━━━━ ⚘. CAPÍTULO OCHO:
LA LUNA
EN LAS MAREAS────── · · · · ⋆៹˚. · · · · ──────
RAYLA
FRECUENTEMENTE RAYLA SE PREGUNTABA PORQUE HABÍA ACABO EN ESA SITUACIÓN QUE NO LE DABA CRÉDITO A SU INTELIGENCIA.
Y la respuesta era sencilla; un día decidió tener sentimientos.
Vaya decisión de mierda.
Seguro después de conocer el punto de vista de sus hermanas naturalmente Rayla era la menos empática, repudiada y en pocas palabras, una mierda de dragona. No los culpaba. La narrativa no ayudaba demasiado. O ella.
En su defensa les dijo al principio que la historia no iba a favorecerla. Además, debía admitirlo. Si era una mierda de dragona muchas veces. Pero antes no tanto, había tenido sentimientos. Difícil de creer. Pero, esos sentimientos no habían sido amor eran amistad pura por la maldita debilidad de toda su vida:
Deimos.
Ahora sólo quería cortarle el cuello.
Pero, ¿Por qué pensaba en esto?. Porque estaba en un barco con cadenas que alzaban sus brazos mientras las olas batían el mismo y el olor le daban ganas de vomitar. Y la persona frente a ella, le daba más ganas de morir por sus deseos de naufragio.
Ya había captado su atención, ¿No?. Rayla también les dijo, tenía ese efecto. Además, ella era el punto detonante de la historia, no iban a conocerla pronto y definitivamente era quién lo iba a tener más jodido en nombre del desarrollo. Rayla podía ver la luna a través de las maderas del barco, y deseó dos cosas; morir o mandar a la mierda la narrativa que tenía.
No se le cumplió ninguno. Ahora, sin rodeos, ¿Cómo había terminado allí?.
El sol acababa de salir. Estaba despejado. Rayla odiaba el Sol. La luz era demasiado silenciosa. Observó la comida asquerosa que tenía en frente mientras los guardias gruñían. Nadie la quería, había asesinado a Hekatia. Era cómo haber matado a la mascota de todos los habitantes de las Cuatro Naciones.
━━Si sigues ahí, viendo━━comenzó Rayla, en su celda━━. Tal vez pida un lienzo y pintura para que me retrates si tanto deseas verme por tanto tiempo.
━━Trato de ver si tienes culpa.
━━¿Por aguantarte?━━respondió Rayla, dándole la espalda━━. De lo único que me culpó es de no haberte arrancado la garganta cuando pude.
━━Yo me arrepiento de que alguna vez fuiste mi amiga.
━━Yo no era tu amiga.
━━Lo sé━━escupió Deimos━━. Tu siempre fuiste mi enemiga.
Rayla se dió la vuelta, mientras observaba sus dedos moverse en busca de crear magia. Su mirada era filosa. La luna conocía los secretos más oscuros de todos, y Rayla no era la excepción. Tal vez debía ser mejor narradora.
¿Que podía decir de aquella debilidad fastidiosa siendo imparcial?.
Había sido su mejor amigo, de hecho, el único amigo que Rayla tuvo en toda su vida.
Era... Decente.
Va. Rayla debía ser imparcial, y la verdad era que Deimos era un alquimista, volvía lo ordinario en inolvidable, era igual de apasionado que el color rojo y su ausencia igual que un azul opaco.
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La Dinastía de Regem. ©
Novela JuvenilUNA SENTENCIA DE ASESINATO lleva a las historias de las Tres Hermanas a entrelazarse nuevamente entre la ruina y la gloria de lo que representa la Dinastía de Regem, pero, ¿Será que la respuesta al fracaso o a la grandeza se encuentra en su pasado o...