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Ya por fin había terminado de limpiar su habitación y justo a tiempo ya los últimos rayos del sol estaban ocultandose en el horizonte dejando al cielo un bonito naranja claro con algunos toques entre violetas y morados claros que daban anuncio a la noche así que simplemente para aprovechar el tiempo se dirigió el escritorio que se encontraba en su cuarto de uno de los cajones saco una pequeña libreta maltratada la abrió en la página que estaba marcada por el separador en esta se podía observar un bonito poema que le estaba escribiendo a su amado en el cual expresaba el amor que sentía y como añoraba un futuro con muchos cachorros, mientras eso pasaba en la casa de enfrente en el cuarto del Omega este se encontraba con su nana chiyo sentado frente al bonito tocador de plata mientras que la ancianita peinaba sus hermosos rizos y tarareaba una hermosa canción.

- muchas gracias nana por haberme ayudado a cambiarme y arreglarme para ver a Iida- expreso feliz el pecoso mientras el aire se llenaba de un dulce aroma a rosas frescas.

- no es por nada sabes que lo único que quieren este mundo es verte feliz y la verdad espero que muy pronto tú y aquel jovencito formen su propia familia- expreso feliz la ancianita mientras terminaba de cepillar el cabello de izuku y dejaba el pequeño cepillo de plata sobre la superficie del tocador lentamente se fue alejando para poder observar a su pequeño, ese día le había ayudado a escoger un vestido el cual era de un bonito blanco en su cabeza descansaba un precioso broche hecho de oro blanco la verdad esperaba que ese muchacho cuidara de su cachorro.

- bueno nana es hora que te vallas no quiero que mi padre te regañe por estar conmigo- expreso un poco triste pero era la verdad si su padre descubría en su cuarto a su nana de seguro la castigaría.

- no te preocupes por mí es más voy a cuidar de que tu padre no entre aquí- expreso mientras se dirigía a la puerta del cuarto y salía por está, izuku solo se quedó observando por algunos minutos la puerta está noche le diría a Iida que se escaparian esperaba que su amado estuviera de acuerdo y que si las cosas salían bien formarían su familia en un lugar lejano por fin cuando pudo observar su ventana vio que ya era de noche y sin más salió al balcón ahí observo que su alfa ya se encontraba con una pequeña libreta mientras murmuraba algo que no entendió.

- cariño?- pregunto mientras se acercaba a el.

- amor, pasa algo?- cuestiono mientras escondía de manera torpe la libreta entre medio de las macetas.

- que escondiste?- dijo mientras de manera discreta acercaba su mano al escondite de la libreta.

- nada interesante cielo- dijo no quería que su amado viera el poema aún no estaba terminando.

- entonces que es esto- dijo juguetón mientras enseñaba la libreta justo en la parte en dónde estaba escribiendo el poema y sin que pudiera reaccionar el pecoso empezó a leer el poema en voz alta.

-" somos un solo aliento, un solo latido, hagamos la vida juntos.., recorramos la vida con un mismo rumbo, que sepa el mundo que el amor llegó a mi vida y que tiene tu nombre...Eres ese alguien especial que siempre busque para mí vida, porque tenerte me da felicidad, es un placer amarte y sentir que me amas. - una vez que terminó de leerlo podía sentir mariposas en el estómago y su amado tenía la cara en un tono rojizo por la vergüenza y la cara estaba agachada esas acciones hicieron que el corazón del Omega la tierra más rápido ya que le dio bastante ternura.

- lo siento el poema apenas estaba escribiendo así que no lo he terminado- expreso con un poco de vergüenza el Alfa esperaba que esa misma noche a qué pedacito de poema estuvieras terminado pero no lo estaba.

- no te preocupes mi amor me encantó pesar de que no esté terminado- expreso bastante feliz mientras en el aire se podía sentir un delicioso aroma a rosas esa pequeña acción hizo que Iida se sintiera orgulloso de si ya que estaba haciendo bien si trabajo de cortejar a su amado.

el callejón del beso ( Iidadeku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora