De naturaleza libre

Capítulo 4

La camioneta apenas terminaba de estacionarse en el camino frente a la cabaña, Seunghyun salió del bosque, cambiando a su forma humana aún mientras caminaba.

—¿Cómo están? —preguntó mientras los otros bajaban del vehículo.

Sin esperar respuesta, se adelantó para abrir la puerta del copiloto, atrapando el cuerpo lánguido del pelirrojo con facilidad. Jiyong fue apenas consciente de esto, aunque se arrebujó mejor contra el calor y aquella sensación de protección que lo rodeaba.

—Todos estamos bien hyung —exclamó Daesung, acercándose para ver mejor al pequeño lobo.

—¿Todos bien? Yo fui golpeado y derribado, me saldrá un moretón —se quejó Seungri, le sacó la lengua a Taeyang de forma juguetona—, debieron haber llegado antes de que me tirara.

Youngbae le dio un golpecito en el hombro.

—Yo te voy a dejar un moretón por quejumbroso.

Sin hacer caso a sus bromas, Seunghyun se adentró a la casa para dejar el cuerpo adormilado del pelirrojo en la cama.

—Cúralo Daesung, por favor —pidió, para su sorpresa ya el castaño se acercaba con el botiquín de primeros auxilios.

Seunghyun suspiró y se sentó en uno de los sillones al lado de la cama, cerró los ojos mientras escuchaba a los otros dos entrar y acercarse, no los abrió hasta que sintió al humano arrodillarse a su lado.

—¿Estás herido, hyung?

—Estoy bien... —murmuró.

Sintió que Seungri tomaba su mano así que abrió los ojos, el menor estaba revisando con cuidado las feas quemaduras que habían quedado en sus palmas a causa de la plata. Igual tenía algunos golpes y arañazos a lo largo del cuerpo pero nada de lo que debiera preocuparse.

Aún así, Seungri se afanó en limpiar las heridas más graves, en sus palmas puso una pomada para quemaduras y las vendó.

—Recuerdas que como lobo sanaré mucho más rápido ¿verdad? —se burló un poco el mayor, mirando el trabajo de Seungri con una ceja levantada.

—Es mi manera de decir gracias, así que no te quejes.

En la cama, Jiyong no podía terminar de despertar del todo, sentía el cuerpo pesado y amodorrado. Aún así podía percatarse de las cosas a su alrededor, las manos suaves y cuidadosas que movían la poca tela que lo cubría para poder revisar su cuerpo.

Y a un lado, aquel hombre lobo alto que lo había salvado, había notado cómo lo limpiaban y estaba un poco preocupado por él, aunque no parecía gravemente herido.

Vio cómo ese hombre acariciaba la cabeza del otro chico como si se tratara de un cachorro, antes de ponerse de pie y acercarse a él. Sus ojos siguieron su rostro aunque no quería mover nada del resto de su cuerpo.

—¿Cómo está? —preguntó al castaño que lo ayudaba.

—Está muy débil, tantas transformaciones forzadas lo han desgastado, y el ajetreo de hoy ha terminado por agotarlo. Además...

Daesung dudó en seguir.

—¿Qué?

En lugar de contestar, Dae tomó el brazo de Jiyong y lo volteó para que pudiera ver los distintos cortes que se veían en la parte interna, algunos más recientes que otros.

—No parecen autoinflingidos, me parece más bien que intentaban desangrarlo para mantenerlo débil.

Top no pudo ocultar el gruñido fúrico que salió de su pecho ante aquella idea, de igual manera sus ojos tomaron el color amarillo de su lobo. Instintivamente Taeyang se acercó para proteger a su pareja, aunque ambos sabían que su alfa no los dañaría y que su enojo era más bien dirigido contra aquellos humanos que habían dañado al otro.

Por el contrario, Jiyong sí se alteró un poco, asustado por aquella agresividad explícita en el lobo desconocido y tan cercano, se esforzó sobremanera por alejarse, logrando solo unos pocos de movimientos. De pronto Seungri apareció y le dio un empujoncito al alfa.

—Contrólate, hyung, ¿no ves que estás asustando al chico?

Por algunos momentos el alto alfa se giró hacia él joven humano, pero éste no se amedrentó ante su mirada fúrica, por lo que terminó por suspirar y negar con la cabeza, recobrando poco a poco el control de sí mismo.

Cuando volvió a mirar a Jiyong sus ojos eran café de nuevo. Se estiró para tocar con suavidad la parte alta de su brazo, donde no había heridas, la caricia fue apenas con la punta de los dedos pero sirvió para aplacar el temor del pelirrojo.

—Lo siento, es solo que... —guardó silencio para evitar que el enojo volviera a fluir—. Daesung, ¿qué podemos hacer para que mejore? Supongo que debe descansar.

—Sí, lo mejor es que duerma para que pueda recuperar sus fuerzas, su lobo debería ayudarle a mejorar pronto. También debe comer, está algo desnutrido y deshidratado.

>Pero se pondrá bien, estoy seguro. Solo es cuestión de tiempo.

—Bien, entonces dejémosle dormir —se inclinó un poco más para hablarle directamente—. Aquí estarás bien, descansa todo lo que necesites, cuando despiertes tendremos algo delicioso para que puedas comer ¿de acuerdo? Te protegeremos.

Jiyong cerró los ojos, aún así no logró contener las lágrimas que escaparon por debajo de sus párpados, aquellos parecía ser más un sueño maravilloso que una realidad. Sintió de pronto la mano rugosa y vendada que limpiaba sus lágrimas con cuidado.

—No te preocupes, mi pequeño omega, todo estará bien ahora, tu pesadilla ha acabado. Ahora descansa, duerme y recupera las fuerzas que necesitas —su voz se había vuelto más grave, el lobo interior de Jiyong se alegró al oírlo y se apresuró a obedecer, por lo que a los pocos instantes ya estaba profundamente dormido.

Seunghyun no se levantó hasta que quedó claro que el chiquillo se había dormido y no despertaría pronto, al girar se topó directo con el rostro curioso de Seungri.

—Genial, ¿eso fue tu voz de mando? ¿Cómo supiste que él era un omega?

—Eres un niño —se burló Top un poco—, sí, esa fue mi voz de alfa. Y era claro que era un omega por su tamaño y su comportamiento, además claro de su olor.

>Taeyang, ven conmigo, veamos si encontramos una buena caza. Seungri, ¿podrías preparar algo rico de comer para cuando despierte? Mientras vemos si podemos traer algo más de carne. Dae, quédate a su lado y cuídalo.