Capitulo 9

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Días, podrían visualizarse de diferentes maneras
Pero solo hay dos tipos, días buenos, y días malos

Todo estaba oscuro, todo mi alrededor daba miedo. Mis pasos eran pequeños, dudosos. No sabía que estaba pasando, y no podía ver nada. Caminaba sin ir a ninguna dirección, solo dando pasos indecisos a la nada, intentando llegar a la luz que me mostraría lo que en realidad sucedía en este lugar.

Caminé por varios minutos, el miedo dentro de mí era tal, que aún no se iba. Y era eso, el miedo a lo desconocido era real, el no saber que habia frente a ti o con que te ibas a topar.

Por fin sucedió algo diferente entre tanta penumbra. Era un destello, algo brillaba frente a mi. Corrí lo más rápido que pude hasta poder alcanzar aquella luz, pero esta se alejaba a medida que yo iba avanzando.

Corrí más rápido hasta que aquella luz se hizo enorme y de repente ... todo era claro. Reconocía aquel lugar, y todo lo que estaba pasando.

Mire al frente...

—¡MAMAAAAAAAAAAA!

Cassie empujó la puerta de mi habitación y entró lo más rápido que pudo, su desespero era tanto que podía verse el miedo en su rostro.

Me miró, asustada, esperando tal vez alguna reacción de mi parte. No sucedió.

—¿Está todo bien Joana?— sus manos tocaron mi cara, limpiando mi rostro. No sabía que estaba llorando hasta ese momento.

—No pasa nada— dije limpiando mi rostro de nuevo, aún sabiendo que ya no quedaba un solo rastro de lágrimas en él— solo una muy mala pesadilla.

Cassie me abrazo fuertemente y me sostuvo el rostro en sus manos, de una manera muy delicada y a la vez muy maternal, algo sorprendente teniendo en cuenta que tan solo era un poco mayor que yo.

—No te preocupes cariño, ya pasará — dijo quitando sus manos de mi rostro y saliendo de mi habitación, dejándome sola de nuevo.

Nunca había tenido este tipo de pesadillas y odiaría si este fuera el comienzo de una vida llena de ellas. Si no podía soportar mi simple existencia, mucho menos podría lidiar con algo de esta magnitud. Probablemente sonará estúpido, pero para alguien en mi condición (y ya saben a qué me refiero) no seria muy bueno que vinieran pesadillas incluidas. Tal vez me harían llorar día y noche hasta quedarme seca, y aunque llorar fuese muy liberador visto desde otro punto de vista, yo lo odiaba. Pero ya había llorado tanto desde lo ocurrido que tan solo pensar que ocurriera de nuevo era desesperante y bueno, mi cerebro decía una cosa pero claramente mi corazón decía todo lo contrario, porque justo en ese momento consumida en mis pensamientos, una lágrima calló por mi mejilla hasta llegar a mis labios, dónde pude saborear el sabor salado que estás tenían.

A esas alturas ya no perdería el tiempo secando mi rostro, ya no se si quería o no llorar, pero lo que fuese ya no me importaba. No quería recordar nada de aquel día, y mucho menos porque ya estaba demasiado cerca. No sabía cómo era posible que en unos 4 meses ya sería un año de la tragedia, y que yo aún seguía aquí, lamentando aún más ese día y quería olvidarlo, no recordarlo.

Volví a encerrarme en ese círculo del cual no salía aunque quisiese con todas mis ganas, me abrace las piernas y apoye mi cara en mis rodillas. Me quedé unos minutos allí pensando en absolutamente nada pero a la vez en todo. Recordé de nuevo el libro, el cuál había dejado de leer hace algunos días.

"Hay personas que son como nuestro diario personal, se vuelven un libro lleno de secretos, pero un libro con vida. Y no es solo escribir en sus páginas todos nuestros dolores, nuestros sueños, o nuestros miedos. También son un medio para desahogarse y evitar un colapso mental creado por nosotros mismos, además de eso, ¿Que clase de libro que tú escribas puede expresarte su opinión? Ninguno, solo tu persona de máxima confianza.

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⏰ Última actualización: Sep 15 ⏰

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