El lobo gris avanzaba con velocidad y agilidad, casi oculto entre las sombras del bosque. No le costaba trabajo seguir el olor del grupo, pero más importante aún el de los dos grandes sabuesos que los acompañaban.
Ellos eran el principal peligro para su plan pues podían alertar al resto de humanos, así que ellos serían su primer objetivo.
Luego de un rato avanzando así logró llegar cerca del grupo, tal como esperaba de inmediato los dos animales reaccionaron de inmediato con potentes ladridos. Aún así Seunghyun se mantuvo oculto en la maleza, soltando algunos gruñidos y ladridos bajos que buscaban alterar a los perros, su cuerpo exhalando las feromonas que buscaban retar a los otros.
Logró su objetivo, aunque los humanos no podían verlo los animales reaccionaron a su olor; el más grande logró soltarse de su amarre y se lanzó en su contra. El choque fue duro, aunque el perro era mucho más pequeño estaba embravecido y furioso, el sonido de la pelea alteró a los humanos y aunque cuando soltaron a su compañero nada pudieron hacer.
Para cuando el segundo perro se acercaba, Seunghyun ya había logrado morder con fuerza el cuello de su contrincante, un sonoro chasquido marcó el fin de esa primera contienda. La segunda terminó de igual manera y aún más rápido.
Aún en medio de todo el peligro y la adrenalina por la lucha, el lobo se dio tiempo para lamer las heridas que había abierto en el otro canino y rozar un poco su hocico contra el costado: "lo siento, hermanos".
Sonó de pronto un disparó, el olor a pólvora llenó sus fosas nasales mientras el chasquido explotaba bastante cerca de él. Levantó los ojos hacia el grupo de humanos que lo miraban con una mezcla de miedo y fascinación.
Seunghyun se agazapó y comenzó a acercarse a ellos de forma amenazante.
—¿Crees que sea uno de esos monstruos? —susurró uno de los humanos a otro de sus compañeros.
—Claro que sí, solo ve la maldad en sus ojos. Si fuera un lobo normal habría huido de los disparos.
Seunghyun notó al otro humano detrás de él, además traía algo de plata, sin embargo mantuvo su vista fija en los otros como si no se hubiera dado cuenta. Cuando estaba lo bastante cerca incluso lanzó un gruñido mostrando sus afilados colmillos que, sabía, estarían bañados en sangre.
Hubo un movimiento y una ondulación en el aire antes de que la red entretejida con plata cayera sobre él, de inmediato su piel comenzó a sisear por la quemadura, por más que el lobo intentó hacerse pequeño para minimizar el contacto.
—¿Ves? ¡Te dije que era uno de ellos! —comenzó el humano, envalentonado—. Vuelve a tu forma humana, monstruo, si no quieres que te vuelve los sesos de un disparo.
Seunghyun gruñó de nuevo, aún hizo un par de intentos más por soltarse, de pronto sonó un segundo disparo y el dolor apareció lacerante en su costado, ese maldito le había disparado y aunque el arma no era de plata, por lo que no era mortal, sí dolía bastante. Seunghyun soltó algunos quejidos caninos y se quedó inmóvil.
—¡Átenlo! Debemos llevarlo con el maestro.
Seunghyun siguió gruñendo a aquel hombre que se acercó a su espalda, pero no podía moverse demasiado a causa de la red de plata, el hombretón fue bastante rudo mientras doblaba los brazos de Seunghyun a su espalda para después amarrarlos con más cuerda enredada con plata, fue ese mismo hombre quien tomó a Seunghyun y se lo echó al hombro como si de un costal se tratara.
A ninguno de los humanos se le hizo extraño que Top no luchara, suponiendo quizá que se debía a la red y la cuerda de plata que ya estaban quemando su piel de forma dolorosa. Aunque sí se revolvía solo un poco, lo suficiente para que la herida en su costado sangrara aún más, al grado que algunas gotas iban quedando sobre el follaje que pasaban.
No avanzaron demasiado antes de que por fin llegaran al nuevo lugar donde estaba enclavado el circo. Llegaron por una entrada desierta por lo que nadie más los vio.
Llevaron a Seunghyun hasta la gran carpa principal, donde había ya varios cirqueros más en las gradas y, justo al centro de la pista, el dichoso maestro de ceremonias, aún con su sombrero de copa y su látigo de plata.
El hombretón tiró a Seunghyun sobre la arena y la paja de la pista sin el menor cuidado, el golpe junto al movimiento de la plata le hizo volver a quejarse.
—Excelente, un nuevo espécimen. ¡Quítenle la red! —ordenó con esa misma voz sonora que Seunghyun ya había llegado a odiar.
El hombre que lo había cargado se acercó para arrancar la red de plata, pegada a su piel a causa de las quemaduras. Seunghyun gruñó de forma lastimera a causa del dolor y antes de que se pudiera recuperar el maestro ya estaba frente a él, sujetándolo por el cabello para obligarlo a incorporarse un poco.
—Bien, tú serás mucho más llamativo que el pequeño pelirrojo, con este cuerpo incluso podríamos exhibirte desnudo, tendríamos mucha audiencia femenina. —dijo burlón, y como para probar sus palabras, pasó la mano libre por el torso musculoso de Seunghyun.
De nuevo Top se mantuvo casi quieto, como si el dolor de allí donde lo agarraba el maestro le impidiera moverse o luchar más. No obstante, dejó que una de sus manos, la que quedaba oculta por el resto de su brazo contrario, se convirtiera en una garra con la que comenzó a cortar la cuerda de plata.
Aún así mantenía la mirada enfurecida en los ojos contrarios, prometiéndole sin palabras todo lo que le haría una vez que lograra soltarse. El maestro pareció percibir algo de aquello, pues de pronto lo soltó de forma brusca y se alejó unos pasos, el sonido del aire siendo cortado sonó solo un instante antes de que el látigo restallara con fuerza contra Seunghyun.
El primero impactó directo en su mejilla, arrojándolo a un lado, los siguientes se sucedieron con cruenta saña a lo largo de todo su cuerpo. Seunghyun se encogió sobre sí mismo tanto para disminuir los golpes como para ocultar sus brazos, pues sentía la cuerda a punto de ceder.
Antes de que se rompiera por completo y que el lobo comenzara la última parte de su plan, sonó un estruendo afuera de la carpa. Apenas los humanos estaban volteando en esa dirección cuando el lobo rojizo rasgó la tela y se lanzó contra el maestro de ceremonias.
Seunghyun tuvo un muy limitado periodo para poder procesar lo que ocurría, reconocer el olor, sentir la preocupación por su pareja y la inmediata necesidad de protegerlo.
Terminó de romper la cuerda de plata por pura fuerza mientras cambiaba a su forma de lodo, ignorando por completo el dolor de las quemaduras al cambiar de piel, y con esa forma se lanzó contra el primero de los cirqueros que ya había levantado su arma contra Jiyong y el maestro.
Podía presentir que Taeyang y Daesung estaban cerca, aún se mantenía el caos en el exterior, sin embargo la mayor parte de su atención estaba centrada dentro de la carpa, Jiyong aún mantenía su lucha contra el maestro que tanto dolor le había causado, y por el olor de la sangre podía suponer que iba ganado.
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De naturaleza libre
FanfictionHa sido demasiado el tiempo que Jiyong ha vivido así: encerrado en aquella pequeña jaula con apenas espacio para moverse, no se diga del momento en el que, con los horribles bastones de electricidad los "domadores" del circo de fenómenos lo obligaba...