El bastardo es mio [Bakutodo]

Ira

-Shoto.

-No.

-Helado de fresa...

-Katsuki no quiero hablar.

Camino más rápido tratando de evitar al rubio pero éste también lo hizo.

-¿Puedes decirme que carajos te pasa? -solto un gruñido.

-No pasa nada. -mintió muy mal.

Entonces fue que comenzó a correr hasta los dormitorios con Bakugo detrás.

Le molestaba que sean sobreprotectores con el, acepta que no es muy listo en algunos aspectos pero el puede resolver todo por si solo.

O eso pensaba.

-¡Todoroki! -escucha al oji-rojo gritar.

Su carrera incrementa, necesita estar solo y meditar lo que pasa con su vida.

Agradece tener un buen físico ya que de lo contrario se encontraría en el suelo sin aire.

Puede ver los edificios, no le faltará mucho pero Katsuki también es rápido, está a solo tres metros lejos. Un error y lo atrapa.

Se escucha algo más al fondo, otros pasos iguales de rápidos.

Gira su cabeza para ver quién puede ser. Midoriya corre con la mira fija en el Bakugo.

Una mirada que nunca había estado.

Su terror aumenta, no sabe a qué le tiene miedo con exactitud, aún así los quiere lejos.

Da vuelta a la derecha pues frente a el está la puerta princial. Con la poca fuerza en sus piernas va más rápido.

-¡Kacchan déjalo en paz!

-¡Tu déjame en paz, mierda! -grito molesto.

¿Tan rápido era Shoto?

A su lado Deku intentando detenerlo o alcanzar a su fresita. No permitirá ninguna.

El bicolor abrió la puerta, si llegaba al ascensor no podría saber que paso.

Es tarde, es tacleado por el de cabello verde, ambos ruedan en el piso. Quedan boca arriba y aún si Katsuki quisiera correr no puede pues Izuku sostiene con fuerza su brazo.

La impotencia lo consume, forcejea lo más que puede, necesita ir con el heterocromático. No lo soporto más y patea golpeando a Deku en una pierna.

-¡Suéltame imbécil! -grita colérico.

-¡No!

Lo patea de nuevo. ¿Por qué es tan insiste?

-¡Maldito! ¡Deja se joder!

Otro golpe.

-¡Deja en paz a Shoto!

Patea con más fuerza causando que lo suelte. Respira bruscamente ya que el aire escapó de sus pulmones.

Se levanta del piso.

-¡¿Puedes dejar de estar en mi vida?! -dijo el rubio.

-Kacchan...

-¡No! ¡Vas a escucharme! Siempre, desde que te conozco haces lo que yo. ¡¿Tienes una maldita idea de lo que se siente?! -esta perdiendo paciencia.-Si algo quiero ¡Oh, sorpresa! ¡Deku también!

Esto estaba por mal camino.

-¡Kacchan, tranquilízate!

-¡Cállate! Eres una basura, te guardas la porquería de persona que eres para conseguir lo que quieres. ¡¿Yo qué?! Soy honesto conmigo mismo y piensan que soy el malo. ¡Pobre Izuku! -comenta con sarcasmo-Tu vida llena de desgracia ¿No?

-Oye...

-¡Que me escuches carajo! -sus puños se aprietan-Eres una molestia. Se que me odias y no lo puedes negar, fui una mierda contigo pero yo no quiero tener contacto por la maldita razón de que si lo hago seré más mierda. Quiero cambiar para bien pero tú me estorbas.

Los ojos de Midoriya se abren con sorpresa pero de inmediato se pone de pie tomando entre su manos el saco del rubio.

-¡Tu haces mi vida miserable! -sus ojos se llenan de lágrimas-¡Todo lo tienes tu, yo no!

Si continúan terminarán en golpes.

Bakugo entorno la mirada y sonrió sin gracia al saber que Deku está mostrando abiertamente sus emociones.

Se conocen desde hace mucho tiempo obvio que saben la actitud del otro por muy rara vez que se muestre.

Quita las manos del pecoso pero este parece molestarse e intenta retomarlo.

-¡Deku-kun!

-¡Blasty!

La mayoría de su clase los mira sorprendidos por la actitud hostil del peli-verde.

Los amigos de Bakugo inmediatamente van a el preocupados, se nota decaído. Mientras tanto Iida y Uraraka van con Midoriya pero este les dice que se irá y pide disculpas.

Todo observado desde una de las ventanas por Todoroki.

-Shinso ¿Puedo ir contigo? -dice vía telefónica.

Sin ganas de nada hecho bolita entre sabanas está Shoto.

Tiene mil y un preguntas que siente que no falta mucho por ser contestadas aún si la respuesta no le agrada.

-Dos colores. -llama Monoma.

Hace oídos sordos.

-Oh, entiendo. El niño de papi hizo un berrinche.

-Neito. -advierte el peli-morado.

El rubio mueve los ojos fastidiado, también se preocupa por el bicolor pero sabe que si no lo presiona no les dirá nada. Eso y que interrumpió su tarde a solas con su novio.

De un jalón quita las sábanas y mira la cara de Shoto roja con ojos llenos de lágrimas.

Ahora sí se preocupa.

Cómo si fuera lo más importante del mundo el y su pareja van al lado del chico.

-¿A quien mató? -pregunto Hitoshi.

-A mi por favor. -ruega.

-No seas idiota. -Monoma dice tallando su rostro.

Les espera una pesada tarde.

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Gracias por leer...