El bastardo es mio [Bakutodo]

Etapa nueva

Shoto corre por el pasillo con una carta en mano, visualiza la penúltima puerta justo en el momento que su novio sale de ella con al igual que él, una carta en mano.  

Sonríe nervioso y se detiene con ilusión en los ojos. 

-¿Crees que nos aceptaron? 

-Obvio.  -dice con voz engreída. 

Con el latir acelerado la pareja entra a la habitación de Bakugo. El rubio se sienta en la silla de su escritorio mientras el bicolor se sienta en sus piernas. 

-Me da algo de temor una negativa. 

-Cállate, ¿Quién sería el idiota que nos diga que no? Soy el mejor y tu no lo haces mal. 

Girando los ojos por el enorme ego de su novio niega con la cabeza sin ganas de llevarle la contraria-aunque sea divertido- es parte de la personalidad que caracteriza a Katsuki. 

Se miran cómplices y entienden que es hora de abrir esa carta que les hará comenzar una parte diferente de la vida, donde inicia lo realmente difícil y agotador.  

Se escucha el ligero ruido al rasgar el extremo del sobre y el deslizar de la hoja. 

-Si no lo consigo entrar no sé qué hare, ya les dije a todos que seré un abogado de honores. 

-No digas estupideces, entraras te quemaras esas largas pestañas de princesa que tienes saldrás con honores. 

Al ver que Todoroki iba seguir con su dramatismo lo calla de un beso, dejándole embobado con una sonrisa.

Con miradas saben que es el momento de leer esa única hoja de papel donde dicta lo que será su destino. Depende de una pequeña oración definirá el plan para seguir la siguiente etapa de sus vidas. 

Dos pares de ojos leen la misma respuesta.

-Felicidades, has sido admitido en la universidad de Tokio. -dicen al mismo tiempo.

Se ven a los ojos y con ganas de gritar se abrazan fuerte. Bakugo con su novio en brazos se levanta de la silla cargándolo dando vueltas de alegría hasta caer sobre la sueve cama. Shoto con la emoción en todo el cuerpo se sienta sobre el rubio, tomándolo de la cara plantando besos por toda su cara. Bakugo mantiene ambas manos sobre la cintura brindando algo de equilibrio, ríe en cada pequeño pico que conecta con su mejilla, su frente, ceja, nariz, mandíbula y termina en un beso largo en los labios.

-Te lo dije miti-miti. No lo haces mal para ser un princeso. 

Con la corbata hecha un nudo, el cabello revuelto y el tiempo encima Shoto da vueltas por la habitación buscando un pendiente para llevar de accesorio. 

-¿Si yo fuera un pendiente donde me escondería? 

-Posiblemente en mi habitación porque te robe. -La voz profunda de Katsuki se escucha desde el marco de la puerta mientras sostiene con los dedos un pequeño pendiente negro. 

Suspirando de alivio avanza hacia su novio intentando tomar la pieza que es alejada de su mano.

-Gracias por encontrarlo supongo, pero cariño, dámelo. Touya llega en 5 minutos por nosotros y no estoy listo.

Un leve forcejeo empieza por el accesorio, pero solo hace que la frustración de Shoto aumente. 

-No es divertido Katsuki, dámelo. 

-Eres un amargado, un precioso amargado. -De un movimiento rápido le roba un beso y dejando en la palma de su mano un regalo. 

Shoto si tiene un pendiente, pero no el que pensaba. Era más bello, una arracada de plata donde estaban sostenidas diminutas cadenas con dijes de estrellas. 

-Katsuki...

Unos meses atrás ambos se perforaron la oreja, el bicolor en el lóbulo izquierdo y Bakugo dos pares de Hélix, un par en cada oreja. 

Shoto decía que quería llevar accesorios que no fuera una cadena en su graduación por eso cuando se sacó el pendiente para limpiarlo y se le olvido Katsuki lo tomo para poder remplazar la simple pieza. 

-Creí que se verá bastante bien en ti.  -Menciona mientras que con delicadeza le coloca el pendiente. -No me equivoque. Ahora te vez mejor, eso ya es mucho, si te miran demasiado me voy a enojar. -quisa, aunque lo dijo de broma una pequeña parte dentro sabe que no lo es del todo.

Tocando la pieza con los dedos la sonrisa del bicolor se expande. 

-Te amo. 

Al ser el te amo que salió tan puro y sincero Bakugo supo que Shoto lo tiene totalmente en la palma de su mano.   

Gracias por leer...