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07: Acercamiento a las estrellas.

G E A ;

—Manos al desastre, chicos —comunicó Amy, recogiendo su cabello en un desordenado moño —. Lo más factible será comenzar por lavar los platos —propuso. Lanzó una mirada cómplice hacia a mí y me pareció ver la sombra de una sonrisilla malvada —; Damián y Gea, ¿pueden ocuparse de eso?

«Además de tierna, nos salió maldita».

Damián fijó su mirada azuleja en mí —. Yo estoy de acuerdo.

—Por mí no hay problema —hablé, después de dejar escapar un suspiro imperceptible y encogerme de hombros.

Te explico; mi plan era irme con Harry hacia mi casa, pero al parecer el tiempo no estaba de acuerdo con eso. Aguas torrenciales comenzaron a caer, sin cesar, incluso relampagueó. Además de que la hora no nos favorecía para nada.

Justo en el momento donde había intentado irme, Amelie despertó —esta vez con suficiente lucidez como para mantener una conversación civilizada— y al ver nuestros rostros, se dio cuenta de que algo sucedía.

Amy se encuentra mirando a través de la puerta de cristal que da al balcón. Las cortinas grises se recogen brevemente.

—Está lloviendo a cántaros —añade, tras ver que nadie contesta.

—¿Qué? —pronuncio como tonta.

—Bueno, pero vinimos en auto... —Comienza Damián.

—No creo que dejarlos ir con este diluvio sea seguro —opina Amy.

—Por la barba de Zeus —mascullo para mí misma, pensando en algún plan.

—¿Por la barba de quién? —escucho decir a Thiago. 

—De Zeus, ¿sabes quién es? —contesto, casi al momento.

—El de la mitología griega, ¿no?

—¿Conoces algún otro Zeus?

Él sonríe de forma divertida y en mis labios se asoma una diminuta sonrisa.

—Tengo un plan —interviene Amy, antes de que Thiago respondiera —. Quédense aquí, es demasiado tarde y me parece que no escampará dentro de un buen rato —continua, mirándonos a todos, tímida.

—Pero

—Mhm... ¿qué hora es? —inquiere Amelie en un bostezo, abriendo los ojos perezosamente.

—Las 11:34.

Abre los ojos completamente y se incorpora, dejando caer la cabeza en el hombro de su novio.

—¿Qué sucede? ¿Por qué tienen esas caras? —cuestiona, arrugando su entrecejo, soltando otro bostezo —¿Y por qué Harry tiene la boca abierta? —prosigue, observando al pelirrojo, quien está ausente al problema.

Cerraron la residencia y está lloviendo a torrenciales —resume su hermana.

—¿Y eso supone un problema?

—Claro que sí —alego yo, obvia.

—Claro que no —contradice ella —. Se quedan todos aquí y punto —concluye, poniéndose de pie.

—Ame, no creo que...

—Ningún pero. Es cierto que hay dos habitaciones, pero podemos arreglarlo. —Se dirige a donde está Amy, fijando sus ojos en el cristal —. Pff, ¿y ustedes pretenden irse con este aguacero? ¿Me quieren matar del corazón? —reprocha, mirándonos con desaprobación.

↭Huésped de Medianoche↭© #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora