Capítulo 6

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Este capítulo no está editado, la editora ha estado muy ocupada, pero no los podía dejar esperando un minuto más :)

Una vez un sabio dijo: vive la vida al máximo, porque podría ser muy larga o muy corta. Si, ese sabio del que hablaba era aquel gato azúl llamado Gumball, no sabía que un simple personaje de una caricatura tendría tanta razón en eso.


Me separé de Cassie y limpié el rastro de mis lágrimas con el dorso de mi mano, dí una profunda respiración y luego hablé.

-Hey, me gusta mucho ese libro que me trajiste.

-¿Cuál libro?- preguntó ella. Yo solo la miré preguntándome ¿Es enserio? Pero simplemente le respondí.

-El libro que me diste hace una semana cuando te dije que quería leer algo- respondí y ella asintió.

-Ya lo recordé. Es bueno que te gustara, al menos así te distraes un poco.

-Si, es muy entretenido- dije.

Salimos de su habitación y regresamos a la cocina, realmente no sabía para qué pero simplemente la seguí sin decir nada. Al llegar, me dí cuenta de que había dejado cosas que hacer aquí y a eso habíamos venido. Ella de cierta manera me hacía sentir cómoda cuando estaba cerca, y su sinceridad me hacía darme cuenta de que siempre estaría allí diciendo todo lo que debía escuchar de otra persona porque yo misma bloqueaba esos pensamientos sin siquiera saberlo.

Así pasamos lo que fueron unas dos horas más o menos y luego cada una fue a su habitación a descansar, ella tendría trabajo mañana como siempre así que debía dormir, mientras que yo no tendría nada que hacer y simplemente pasaría todo el día sin oficio alguno. Tal vez haciéndole compañía, porque ya me había acostumbrado, (si, así de rápido) a estar a su alrededor escuchando todo lo que ella decía.

Estaba en mi habitación y no tenía ni un poco de sueño, no sé que haría allí despierta pero no quería dormir así que era la única opción que tenía. No quería leer, simplemente no tenía ganas así que esa no sería una opción. Me levanté y fuí a mi ventana a mirar la oscuridad de la noche, amaba la noche. No sabía porque me encantaba tanto, creo que era tal vez porque la noche era silenciosa, y realmente amaba el silencio.

El silencio podría definirse como paz, la paz que solo puedes conseguir una vez. Me acerque a la ventana y observé todo lo que había al otro lado de esta, solo era yo mirando aquella calle solitaria que se podía observar a través de ese vidrio viejo.

Me había quedado observando un punto inexistente en el aire y de repente empecé a tararear una pequeña parte de una canción, eso realmente me sorprendió, a pesar de que se trataba de mi misma, porque, tenía mucho tiempo sin cantar absolutamente nada; ni una sola canción. Y es que todo había cambiado por completo estas últimas semanas, cantar era algo que solía hacer todo el tiempo, podría decirse que era como un hobby porque me gustaba cantar mucho, cualquier canción.

En ese momento, mi cerebro estaba reproduciendo love de la famosa Lana del Rey, ella con sus canciones me transmitía a otro lugar, me desconectaba, y aunque no se relacionaban con mi situación actual, eran excelentes para acompañarme. Esos 4:54 minutos de música triste y gris, eran poderosos. Melodía triste, letra hermosa.

Y allí estaba yo, cantando una canción después de muchos días sin hacerlo, disfrutando al 100% cada palabra y cada nota.

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