Capitulo 13

18 10 0
                                    

La Navidad llegó envuelta en un aire de tensión y melancolía. Mis abuelos paternos, los Francell, siempre fueron más distantes, mientras que mi abuelo materno, Danilo Salvatore, había sido mi refugio desde niña. Pero este año, las festividades solo trajeron disputas y resentimientos.

Cuando mis abuelos llegaron a casa y conocieron a Vanessa y Skyler, la calma se rompió. Los Francell se fueron indignados tras una breve conversación con mi padre. En cambio, mi abuelo Danilo se quedó, pero su mirada estaba cargada de decepción.

—Danilo, por favor—intentó decir mi padre mientras el abuelo paseaba por la sala con las manos entrelazadas detrás de la espalda.

—No me llames así—replicó el abuelo con frialdad—. No después de esto. No después de lo que le hiciste a Nicolle

—¡Esto no tiene nada que ver con Nicolle! —levantó la voz mi padre, pero el abuelo lo interrumpió.

—¡Tiene todo que ver! —exclamó Danilo, golpeando el suelo con su bastón—. ¿Cómo te atreves a traer a esa mujer aquí, a la casa donde mi hija vivió y murió? Y esa chica...—señaló a Skyler, quien se encogió al sentir el peso de su mirada—. ¿Se supone que ahora tengo que verla como parte de la familia? ¡Nunca lo será! Mi hija fue reemplazada como si fuera un objeto desechable.

—¡Basta, abuelo! —intervine, tratando de calmarlo—. que quiero verte así.

Danilo volvió su mirada hacia mí y de inmediato su expresión se suavizó. Caminó hacia mí con pasos lentos pero firmes. Sus manos, aunque marcadas por los años, eran suaves cuando tomaron las mías.

—Mio Fiore—susurró—. Tú eres lo único que queda de Nicolle, y yo haré lo que sea para protegerte. Pero no puedo permitir que crezcas en un ambiente donde su memoria sea pisoteada de esta forma.

—Abuelo, yo también extraño a mamá, pero no quiero que sigas peleando con papá por esto—dije en un intento por calmarlo.

—Nesrin—continuó Danilo con una ternura que hizo que mi corazón se encogiera—, tú eres una Salvatore. Eres mi orgullo, mi esperanza. Y pronto tendrás que asumir el lugar que te corresponde en nuestra familia en Italia. Allí estarás segura. Allí no tendrás que soportar esto.

—¿Es por lo que apoyas vaya? —pregunto mi padre, sentí mis emociones dividirse entre la culpa y el alivio.

—Sí, porque quiero lo mejor para ti—afirmó, acariciando mi cabello—. Pero también porque es hora de que tomes tu posición como la futura cabeza de la familia Salvatore. Tu madre hubiera querido eso para ti. No puedo permitir que su legado se pierda.

—¿Y qué pasa si quiere quedarse? —desafió mi padre, interrumpiendo la conversación.

—No tienes derecho a decidir por ella—replicó Danilo con severidad—. Ya has decidido demasiado. Has permitido que esta... mujer—sus ojos se posaron en Vanessa, quien desvió la mirada—pise el recuerdo de mi hija.

—Vanessa es mi esposa, y Skyler es parte de esta familia—replicó mi padre.

—No para mí—dijo Danilo con firmeza—. Y espero que tampoco para Nesrin.

—¡Basta ya los dos! —exclamé. Sentía que el corazón se me rompía al estar en medio de la pelea.

Danilo volvió a mirarme y suavizó su expresión de inmediato.

—Perdóname, mio fiore —susurró—. No quería alterarte. Solo quiero que seas feliz y segura. Y si eso significa que debes irte a Italia, entonces te apoyaré en cada paso.

Las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos. Sabía que mi abuelo lo decía desde el amor, pero eso no hacía que fuera más fácil.

—Gracias, abuelo—dije finalmente, abrazándolo.

Lo siento, pero ya es Tarde✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora