo que le esperaba le causa incertidumbre. Hablo con algunas personas antes de llegar a casa Todoroki para ser echado, llamo a Shoto para conocer qué estaba pasando, pero vaya sorpresa de llevo. 

Al no comprender nada se tomó la tarea de investigar. 

Comenzó por conocer su entorno, la ciudad. Después se puso en contacto con su familia, al final con sus amigos y a quien le había dado un lugar en su corazón. Todo se mantenía casi igual menos la situación con Shoto.  

Volví...

Gracias por leer.