Estoy en un país de los sueños. Estoy total
y completamente convencido de que si
me levanto, voy a estar de vuelta en mi
apartamento, rompiéndome el cuello en un
trabajo que no puedo soportar. Pero sé que
no lo estoy cuando una mano tibia se desliza hasta la parte trasera de mi camisa y un beso aterriza en mi cuello.—¿Estás despierto?—Sonreí y me retorcí bajo su toque.
—Ahora lo estoy. ¿Qué hora es?—Se movió un poco presionando su pecho desnudo contra mi espalda.
—Casi son las doce. No creo que te haya
agotado tanto con una sola ronda.—¿Por quién me tomas? ¿Un debilucho? Me
gusta dormir. ¿Cuál es tu excusa?—Me dio la vuelta y puso su cara contra mi pecho.—Me gusta verte dormir.—Sonreí y le acaricié la mejilla.
—Eres tan malditamente cursi. ¿Quién te
enseñó a ser de esa manera?—Èl me miró con una ligera mueca en su rostro.—Supongo que el amor te hace eso.
—Yo también te amo.—besé su frente enredando algunos de mis dedos en su cabello, su aroma era tan relajante.—Tengo que ir al baño.
Masajee su nuca unos minutos más hasta que escurrí entre las sábanas hasta la puerta del baño. Obviamente, consciente de que todavía estaba desnudo, me apresuré y lo miré por encima de mi hombro. JungKook, que estaba mirándolo todo desde la cama, se lamió los labios y se enderezó.
—¿Necesitas un poco de compañía allí?—Me detuve y me encogí de hombros.
—Creo que un baño juntos no estaría mal.
Ahora que era más flexible y lo tenía
completamente en la palma de mi mano, tenía un par de cosas que demandar, es decir, pedir.—Ggukie.—Él arqueó una ceja.
—¿Ggukie?—Le sonrei y asentí con la cabeza.
—Ese va a ser mi apodo para ti ya que no te
puedo llamar "papi" en público.—Esbozó una sonrisa y desvió la mirada.Ah, si, lo tengo completamente en la palma de mi mano.
—Entonces, ¿Qué quieres?
—Estaba pensando que tal vez podrías
arreglar la oficina cuando lleguemos a casa.JungKook se refrego los ojos tratando de incorporarse y deshacerse del sueño.
—¿Arreglar? Elabora.—Me moví y me
senté sobre su regazo.—Algo como poner una sala de empleados. Ya sabes, como la de Jeju. Ah, y Raina se vería mucho mejor detrás de un mostrador más elegante. Hablando de escritorios, no me importaría tener uno nuevo también.
Muy bien, me estoy aprovechando del hecho de que me ama para conseguir lo que quiero. No les creeria si me dicen que no harían lo mismo.
JungKook río entre dientes y estiró sus, a decir verdad, perfecta espalda mientras alzaba sus cejas, curioso.—¿Y cuál es el problema con como está la
oficina ahora?—Amor, es tan aburrida. Realmente creo
que si las cosas se animaran un poco, todo el mundo estaría orgulloso de estar alli, por lo que trabajarían más duro. Es una reacción en cadena.