La Dinastía de Regem. ©

03 ·  ·  la marca de sangre

━━━━ ⚘. CAPÍTULO TRES:
LA MARCA
DE SANGRE

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RAYLA

━━SE TE ACUSA DE TRAICIÓN A REGEM Y KAVAN. AFILIACIONES CON TRAIDORES A LAS CUATRO NACIONES. CONSPIRACIÓN CON LOS QUE ESTÁN CRUZANDO EL MAR. Y USO DE MAGIA NEGRA.

━━No olvide, intento de dominación de Regem y su posterior exterminación━━intervino Rayla━━. Ah, e intento de homicidio a las princesas reales. Ambas. Aún si Grace no está aquí.

Virginia gruñó, mientras Minerva se masajeaba la sien. La regueniana que leía sus crímenes carraspeo, impasible, sus ojos eran totalmente negros y con la piel color moca. Se llamaba Mara. Igualmente, está observó al Consejero de Kavan que negó. Escandalizado.

━━¿Cómo se declara, Rayla Regem?.

━━Aburrida.

Titania miro hacia otro lado tensando sus ojos. Lucia como si supiera exactamente que dirían, y no pudiera creerlo. Debía ser terrible. Rayla, en cambio, simplemente estaba de pie, sabía que todo era una gran farsa puesto que lo único que recibiría era El Hielo o la muerte. Y muy seguramente ambas.

━━Rayla━━advirtió Minerva━━. ¿Culpable o inocente?.

━━Acabo de agregar más delitos a mi lista, dos de los más graves de Regem, incluyendo de las Cuatro Naciones━━se burló, haciendo resonar sus cadenas━━. ¿Qué crees tu, Minerva?.

━━Agrega a los cargos━━aspiró ondo, la voz del Rey de Kavan━━. El asesinato a sangre fría de la Reina Hekatia.

Bien. Eso si sonó mal.

El silencio se instaló en la habitación tan pesadamente cómo una bomba atómica que arrasó todo a kilómetros haciendo trizas el oxígeno de la habitación. Titania tensó la mandíbula mientras sus ojos se movían nerviosos a su madre y casi se ahogaba con su saliva. Las reguenianas guardianas observaron el suelo, sin atreverse a parpadear. Los guardias reales de Kavan parecieron gruñir en silencio. Rayla los observó un momento, procesando sus palabras, con su humor desaparecido un poco.

Asesina de Hekatia.

━━Veo que con la verdad pierdes las ganas de hablar.

━━No hable de lo que no sabe.

El Rey Viren golpeó su cetro contra el suelo enojado mientras Rayla lo observaba sin expresión.

━━Sé lo que eres.

━━Usted no sabe nada.

━━Se que eres cómo el veneno de la belladonna, amargo. Y en pequeñas dosis le diste alucinaciones y delirios que desviaron del camino a Deimos hasta que tuvo que volver cuando asesinaste a mi Hekatia━━menciono Viren, casi lanzandole un rayo━━. Y en grandes dosis provocaste pérdida de memoria hacia todo lo que hice por él, y la muerte. Eres la belladonna. Y lo más curioso de todo es que tu orgullo y veneno no te ha dejado ver lo mucho que has infectado y herido a los que te rodean. Irás lo mas pronto a Regem para pasar el resto de tus días aquí, y el Día de la Luna Roja, despojarte de tu vida. Dragona de Cristal.

Rayla apenas lo observó.

Era probablemente el ser viviente más odiado de todas las Cuatro Naciones. Tal vez ya hasta ni siquiera era su favorita, o tal vez sí porque dudaban. Igualmente a sus espaldas, a su alrededor y de frente aquel nuevo apodo se deslizó al cerebro de todos condenandola. «Dragona de Cristal». Era una buena analogía.