Solo somos personas en este mundo que aún no encuentran su camino.
Ya era otro día, me sentía un poco mejor de como estaba antes. Aunque todo en mi seguía igual, ahora tenía una meta, tenía algo que quería hacer además de parecer un muerto en vida que no quería levantarse de su cama.
Recordar lo que mi madre me había dicho hace tanto tiempo hizo cambiar un poco de todo lo que pensaba antes, ahora quería comenzar a vivir mi vida, vivir de verdad, porque sabía que era lo ellos querrían, pero, ¿Cómo lo haría? Aún no tenía ni idea, no sabía ni como comenzar. Era consciente de que sería muy difícil salir de ese profundo hoyo en el que me encontraba, esa oscuridad que parecía eterna y se robaba el brillo de mi alma dejándome vacía, pero lo intentaría, al final, nada de lo que hiciera justo ahora me dejaría peor de lo que ya me encontraba, porque cuando ya no tienes nada que perder el miedo no debería ser impedimento ¿o sí?
Metafóricamente hablando, cada alma tiene una pequeña lámpara o luz, como quieran llamarle, esa radiante luz hace brillar nuestra alma dándole su propia identidad, esa cosa única que los demás perciben, tristemente esa luz no es eterna, igual que un bombillo común y corriente llega un momento en que se quema y esa luz no brilla más, nuestra alma se apaga y quedamos en oscuridad, pero tu como encargado de ese edificio llamado vida ¿Qué harás? ¿Cambiaras el bombillo o te quedaras en penumbras?
Está pregunta rondaba mucho por mi cabeza últimamente ¿Qué haré? Mi luz estaba apagada, me encontraba en penumbras y quería hacer algo al respecto, pero ¿Qué cosa? Era otra respuesta que desconocía. Lo único que tenía claro era que conservaba una pequeña esperanza de que podía hacerla volver a brillar con más potencia, porque esa pequeña luz había, a mi corta edad, pasado por mucho, ya había llegado el momento de que se apagara pero al final de cuentas dependía de mi si volverá o no a brillar, y con cuanta potencia lo haría.
Me encontraba en mi habitación, algo que era lógico ya que no había salido de allí hace mucho. Quería hacerlo, quería salir, ya no quería estar encerrada, no lo soportaba más, pero algo me lo impedía, aún no sabía que era, solo sabía que mi corazón decía una cosa y mi mente lo contradecía rotundamente.
¿Por dónde podría empezar? Tal vez lo mejor sería empezaría por el principio y tal vez la fuente de todos mis problemas, mi profunda tristeza, por allí empezaría. Debía acabar con ella.
Decidida me levanté de la cama y fui directo al clóset, al abrirlo noté que allí dentro se encontraban muchas cosas, pero yo solo buscaba una, mi laptop. La conseguí y me fui a sentar de nuevo a mi cama. ¿Para que usaría la laptop? Bueno, iba a investigar todos mis síntomas para así darle de una vez un nombre a todo el cumulo de sentimientos que en mi habitaban.
Entré en el buscador y lo primero que tecleé fue como me sentía, la búsqueda dio muchos resultados, de los cuales leí varios pero ninguno me convencía, seguí buscando, cambiando las palabras que buscaba y hasta el orden en que las colocaba y así estuve un rato hasta que un titulo llamo mi atención "Síntomas De La Depresión" le di click y empecé a leer:
"La depresión es un trastorno del estado anímico en el cual están presentes los sentimientos de tristeza, ira o frustración, esto interfiere con la vida cotidiana durante algunas semanas o más"
En algún punto de todo este tiempo mientras mi mente divagaba llegue a pensar que podría estar sumida en una depresión, pero no quería adelantarme a los acontecimientos, ni mucho menos exagerar, la depresión era algo serio, algo que no debía tomarse a la ligera.
Síntomas:
1. Insomnio
2. Estado de ánimo bajo
3. Anorexia
4. Fatiga
5. Pensamiento de suicidio o muerte
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¿Quién soy?
RandomAdvertencia: está historia puede contener parejas homosexuales, abstenerse de leer si este tipo de contenido te disgusta. Joana, una chica cuya vida podrías decir es magnífica. Y tal vez si lo era. Lamentablemente el felices para siempre no existe...