Cambio, una palabra fuerte ¿no?, ya lo creo que sí.
El ser humano tiene la costumbre de decir que las personas cambian, eso lo tengo muy en claro. Pero los cambios no siempre son buenos, al igual que las personas los cambios son diferentes, para algunas personas el cambio llega de sorpresa cambiando sin aviso sus vidas y para fortuna o desgracia, esas personas llegan a ser totalmente diferentes a lo que eran.
Todas las personas tenemos un brillo especial que nos caracteriza, algo natural que nos hace humanos y les dice a los otros "¡hey! ¡Estoy vivo!", ¿y yo?, yo no era la excepción, pero el brillo en mi desapareció.
Antes solía ser una chica alegre, salía todo el tiempo, me divertía con mis amigos. Pero ahora... Ahora esa ya no era yo, vivía encerrada todo el tiempo, sin una mínima pizca de alegría en mi alma, tan solo era una persona que seguía una simple rutina y luego regresaba al encierro que ahora me había acostumbrado a llamar vida.
Pero no podía ser eso, esto no podría llamarse vida, por eso me había propuesto una misión, debía encontrar en lo más profundo de mi ser a mi antigua yo, a la chica que solía ser, pero no para serlo de nuevo, para nada, quería crear una nueva yo.
Siempre me he preguntado ¿quién soy? y en algún momento esa pregunta tendría una respuesta.
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¿Quién soy?
RandomAdvertencia: está historia puede contener parejas homosexuales, abstenerse de leer si este tipo de contenido te disgusta. Joana, una chica cuya vida podrías decir es magnífica. Y tal vez si lo era. Lamentablemente el felices para siempre no existe...